Fiskebar, el restaurante de inspiración nórdica que realza la belleza de la artesanía.
Diseñado por Isern Serra, el restaurante Fiskebar se inspira en los bares de pescadores daneses, cercanos a los puertos. Con un interior cálido y una sencillez sin pretensiones, esta propuesta marca un antes y un después en el entorno en el que se encuentra: el puerto de Barcelona.
La aparente simplicidad de un concepto nórdico
Fiskebar es el nuevo restaurante que ya se ha hecho un hueco en la agenda de los foodies más exigentes. Su enclave privilegiado en Port Vell, en el Real Club Marítim de Barcelona, garantiza una experiencia inolvidable en un ambiente relajado junto al embarcadero (y no nos referimos solo a la propuesta gastronómica de su chef, Matteo Spinelli). Por si no ha quedado claro: es uno de los place to be en Barcelona desde que abrió sus puertas el pasado verano.
¿Qué es Fiskebar? Un concepto nórdico, raw, auténtico y matérico. La inspiración viene de los fiskeskur, palabra de origen danés que designa a las típicas cabañas de pescadores, construcciones elevadas junto al mar donde el pescado y la brisa marina siempre están presentes.
El amplio local es la nueva propuesta del Grupo Tragaluz en la ciudad condal, donde tienen otros restaurantes, que ocupa el mismo espacio donde estuvo el mítico Club Marítim. Pero ahora las cosas han cambiado y empieza una nueva etapa, en la que busca convertirse en un referente culinario y en uno de los hot spots fotográficos de la ciudad.
Un espacio que realza la belleza de lo artesano y los materiales puros
Una primera zona hace las veces de lounge y ofrece una panorámica del local, que se puede contemplar sentado cómodamente en un banco de obra en la pared, realizado en micromortero. Esta solución, pero con alturas distintas, se aplica también en una de las zonas colindantes con la terraza, una segunda zona de comidas con mesas hechas de madera de roble macizo, acompañadas por unas sillas acolchadas de Linteloo. Materiales amables para un recibimiento que se parece al abrazo de alguien a quien hace tiempo que no ves.
Pero si hay algo que destaca en el interiorismo ideado por Isern Serra es el minimalismo y la calidez de la decoración. Ha conseguido mucho con aquello que parece «poco»: monocromía, mobiliario hecho a medida y elementos de obra como la espectacular barra principal de mármol de color crema marfil o los bancos corridos. Autenticidad generada desde el diseño y la artesanía.
Una barra de piedra y microcemento actúa como eje central de la actividad
La sala principal es un espacio volumétrico acristalado, donde la joya de la corona, es la gran barra de mármol. Compuesta por tres bloques de piedra con acabado en microcemento, recuerda la belleza imperfecta de lo artesano. Dispuesta en forma de U, es, sin duda, el eje central de la sala: articula el espacio y genera la circulación de comensales y servicio en torno a ella.
Monocromía en tonos beiges que contrasta con el paisaje meditérraneo del exterior
El espacio busca generar una atmósfera monocromática y cálida para resaltar, sin distracciones innecesarias, el único paisaje: sus magníficas vistas. Sin embargo, este lujo tiene una doble cara, ya que el bullicio generaba problemas de acústica en el interior. Como solución, los techos y las vigas de hierro, proyectadas con uralita, se han cubierto con celulosa y se le ha aplicado un tinte igual al color de la sala. El mismo tono se ha aplicado a todos los elementos técnicos y decorativos que cuelgan del techo como los tensores, aire acondicionado y botelleros. Cuando no hay nada que esconder, lo visible es de una belleza honesta.
La última zona de mesas para grupos de 5 o 6 personas se diferencia del resto gracias a la elección de mesas circulares de nogal teñido. El tinte se determinó una vez conseguidas las sillas en marrón oscuro Chandigarh, un estilo de finales de los años cincuenta.
Iluminación ambiental perfecta con piezas de diseño
Aunque Fiskebar recibe luz natural casi en 360°, la iluminación cobra protagonismo al caer la noche. La entrada está tenuemente iluminada por la Tube, un diseño clásico de Eileen Grey para Classicon, con estructura cromada y montura sintética negra. Tambi´én encontramos otra maravilla, la Topuro, una lámpara de Guido Balín que ha sido el primer diseño de la marca barcelonesa Mirabobo, que inició su andadura en 2020. Un guiño de Isern Serra a los recién llegados que nos ha encantado.
El mostrador de la barra central en piedra queda realzado por las lámparas colgantes Teiko de Santa & Cole, de papel, para dar ligereza y la calidez de los materiales naturales. El resto de la barra cuenta con lámparas de mesa cerámicas de Pottery Project como el modelo Terra. En las mesitas encontramos la Nais, un diseño de Luis Eslava para Pott, unas lámparas de batería que también se han colocado en exterior.
El baño no es excepción de este uso magistral de la luz. Unas linestras de alabastro de Contain Studio marcan el acceso al baño y las dos salas. Los armarios y gueridones se han fabricado con el mismo acabado de nogal oscurecido, de modo que se genera un panelado que integra el conjunto y da carácter al pasillo.
El acceso al baño es a través de un arco recubierto también en nogal. Los baños, oscuros, hacen resaltar el lavamanos de piedra caliza escarfilada de acabado rústico, que comparte la misma materialidad que la barra de la sala central.
El complemento perfecto para la iluminación general de carriles de Leds C4 son las lámparas Chouchin Reverse de Foscarini en blanco. Crean un efecto especial multiplicándose en el reflejo de los cristales que rodean la sala como si fueran la luna llena.
Por último, destacan como proyecto lumínico las lámparas de suelo Shoji, de Davide Groppi, que nos recuerdan a las maravillosas Akari de Isamu Noguchi.
Una terraza de ensueño con las mejores vistas de Barcelona
Y, como bonus track, las dos terrazas exteriores de Fiskebar, desde donde observar en primera línea los atardeceres. Funcionan como continuación del interior y como transición con el entorno.
El mobiliario sigue en todos sus espacios una misma narrativa, pero, en este caso, las mesas van acompañadas de sillas Paralel de Point. La inspiración nórdica, el azul del mar y del cielo y una medida sencillez sin pretensiones hacen de Fiskebar uno de los lugares más elegantes de Barcelona.
Fotografía: Salva López
Restaurante Fiskebar: Passeig d’Ítaca, 3 (Barcelona)