L’ÀTIC, de la ciudad al campo.
Rehabilitar un espacio bajo cubierta de una casa construida el año 1930 es el reto al que Gabarra Arquitectes se ha enfrentado en este proyecto en Ivars d’Urgell, Lleida. Un espacio bautizado como L’ÀTIC y que busca dar respuesta al cambio de vida de sus propietarios. Una familia que siempre había vivido en la ciudad y que con la llegada de la pandemia se plantea volver a su pueblo de origen para estar más cerca de los suyos.
Vuelta al pueblo, por Gabarra Arquitectes
El proyecto recupera una de las plantas de una casa de pueblo propiedad de los padres de ella, actualmente vacía y utilizada como espacio de almacenaje. «En desuso y sin particiones, era un espacio oscuro, sin apenas ventanas a la calle pero con una imponente cercha de madera que ha pasado a ser el leitmotiv del proyecto», cuenta Pau Gabarra.
Con tres dormitorios, dos baños, una sala de estar-comedor, una cocina y dos espacios de estudio-trabajo, para niños y adultos, el programa da respuesta a las necesidades de cualquier familia. «Los propietarios nos pidieron tres dormitorios que se entendiesen como el espacio privado de cada uno de ellos, mientras que el resto de la casa se diseña bastante diáfana», señala el arquitecto.
Vivir en torno al patio
Para hacer realidad el deseo de sus habitantes, que querían vivir y compartir tiempo en familia, se propone situar los dormitorios en las esquinas y liberar el espacio central. De esta forma, se añade un patioque ordena las zonas y logra articular las áreas comunes sin proyectar particiones físicas. Entrada de luz al centro de la casa, este patio funciona también como un punto de control climático que potencia la ventilación cruzada y el efecto Venturi. Además de incorporar una zona exterior en el centro de la casa, en forma de pequeña terraza donde desayunar.
Una gran cercha de madera como protagonista de la casa
Abrir el espacio central permite mostrar la cercha de madera en los puntos más interesantes y darle el protagonismo que merece. «Mantener y recuperar una cercha sin la cual el espacio no sería lo que es ha sido sin duda lo más difícil del proyecto», señala Pau, que ha incluido el tener que apuntalar toda la cubierta.
Interiorismo neutro
«La familia tenía claro que quería aprovechar los muebles que tenían en su antigua vivienda en la ciudad», añade el arquitecto, que para dar cabida a su mezcla de estilos ha optado por un interiorismo muy neutro. Un pavimento de parqué natural, paredes blancas y la cercha de madera natural original dibujan el perfecto telón de fondo de su nuevo hogar.
La iluminación mínima
El proyecto de iluminación sólo tiene en cuenta la luz cenital, puesto que los propietarios quieren ir iluminando el espacio en función de cómo lo vayan viviendo. Y es que, como cuentan desde Gabarra Arquitectes, al plantear un espacio polivalente, «lo que hoy es una sala de juegos, mañana puede ser un estudio, y lo que hoy es el vestíbulo, puede pasar a ser un espacio de trabajo para teletrabajar».
Fotografía: DEL RIO BANI