Roc’s House es un ejemplo de casa flexible y de adaptación climática.
Concebida entre medianeras, Roc’s House se ha adaptado funcional y climáticamente acorde a las necesidades de sus nuevos propietarios. Sacando el máximo partido a su doble fachada, NeuronaLab ha ideado un espacio luminoso y flexible para una familia moderna.
Iluminación natural
Roc’s House se alza entre medianeras en el municipio de El Prat de Llobregat. La peculiaridad de su doble fachada (una orientada al sur y la otra, en una calle peatonal, al norte) ha hecho posible una reforma en la que la luz natural y la adaptación al clima cobran especial protagonismo.
El estudio de arquitectura NeuronaLab propone una restauración del espacio partiendo de su cubierta a dos aguas. Alargando uno de sus faldones, han generado una entrada de luz natural que potencia las posibilidades de la parte superior de la casa. El lucernario es útil no solo para permitir la entrada de la luz solar, sino también para hacer posible una ventilación cruzada del hogar.
Adaptación climática
El estudio ha puesto el foco en los espacios de transición entre lo público y lo privado. Así, se ha generado una apertura hacia la fachada sur que une el interior con la zona del patio. Las cristaleras consiguen aislar térmicamente la vivienda, por lo que la temperatura interior no se ve perjudicada. Además, el espacio proporciona a la familia suficiente privacidad para utilizarlo en su día a día.
En la misma línea, se ha creado una generosa zona de sombra en el patio gracias al uso de persianas enrollables. Una solución tradicional a la par que eficiente que consigue proteger el espacio intermedio entre interior y exterior del caluroso clima estival a la vez que evita que la casa se caliente. En invierno, se pueden enrollar fácilmente para dejar que entre la luz del sol en el interior de la vivienda.
Materialidad sin complicaciones
En lo que respecta a la materialidad del espacio, el estudio optó por mantener sus elementos originales más distintivos. Por ello, las vigas (de hormigón y madera), las bovedillas de cerámica o su cubierta de teja siguen siendo parte de la vivienda. Por otro lado, se añadieron materiales poco procesados: hormigón, madera de abeto y piedra natural.
Las prestaciones de la casa incluyen suelo radiante, descalcificador, aerotermia y la posibilidad de añadir placas solares. También han conseguido reforzar el aislamiento térmico mediante el sistema SATE en su exterior. Finalmente, en cuanto a los acabados de los revestimientos y las pinturas, se han elegido desde un punto de vista saludable, teniendo en cuenta tanto el medioambiente como los habitantes del hogar.
Un trabajo muy familiar
El equipo de NeuronaLab enfoca el proyecto con la familia en mente. Los propietarios de la casa, una pareja con un niño de dos años, han visto respetado su estilo de vida y crianza. En consecuencia, se han reforzado las estructuras que potencian la autonomía del pequeño de la casa, teniendo en cuenta una doble altura en el pasamanos de la escalera y los tiradores de sus armarios.
Mientras que las zonas con un propósito claro (comer, dormir, descansar, jugar) han sido ideadas y equipadas por completo, se ha permitido cierta versatilidad en otros espacios. Muestra de ello son el altillo, el cobertizo e incluso la zona de entrada. En este caso, la flexibilidad de la vivienda nace precisamente en la indefinición de ciertas estancias.
Fotografía: Pol Viladoms y Rosario Kuri