Remanso de paz en la colonia Fuente del Berro.
El estudio Jiménez & Linares devuelve la esencia artesana y tradicional de esta vivienda unifamiliar en uno de los distritos más céntricos y exclusivos de Madrid, la colonia de Fuente del Berro.
Oasis de lujo en pleno distrito de Salamanca
Nos remontamos al año 1920, cuando el promotor Gregorio Iturbe edificó la colonia modernista Fuente del Berro. Con el paso de los años, esta zona del distrito de Salamanca se ha convertido en una de las más privilegiadas de Madrid por sus viviendas unifamiliares en una ubicación excepcional: céntrica y rodeada de naturaleza.
Las numerosas intervenciones de los distintos propietarios que han pasado por ahí hicieron que durante la segunda mitad del siglo XX el barrio perdiese su esencia modernista, así como la homogeneidad estética de las fachadas. Sin embargo, en esta rehabilitación, el estudio de origen sevillano Jiménez & Linares se ha propuesto devolver la esencia inicial de la colonia.
Recuperar la identidad arquitectónica
La vivienda, que cuenta con 240 m2, fue la residencia del escultor y poeta vasco Jorge de Oteiza durante los años 50. Cuando Jiménez & Linares comenzó el proyecto, sus fachadas e interior se encontraban muy deteriorados. Así que el estudio planteó una reforma integral que pusiera en valor el legado arquitectónico de este curioso barrio.
Para ello, se ha generado un proyecto en el que modernidad y artesanía van de la mano. Los castaños de indias que bordean la vivienda se funden con la fachada hasta parecer trepar por ella. Una fachada de ladrillo que recupera el blanco original a través de materiales de mortero de cal y piedra natural. Además, exhibe grandes ventanales e incorpora jardineras de acero forjado que se mimetizan con el entorno.
La puerta de entrada aparece como gran protagonista. La madera natural en forma de espiga aporta calidez, contemporaneidad y sofisticación al exterior de la vivienda.
Interior mediterráneo
El interiorismo de la vivienda es un remanso de paz. Materiales nobles y naturales visten cada rincón de las dos plantas. A su entrada, aparece un recibidor que integra un amplio salón y una coqueta librería. La madera, el ratán y los textiles naturales como el lino o el yute dan un carácter muy mediterráneo.
En la altura superior se ubican los dormitorios principales, la habitación de invitados y el estudio. Todas ellas, estancias con el encanto propio de la sencillez. Tonos neutros, materiales nobles y naturales o mobiliario y decoración de formas orgánicas generan una sensación muy acogedora en esta área íntima de la casa.
La zona social, muy luminosa, se ubica en el semisótano. Está compuesta por cocina, comedor y salón. En ella, se juega al contraste de materiales naturales, como la madera de roble, con la piedra caliza blanca.
Celosía-biombo
Las escaleras centrales están adornadas con una bonita celosía de acero que deja pasar la luz mientras dibuja sinuosas sombras en el interior de la casa. Está perforada con forma de hojas de palmera, de manera que funciona como un biombo y proyecta una gran liana en el espacio. Un original diseño que alude al enclave en el que se encuentra.
El patio, fuente de luz
El tranquilo patio interior invita a la desconexión y la relajación. La vegetación, una tradicional fuente de agua y diferentes piezas cerámicas a gran escala aportan el toque artesanal al espacio para sentirse como en un auténtico refugio mediterráneo.
Fotografía: David Zarzoso