La sobria elegancia de ‘M21’, una casa brutalista en Mallorca entre el modernismo y lo vernáculo.
Una inesperada elección de materiales, como el hormigón, han convertido esta casa brutalista en Mallorca en un cubo con volumen y textura terrosa. El estudio español Puntofilipino, liderado por Gema Gutiérrez, vuelve a sorprendernos con una propuesta entre la arquitectura modernista y la vernácula que destila una rotunda elegancia.
‘M21’, una inesperada casa brutalista en Mallorca
Son Servera es una de las localidades más bonitas del levante mallorquín, famosa en la isla por tener unas de las playas más tranquilas de Mallorca, Playa de Costa de los Pinos. Ubicada al noroeste, cerca de Manacor, es el lugar que sirve como aglutinador de la vida social de los pueblos más pequeños de los alrededores. Les contamos todo esto porque es importante contextualizar los lugares donde vivimos y en este caso, resaltar las cualidades de una localidad con atractivos indiscutibles.
Igual de incuestionable es el diseño de ‘M21’, esta casa encaramada en la ladera de una colina, desde donde se disfrutan unas vistas panorámicas al océano. Desde la terraza se puede observar la coreografía de los ferrys y cruceros que navegan entre las islas. Con vistas a la bahía de Son Servera, a un tramo de calas rosadas, playas de arena blanca y aguas turquesas, el estudio español Puntofilipino ha creado un refugio de verano en íntima comunión con el paisaje mediterráneo de las islas Gimnesias.
La sobriedad como sofisticación: es posible
Habitar los lugares sin pretensiones, pero con personalidad. Ese podría ser el modelo de intención que caracteriza a Gema Gutiérrez, cabeza pensante de este estudio que nació en Almería en 2016. En pocos años se ha posicionado como uno de los que más atención internacional está acaparando. No en vano, se ha llevado uno de los German Design Awards de 2023 por el interiorismo de la tienda de Volgare en Milán).
Encaramada en una cresta a 300 metros sobre el nivel del mar, la casa disfruta de vistas panorámicas del mar Mediterráneo que se extiende hacia el sur, así como de espectaculares vistas de prados salvajes que conforman un escenario de belleza indómita, estratégicamente enmarcado por una serie de aberturas que anclan firmemente los interiores minimalistas con el terreno de la isla.
Discreta sofisticación y materiales sorprendentes
¿Cómo combinar la hospitalidad tradicional de la isla con una discreta sofisticación? Cubista en volumen y de textura terrosa, la estructura recorre una fina línea entre el cerramiento y la apertura y la arquitectura modernista y la vernácula. Por complicado que parezca, condensa el diseño de las villas modernistas con la materialidad de las casas tradicionales de esta parte de la isla. La colección de objetos de diseño, muebles antiguos y obras de arte originales de los propietarios, aportan a la casa de un ambiente relajado y hogareño.
Planta abierta, tonos tierra y un interior que se funde con el exterior
Su reto era doble: esta casa brutalista en Mallorca tenía que fundirse con el paisaje. No es fácil estar en pie de igualdad con la arquitectura única de la zona. Respaldado por una paleta de materiales naturales y colores terrosos, el diseño interior «juega con los conceptos de autenticidad, confort, sencillez y orígenes. Quería crear un paralelismo entre el interior y la belleza exterior del paisaje, alma indiscutible del lugar», según las palabras de la diseñadora.
El uso de madera de nogal en las estanterías independientes del salón contribuye a la sensación de refinamiento y artesanía. Minimalista en el diseño y austero en la decoración, el interior está amueblado con piezas contemporáneas de Apparatus, Gessi, Living Divani, Alinea, Alivar y Vaselli, mezcladas con otras, ya icónicas, como la lámpara Siam de Sicis.
El hormigón crudo en tonos tierra y la cerámica terracota de Marazzi en las paredes complementan a la perfección las persianas venecianas de madera vista que rodean la periferia de toda la casa. Las superficies de madera y piedra natural enriquecen aún más el lienzo de materiales naturales. Los azulejos azules y lámparas colgantes de latón, cuero y jaspe de Apparatus se suman a la extensa paleta de texturas.
En uno de los dormitorios, una serie de acentos en azul intenso del suelo al techo añade el toque de color. En contraste con la monocromía del hormigón, crea un interesante contraste que recrea los tonos turquesas del mar. Sin duda, la sorprendente elección de materiales naturales profundiza el diálogo de esta casa brutalista en Mallorca con su entorno natural, y se hace eco de la artesanía mediterránea, impregnando toda la casa de un sentido de durabilidad y humanidad.
Fotografía: Polina Parcevskya