De oficina a casa con jardín en el centro de Barcelona.
Esta apacible casa con un jardín en pleno centro de Barcelona estaba en obras y destinada a ser una oficina, antes de llegar a ser vivienda. Disponía de un patio exterior con una amplia a caseta. De ahí al pequeño oasis que es ahora, solo ha mediado un luminoso cambio de idea y una llamada al estudio de interiorismo Scala.
“Cuando el propietario nos contactó y fuimos a ver este piso, en seguida nos fascinó», explica el estudio de Diseño Interior Scala Studio. «Su arquitectura, los techos altos, las molduras, los ventanales, la zona exterior… Todo ello nos puso las cosas muy fáciles ya que el envoltorio de por sí era espectacular.”
Poner en valor la arquitectura del propio edificio
A la hora de iniciar el proyecto de la vivienda, obra del arquitecto Antonio Spalletta, no fue necesario tirar ninguna pared porque el espacio estaba diáfano y eso era algo que se deseaba conservar. En la caseta que hay en el jardín, los interioristas se encontraron con sólo cuatro paredes y el suelo, ya que aún no tenía ningún uso predeterminado, así que la distribución de esta casa y la del jardín es completamente nueva.
El propietario de la vivienda tenía unas ideas muy claras y ha participado junto a los interioristas en todo el proceso creativo. Desde el principio todos vieron que había que aprovechar la arquitectura original del edificio para crear las dos zonas principales de la vivienda. La zona más social se ha situado en la casa principal; y la zona más íntima y privada, en la caseta del jardín. La vivienda tiene una superficie de 200m2 y cuenta ahora con tres dormitorios y tres baños completos.
Un pavimento croata de los 60
Para el espacio de la principal, se utilizaron materiales nobles, como el pavimento del suelo, un parqué de madera rescatado de un antiguo aserradero croata de los años 60 y que no se había llegado a colocar nunca en ningún espacio. En todo momento se quiso mantener la idea romántica de usar materiales y elementos que contaran su propia historia y tuvieran un por qué. Una chimenea y muy pocos y escogidos muebles componen la decoración de la zona de estar, el área de comedor y cocina.
Arte y diseño iluminan la zona de estar y comedor
Obras de arte de Miguel Macaya, Regina Giménez y Laurent Baron de Posson alternan con importantes piezas de diseño como la butaca del salón, la famosa butaca Shell CH07, un clásico del diseño nórdico diseñada por Hans J. Wegner en 1963 y que edita Carl Hansen; o las míticas sillas Cesca creadas por Marcel Breuer en 1928 y que edita Knoll, elegidas para acompañar la mesa que preside el comedor. Se completa con un banco de colores creado por el artista de art design portugués Joao Bruno Videira.
Para la cocina también estuvo claro des del principio que se usaría el acero inoxidable. Se eligió este material porque el cliente trabaja en el mundo de la restauración, y fue un guiño a una parte importante de su vida y de su día a día. Una ligera estantería metálica pintada en rojo la delimita del comedor y sirve de mueble auxiliar y librería.
Lámparas muy escogidas de maestros del diseño
La iluminación es otro de los grandes pilares de la decoración del proyecto. Piezas muy selectas de grandes diseñadores. Sobre el banco de color destaca una espectacular lámpara de sobremesa Snoopy en verde, un diseño de Achille & Pier Giacomo Castiglioni, de 1967, con reflector de metal barnizado y base de mármol de Carrara blanco que edita la firma italiana Flos. En la entrada, junto al pasillo, otra pieza exquisita, la lámpara azul de sobremesa Aj Mini, un diseño icónico del gran maestro del diseño nórdico Arne Jacobsen. La diseñó para el SAS Royal Hotel de Copenhague en 1957 y en la actualidad la edita Louis Pulsen. También hay que destacar los aplique que están junto a las puertas que dan al exterior, otra pieza de colección los Wally de Miguel Milá que edita Santa & Cole.
Dormitorios y baños en el jardín
La parte más íntima de la casa se ha situado en la caseta del jardín, alejada del ruido bullicioso del centro de Barcelona. Se escogió este espacio para los dormitorios, ya que se encuentra en un lugar más resguardado y recogido. El suelo se dejó en hormigón pulido, y para contrarrestar la frialdad y aportar calidez se usó la madera para el armario, los estantes y el mueble de baño. En esta zona el hilo conductor es la estética mediterránea que aporta paz y tranquilidad a esta zona destinada al descanso.
En cuanto a la decoración del dormitorio, destaca la silla de un anticuario de Mallorca; los apliques y la lámpara del estante del lavamanos; y otra preciosa Aj Mini de Louis Poulsen.
Fotografías: José Hévia