Olor a azahar en esta reforma de Acabadomate en Barcelona.
Las arquitectas napolitanas de Acabadomate firman la reforma de esta vivienda en el barrio de Gracia. Un proyecto que se articula a partir del anciano árbol naranjo que se erige en el centro del patio interior de la casa.
El patio del naranjo
En una de las calles con más encanto del barcelonés barrio de Gracia, aparece una vivienda que pone en valor la esencia mediterránea. En ella, el estudio de las napolitanas Alessandra Faraone y Valeria Merola materializan los sueños y las necesidades de una joven pareja con dos niños.
Una vivienda situada en la planta baja de un antiguo edificio de principios del siglo XX, en la que un gran árbol de naranjo da la bienvenida a su patio interior. Un elemento originario y característico que Acabadomate ha tomado como punto de partida para esta rehabilitación. En torno a él, el estudio proyecta una vivienda accesible, atemporal, equilibrada y mediterránea. Una vivienda impregnada por la luz, la brisa y el olor a azahar.
Desdibujar los límites
El mayor reto al que se enfrentaba el estudio era crear una distribución abierta que mirara al exterior. Para ello, han creado unos grandes ventanales que funcionan como filtro entre el patio y la vivienda y que proporcionan más luz a las estancias.
De esta forma, se ha conseguido un salón comedor con cocina integrada que dota de mayor amplitud y perspectiva al espacio. Un ambiente diáfano dibujado de manera longitudinal que se caracteriza por un mueble diseñado a medida que cruza la vivienda desde su entrada hasta el patio y que abre paso a la siguiente estancia.
La casa cuenta con dormitorio principal, una habitación infantil y un interesante anexo independiente en el patio interior. Un espacio flexible y versátil con baño propio que puede funcionar como habitación de invitados, estudio o zona común o de relajación.
Mantener la esencia
Esta reforma ha supuesto un gran ejercicio de recuperación. Una rehabilitación respetuosa con la naturaleza y las características más valiosas de la vivienda. Así pues, para potenciar su esencia y enfatizar la conexión entre interior y exterior, Acabadomate ha modificado la fachada para transformar una de las ventanas en una amplia puerta doble de entrada. Una solución que permite ver el precioso árbol de naranjo desde el inicio de la casa.
En su interior, la vivienda rescata las vigas de madera de sus altos techos y recupera el blanco de sus paredes. El suelo está vestido por lamas de madera de roble que dan mayor continuidad y amplitud al espacio. Una combinación de materiales que maximiza la sensación de luminosidad.
Además, se instalan puertas correderas que enfatizan la fluidez, la versatilidad y la funcionalidad de la vivienda. Una casa muy mediterránea, donde el contraste lo proporcionan los muebles diseñados ad hoc en tonos verdes, azul intenso y gris antracita.
De esta forma, Acabadomate ha encontrado el equilibrio perfecto entre origen y diseño, entre interior y exterior.
Fotografías: Marcela Grassi