El restaurante ‘Desde 1911’ y la sala de eventos ‘Taller de bombas’, dos espacios en uno (y el place to be en Madrid).
El sector de la restauración ha tardado en recuperar la ilusión tras la pandemia. Ahora, nuevos locales afloran por todo el país, centrándose no sólo en la oferta gastronómica, si no en proyectos cada vez más cuidados y en la creación de espacios polivalentes. Un ejemplo es este restaurante y sala de eventos en Madrid, diseñado por Marí Moretti Arquitectos y Laura Muñoz.
Un restaurante y una sala de eventos, los locales de moda en Madrid
Pescaderías Coruñesas es una empresa familiar: si les gusta comprar buen pescado, es casi seguro que la conozcan. Si les gusta salir a comer fuera y hacerlo en excelentes restaurantes, seguramente sepan que también pertenecen a este reconocido grupo restaurantes con tanta historia como ‘Lhardy’. Pero los gallegos no se conforman, y en su cartera hay otro local sorprendente: un restaurante y la sala de eventos de moda de Madrid.
La superficie total donde se ubican el restaurante ‘Desde 1911’ y la sala de eventos ‘Taller de bombas’ es de aproximadamente unos 1000 m2. Pertenecían originalmente a un espacio industrial dedicado a la fabricación de sistemas de bombeo y reparación en el sector automovilístico.
Como todo en este proyecto es por partida doble, han contado con el saber hacer dos equipos que han unido fuerzas para darle una nueva vida a esta nave industrial situada en el barrio de Vallehermoso, cerca de Cuatro Caminos. La intervención principal ha corrido a cargo de Marí Moretti Arquitectos (Cecília Moretti i Marc Marí), un estudio ubicado en Formentera y de Laura Muñoz (que trabajó muchos años con Sandra Tarruella).
Recuperar una nave industrial y convertirla en el lugar de moda
El reto principal de este proyecto ha consistido en recuperar el patio interior de la parcela para aportar luz a todos los espacios. Para ello se ha extraído la cubierta ligera de la edificación intermedia construida entre el volumen principal, que da a la calle Vivero, y la nave que se sitúa al fondo.
En la planta baja del edificio principal se encuentra la sala del restaurante ‘Desde 1911’ y se ubican los baños de clientes, la zona de personal y la escalera del edificio con acceso desde la calle, y en la nave del fondo se encuentra la sala de eventos ‘Taller de bombas’.
La distribución de este espacio está condicionada por una línea de pilares. En el centro del espacio se ubica la zona de preparaciones a la vista con dos gueridones calientes para ultimar los platos, una gran mesa de piedra para la presentación de los quesos y al fondo, la barra del bar.
Unas mesas rectangulares con sofá y butacas se apoyan a la pared de palillería de madera que encontramos entrando a la derecha, mientras las otras miran al jardín del patio interior a través del invernadero.
Uso de madera y hormigón sin caer en el brutalismo
La elección de todos los materiales naturales utilizados en el proyecto era de gran importancia debido al necesario confort acústico. De igual forma, fue esencial la elección de una buena iluminación y de mobiliario, para crear un espacio cálido, elegante y acogedor.
Se ha utilizado mortero de cal con pigmentos naturales, pavimento de hormigón pulido con grava de mármol y palillería de roble teñido en pared y techo, detrás de la que se esconde el material absorbente acústico.
La elección de todo el mobiliario se ha centrado mayoritariamente en diseños escandinavos de los años 50 y 60 que conviven con otros más recientes. En la misma linea de buscar un ambiente cálido y acogedor se sitúa el patio ajardinado que no sólo aporta luz a todas las estancias sino que también nos ayuda a duplicar la sensación del espacio y nos traslada de la ciudad a un jardín.
Para el reservado, se eliminó la antigua cubierta a dos aguas, que también cubría el patio, y se ha sustituido por un techo cónico con luz cenital. Dos grandes aberturas en forma de media luna conectan esta sala con el jardín.
‘Taller de bombas’, una sala de eventos polivalente
Por otro lado, en ‘Taller de bombas’ se ha mantenido toda la cubierta original de madera. Eso sí, saneándola y aplicando una pátina blanca para limpiar todas las manchas de grasa que existían en este espacio industrial. También se ha mantenido una de las paredes originales de ladrillo y toda las estructuras metálicas de refuerzo del techo, pintadas en color claro.
‘Taller de bombas’ es un espacio diáfano enteramente dedicado a eventos: 400m2 disponibles para banquetes, cócteles o incluso obras de teatro. El mobiliario y la iluminación se ha elegido para dar la máxima libertad a los diferentes formatos de cada celebración.
Fotografía: Meritxell Arjalaguer