Barro y arcilla en este pequeño piso reformado por Sergi Pons en Gràcia.
El estudio de arquitectura e interiorismo de Sergi Pons ha reformado esta casa de 75m2 en Gràcia. En homenaje al legado artesano de este barrio, la arcilla, el barro y los materiales crudos y naturales son los protagonistas de esta rehabilitación.
Aires mediterráneos
En un edificio plurifamiliar de los años 70 ubicado entre medianeras en el barrio de Gràcia, un pintor de Shanghái ha encontrado la ubicación perfecta para él y su familia. Se trata de un pequeño piso de 75m2 que ha reformado el arquitecto Sergi Pons junto a su equipo.
Una casa, originalmente, muy compartimentada y con una distribución laberíntica de la época. En ella, el nuevo propietario buscaba una estética cálida y minimalista de estilo mediterráneo. Así es como ha proyectado Sergi Pons esta vivienda de espacios abiertos, materiales de mortero y luz natural a chorros. Elementos clave para potenciar los metros cuadrados pese a las pequeñas dimensiones del espacio.
Materiales en crudo
Este piso rinde homenaje al pintoresco barrio de Gràcia de Barcelona. Un distrito conocido por su carácter popular y alternativo; por su creatividad, sus artistas y sus artesanos. De esta forma, Sergi Pons ha hecho de la materialidad la gran protagonista de la reforma.
El barro y la arcilla aparecen como hilo conductor de la vivienda. Se ha mantenido en los techos la arcilla original y los suelos se han vestido de toba catalana, unas baldosas de barro cocido artesanal. Además, la pared de la cocina se ha construido con ladrillos vistos para recibir la isla, enfatizar y enmarcar los espacios y buscar ese diálogo de textura y color con el resto de la casa.
El blanco como telón de fondo
Este pequeño piso alberga dos dormitorios, una suite con baño incorporado, un estudio de pintura, un aseo y un gran espacio que integra salón, comedor y cocina. Una distribución pensada para optimizar al máximo el espacio.
En los escasos 75m2 de la vivienda, el color blanco se presenta como telón de fondo para potenciar el contraste con el resto de los elementos del interiorismo sin sobrecargarlo. Además, Sergi Pons ha introducido la madera de pino en las puertas y el mobiliario para generar esa atmósfera mediterránea deseada.
Por su parte, los alicatados y griferías de baños y cocina, la iluminación y las manivelas se han elegido en negro consiguiendo una estética minimalista que contrasta con el color terracota del barro y la arcilla.
Las cortinas juegan un papel fundamental en la vivienda. Funcionan como elemento decorativo, para tapar el paso de la luz y la visibilidad del interior de la vivienda, pero también para separar espacios. Se han diseñado unas guías empotradas a falso techo para que las largas cortinas en color crudo cierren algunos espacios como el estudio o todos los cerramientos de los armarios y muebles de almacenaje.
Fotografía: Del Río Bani