Disfrutar con El Equipo Creativo; mil formas de ver la cerámica.
El material escogido es el que transmite los valores requeridos por el cliente al estudio de diseño: naturalidad, humildad y respeto a la historia y herencia del Mediterráneo. Pero en cada uno de los espacios se transforma en algo nuevo, «que ayuda a dotar cada zona de singularidad», explican Oliver Franz Schmidt, Natali Canas del Pozo y Lucas Echeveste Lacy, componentes del Equipo.
La zona de acceso busca referencias más urbanas, como las estructuras metálicas del vecino mercado del Ninot. La cerámica se utiliza en esta parte de una manera colorista, casi artística.
Parte fundamental en torno a la que gira todo, la cocina es el horno, real y metafórico, el espacio donde se cuecen todas las historias de la casa. En este espacio, la cerámica se presenta en su formato más humilde y bruto, piezas de ladrillos recién horneados en su color tierra original como límite permeable a la vista del cliente, y mostrando el interior del horno, dorado y caliente.
Atravesando las entrañas de la cocina se llega al comedor principal, un espacio amplio y luminoso que se mimetiza visualmente con la terraza, y que nos permite trasladarnos a un ambiente más natural. El blanco envuelve en paredes, techos y suelos, superficies que se agujerean a través de un orden caótico, como si de un pueblo costero se tratara.
A través de estos huecos o ventanas los límites del espacio se desdibujan, y a través de ellos aparece el color, siempre mediterráneo, como el verdor de los arbustos, el amarillento de la genista o el azul del cielo.
Fotografía: © Adrià Goula