Diseño y color: hablamos con Christoph Brach sobre el viaje creativo que hay detrás de Raw Color
Christoph Brach, la otra mitad de Raw Color, nos habla sobre su visión del diseño, su colaboración con IKEA y cómo el estudio busca llevar el color a un público global con un enfoque accesible y funcional.
En los últimos años se ha visto cómo muchas empresas han ido adoptando una uniformidad progresiva en lo que a su imagen se refiere, ya sea a través del branding, del diseño de sus logos o las colecciones que lanzan. El mundo parece estar dominado por objetos, artículos y materiales en tonos neutros. Y es que el color ha quedado relegado a un segundo plano, como si fuera un elemento accesorio en lugar de un protagonista en el diseño.
Entre este panorama de neutralidad, destacan dos nombres que resuenan con fuerza, la misma que rezuman sus colecciones, coloristas y llenas de vitalidad. Christoph Brach y Daniela Ter Haar de Raw Color, creen que el uso del color no es solo estético, sino que tiene un impacto emocional y psicológico en las personas. Hablamos con Christoph que nos descubre cómo el color se ha convertido en el eje central de su trabajo y en una herramienta poderosa para transformar espacios y objetos.
Para aquellos que aún no conocen Raw Color, ¿cómo describirías la esencia de tu estudio y tu enfoque del diseño?
Christoph Brach: La esencia del estudio radica en el color, un elemento fundamental en todos nuestros proyectos. Sin embargo, nos resulta importante destacar que tan importante como el color es la forma, ya que no puede existir el uno sin la otra. Por ejemplo, si observamos una planta, su color verde está intrínsecamente ligado a su estructura, a sus hojas, a su textura. En nuestros proyectos buscamos precisamente esta interconexión entre la forma y el color, cómo se influyen mutuamente y cómo se adaptan al contexto específico de cada proyecto.
Vuestro trabajo combina de manera simultánea color, investigación y experimentación con materiales. ¿Cómo surge esta mezcla de disciplinas en Raw Color?
C.B.: Diría que es un proceso en constante cambio. En un mismo día podemos estar trabajando en un proyecto de branding, en el diseño de una exposición, en un diseño textil o en una sesión fotográfica. Aunque el estudio es pequeño —solo cinco personas— la interacción es muy compacta y todos estamos alineados en nuestras contribuciones a cada proyecto. Además somos perfiles muy diversos. Yo me formé como diseñador de producto y gráfico. Daniera por su parte es diseñadora textil y sus intereses giran más en torno a las tendencias y el estilismo y es la modelo de nuestros proyectos, que fotografiamos juntos. Creo que con echarle un vistazo a nuestros proyectos puede percibirse esta mezcla de conocimientos, y por eso alentamos a quienes colaboran y trabajan con nosotros a mantener una mente abierta. Nos especializamos en ser universalistas.
Uno de vuestros proyectos más recientes ha sido la colección TESAMMANS, en colaboración con IKEA. Cuéntanos, ¿qué desafíos o aprendizajes destacarías de trabajar con una marca tan icónica y accesible?
C.B.: Lo más sorprendente fue la gran libertad que tuvimos durante el proceso. Creo que nos creamos una idea preconcebida de cómo sería trabajar con un gigante como IKEA, pero la realidad es que a veces, cuando colaboramos con empresas más pequeñas, estas suelen mostrarse más cautelosas respecto al uso de ciertos colores. Si bien es cierto que es una colección temporal, es fantástica la acogida que ha tenido en el gran público, especialmente con una colección tan colorista y que sin duda rompe con la estética neutra a la que IKEA nos tiene acostumbrados.
Hablas de romper con esa estética neutra que en los últimos años ha caracterizado a IKEA, pero que sin duda se ve también en la estrategia de color de numerosas marcas cuando sacan nuevas colecciones. Vosotros estáis en la otra cara de la moneda. ¿Cuál es la intención última con esta colección?
C.B.: Creo que esta colección busca desafiar un poco a las personas y ayudarlas a incorporar más color en sus hogares. Durante nuestras conversaciones con el equipo de IKEA, a menudo bromeábamos sobre cómo gran parte de lo que ofrecen es en tonos blancos, grises y negros, a pesar de que la marca tiene una rica historia en el uso del color desde sus inicios en los años 50 y 60. Entendemos que el uso del color puede ser un desafío, especialmente para quienes no están acostumbrados a él, y a menudo se asemeja a la cocina: si no tienes experiencia, es difícil lograr un equilibrio. Sin embargo, y aunque hay espacios donde los tonos neutros son útiles, como hospitales y galerías, en el hogar nos preguntamos si es realmente lo correcto, ya que este tipo de espacios tan blancos a menudo carecen de la vitalidad que aporta el color.
Y hablando de colaboraciones, ¿tenéis algún otro proyecto que podáis compartir? ¿Algún trabajo del que puedas hablarnos?
C.B.: Actualmente estamos trabajando en varios proyectos que, por el momento, aún son confidenciales. Lo que sí que hemos notado es un aumento en las solicitudes de colaboración en el ámbito de la arquitectura, especialmente para asesorar sobre colores y materiales en interiores. En cuanto a colaboraciones recientes, hemos diseñado el escaparate de la tienda de Hermès en Suiza. Un reto totalmente diferente al de IKEA en cuanto al modo de trabajo. Mientras que IKEA se encargó del desarrollo del producto, los prototipos y la producción, Hermès nos permitió gestionar esos aspectos de manera más independiente, confiando en nosotros para elaborar un plan dentro de un presupuesto establecido. A pesar de las diferencias, ambas colaboraciones nos han brindado la oportunidad de experimentar y explorar creativamente.
Foto de portada: Multiply Exhibition Design de Raw Color con los sofás Link y Loop de Sancal.