Alfaro-Manrique propone una nueva forma de habitar en ‘Be Casa’ un edificio de apartamentos hoteleros.
El nuevo proyecto de Alfaro Manrique, un bloque de 847 apartamentos hoteleros en Rivas, a las afueras de Madrid, es todo un modelo de intención. Lo que deberían ser espacios de tránsito, fríos y despersonalizados, se han convertido en lugares comunes amplios y singulares para que la comunidad comparta momentos de vida. Bienvenidos a una nueva forma de habitar.
‘Be Casa’, un lugar de paso donde sentirse como en casa
Por si aún no se lo imaginan, ‘Be Casa’ es un edificio de apartamentos hoteleros. Pero no uno cualquiera. Es más bien un paisaje interior que da continuidad a la ciudad, con un ágora interior que apoya sutilmente la interacción entre los residentes como lugar de encuentro, de pertenencia. Sin duda, el nuevo proyecto de Alfaro-Manrique Atelier es un oasis doméstico en el que la narrativa, las imágenes, las texturas, la luz y la vegetación dotan a los espacios de calma y de una manera de vivir dinámica pero sosegada dentro del valor a los cuidados propios y ajenos. Unos valores éticos y estéticos a los que aspira el diseño interior de los ámbitos públicos y comunes del edificio ‘Be Casa’.
Ubicado en Rivas, en la periferia de Madrid, este nuevo modelo de alojamiento se caracteriza por las extraordinarias zonas comunes, hilvanadas con la escala de la arquitectura generando espacios diseminados tanto en el interior como en el exterior.
Las seis zonas troncales componen las principales amenities de estos apartamentos hoteleros; el vestíbulo, el salón social, el ámbito de coworking, el gimnasio exterior y el interior con sala de yoga; y el magnífico rooftop; zonas que se complementan con otras áreas comunes de menor escala, como las lavanderías y zona de spa para mascotas. Sin olvidar otros espacios exteriores como las terrazas abiertas a la piscina o el gran jardín interior.
Nuevas formas de vivir la individualidad dentro de un colectivo
El enorme vestíbulo, dotado de una calidez que le aporta un manto de lamas de madera a modo de telón de acceso sobre fondo cerámico en verde, posee un gran carácter escenográfico. La recepción, fabricada en madera y granito, reinterpreta formalmente la fachada del edificio.
Una chimenea de carácter escultórico como centro de los espacios comunes
El vestíbulo normalmente sería únicamente un espacio de tránsito. Sin embargo, aquí se convierte en un salón social abierto alrededor de un elemento escultórico a modo de chimenea; otra forma de reinterpretar la tradición del hogar. Los sofás y elementos de descanso se diseminan a su alrededor generando innumerables rincones heterogéneos: cambia la iluminación, las texturas y la gama de color.
El coworking, situado en otro ámbito social del edificio, es diferente al vestíbulo. Más bien, es un vergel, una especie de bosque de madera y cerámica verde. Revestido en madera y rodeado de vegetación, pauta las diferentes estancias, generando intimidades. La iluminación particularizada para cada uso, las mesas para trabajar en común o las cabinas tapizadas de madera para aislarse,, todo invita a la actividad pero desde el sosiego, desde la pequeña biblioteca donde leer la prensa, hasta las mesas altas abiertas al exterior para un check in rápido de emails.
El inmenso rooftop se dispone sobre casi el total del conjunto del edificio. Un magnífico espacio lineal en que se han reinterpretado las praderas verdes que rodean Madrid (y aquellas estampas goyescas de hedonismo, tranquilidad y placidez).
Un proyecto donde el diseño interior está vinculado al lugar y al exterior, a generar ese oasis propio pero que al mismo tiempo genera la vida en comunidad tan apreciada en nuestra cultura; el barrio, la calle, la plaza, pero bajo el prisma del diseño contemporáneo.
El mobiliario ha sido diseñado casi en su totalidad por Alfaro-Manrique Atelier. Piezas que son casi esculturas como la gran chimenea, el mueble de recepción o las cabinas del coworking.
Fotografía: Imagen Subliminal