¿Y si le diéramos la vuelta a la casa? 11 estudios reflexionan sobre la evolución de la vivienda
Los espacios domésticos que habitamos son cada vez más pequeños y, sin embargo, tenemos cada vez más cosas. ¿Cómo se resuelve esta contradicción? ¿Qué podemos hacer desde la arquitectura para optimizar los espacios habitables? ¿Qué pasaría si le diéramos la vuelta a una casa? El 24 de septiembre CUBRO, la empresa española que personaliza el mobiliario de IKEA, organizó un evento en el que 11 estudios de arquitectura asentados en Madrid respondieron a estas cuestiones para reflexionar sobre la evolución de la vivienda.
A través de un ejercicio creativo y lúdico, los estudios de arquitectura compartieron sus ideas en el Acid House de Elisava, en Madrid. Ante la pregunta lanzada por CUBRO «¿Qué pasaría si le diéramos la vuelta a la casa?», surgieron respuestas sugerentes que en un ambiente distendido, entre charlas y croquis, aportaron mucha luz sobre la evolución de la vivienda:
«Sobreviviría lo esencial. Renunciaríamos al ornamento»
Según estudio DIIR, se trataría de renunciar a lo superficial. Dejaríamos estar lo funcional, lo indispensable, tanto a nivel conceptual como a nivel espacial. El estudio madrileño hizo una reflexión minimalista en favor del espacio: «Sobreviviría lo esencial. Renunciaríamos al ornamento en favor del espacio. Entendiendo este como todo y nada. Todo funciona. Nada sobra».
«Sólo se quedaría lo que te permite vivir…por eso es importante que eso te emocione»
En la misma línea con foco en lo esencial, el estudio de arquitectura Plantea sumó una dimensión emocional. Si le dieras la vuelta a la casa, se quedaría lo que te da refugio, descanso y sustento, lo básico. Pero este estudio de arquitectura fue un paso más allá, apuntando que habría que sumar la necesidad de bienestar emocional y de confort. «Se quedaría lo que te permite vivir, refugiarte, comer, vestir. Lo esencial. Por eso es importante que emocione, sea agradable, tranquilo, que te arrope», concluyeron los profesionales.
«Daríamos a la casa tantas funciones como vueltas…»
Ventura Estudio puso el acento en la versatilidad de la casa: si una vivienda es capaz cumplir diversas funciones, en función del contexto o del momento, debe poder adaptarse. Por lo tanto, argumentaban, el espacio no será el mismo durante el día que de noche, ni será igual en las dinámicas cotidianas que en las celebraciones, porque la casa se irá adaptando. En esta línea, los integrantes de Ventura Estudio enumeraban todas las vueltas posibles: «¿Cuántas vueltas puedes dar a una casa? ¿O cuántas funciones puedes dar a cada espacio? De noche, de día, de fiesta, de relax…»
«Se quedaría lo que realmente somos»
También vinculándose con lo esencial, el estudio madrileño Hanghar dio al asunto un giro más instrospectivo, relacionando el espacio arquitectónico con la identidad personal. Hanghar exploró la dualidad entre lo que «se cae» y lo que «se queda», de manera que lo que desaparece refleja nuestra identidad, mientras que lo que permanece define nuestra esencia.«Todo aquello que ‘se cae’ es lo que nos define, nos identifica. Lo que ‘se queda’ es lo que somos «, en palabras del equipo.
«Pensaríamos mejor nuestros techos»
Con su ingeniosa respuesta, el estudio barcelonés Mesura puso la atención sobre los elementos que normalmente no solemos mirar con tanto detenimiento, como los techos. El croquis que plantearon junto a la frase «pensaríamos mejor nuestros techos» es una invitación a mirar hacia arriba y a reconsiderar los detalles que solemos ignorar. En conjunto, la imagen refleja una reflexión sobre la percepción y la atención a los espacios que habitamos, destacando la importancia de observar y mejorar aspectos menos evidentes en nuestra vida diaria, como los techos en este caso.
«Se plantearía una arquitectura más circular»
Según explicó Guillermo Trapiello, del estudio que lleva su nombre, la idea de dar la vuelta a la casa podría sugerir una interpretación que conecta la sostenibilidad y el aprovechamiento de los recursos: «El título de la pregunta me ha recordado a un proyecto de Hundertwasser en el que las bajantes de aguas negras pasaban a ser ‘subientes’. La idea era sencilla, utilizar el producto del detritus como abono para una cubierta verde, pensando en la posibilidad de una arquitectura más circular», respondía el arquitecto y diseñador ante la pregunta de CUBRO.
«Dar la vuelta a la casa alargaría la vida»
En una interpretación optimista y exigente, Burr Studio explicó cómo la posibilidad de dar la vuelta a la casa se puede relacionar con una interacción continua con ella, con una tensión activa y permanente entre habitante y espacio que nos mantendría vivos. Citaron a los artistas y arquitectos Shūsaku Arakawa y Madeline Gins para explicarlo: «Arakawa y Gins proponían llegar a la inmortalidad a través de la arquitectura. Una arquitectura molesta, compleja, exigente, que obligara a mantener una discusión con el espacio. Darle la vuelta a la casa, alarga la vida«.
«Veríamos las tripas de la arquitectura»
Con una visión más técnica, studio Animal trasladó el interés a la parte más arquitectónica. Fue, en realidad, una respuesta muy visual de lo que veríamos si le diéramos la vuelta a una casa, al voltearla aparecería lo que normalmente está oculto. Al decir «se le verían las tripas», pusieron sobre la mesa una mirada directa a la infraestructura de la vivienda, a la arquitectura como organismo funcional de los espacios que habitamos.
«El interior se expandería hacia el exterior»
De los 11 estudios de arquitectura que se reunieron en Elisava Madrid, Nomos dio la respuesta más visual de todas. En ella parece que se despliegan elementos del interior de una casa hacia afuera, como si la estructura se hubiera invertido y lo interior se expandiera al exterior. En la expresiva perspectiva isométrica que dibujaron se observan trazos que representan objetos o elementos flotando alrededor de la casa, como si estuvieran sueltos o fueran parte de su contenido interno. Estos elementos podrían simbolizar objetos de la vida cotidiana, estructuras arquitectónicas, o incluso representaciones abstractas de lo que normalmente está oculto en una vivienda, como tuberías, cables o flujos de aire.
«Al darle la vuelta a la casa, construiríamos el espacio de lo posible»
El arquitecto Toni Gelabert propuso una visión más abierta del concepto, aludiendo a la creación de posibilidades cuando das la vuelta a una casa. Su propuesta fue optimista e inspiradora: hizo una interpretación del espacio arquitectónico como un campo potencial, lleno de posibilidades, donde lo que importa es lo que puede llegar a ser, más que lo que ya es.
«Se quedaría CUBRO»
Ana Cubas, en un guiño de confianza con la marca, con simpatía y humor, simplemente dijo que si le diéramos la vuelta a la casa se quedaría CUBRO. La arquitecta e ilustradora puso de relieve la solidez y permanencia de los muebles integrados.
En conclusión, desde cada mirada y desde cada manera de proyectar, las respuestas de los 11 estudios de arquitectura en Madrid a la pregunta lanzada por CUBRO fueron clarividentes y evocadoras sobre el futuro de las casas que habitamos. Las intervenciones de todos estos estudios dejan, sin duda, muchísimos caminos abiertos para explorar y trabajar en las próximas etapas de la evolución de la vivienda.