¿Restaurante o galería de arte? Adobo, una experiencia estética y de paladar.

Adobo/Adobar, en Les Tres Torres

Arte, gastronomía y diseño se dan la mano en el restaurante Adobo para ofrecer una experiencia estética completa. Inspirado en lo que podría ser una galería de arte o el taller de un artista, el interiorismo de este local del barrio de Les Tres Torres, en la zona alta de Barcelona, está firmado por Cristina Carulla. En esa ocasión, la interiorista nos acerca a un entorno creativo, con mucho simbolismo, que se equilibra a la perfección con la funcionalidad de sus diferentes espacios.

Un lienzo para el arte

Todos los detalles están pensados para funcionar como un conjunto en el que disfrutar con los cinco sentidos. Las cenefas pintadas a mano, el papel pintado y los cuadros de gran formato en las paredes dan ese aire artístico que impregna todo el concepto.

En cuanto a la paleta de colores, como nos cuentan desde el estudio, también se ha pensado en el lienzo del artista. Así, partiendo de una base de colores neutros, se han añadido «brochazos de tinta y tonos tierra». La tinta de color negro evoca la sofisticación, mientras las tonalidades tierra aportan calidez.

Espacios diferenciados

El restaurante Adobo/Adobar cuenta con dos espacios interiores diferenciados y delimitados. Por un lado, el restaurante en sí mismo, con mesas de mantel en las que se sirven platos de temporada con el adobo (como no podía ser de otra manera) como protagonista. En el otro extremo, el Adobar, una terraza interior en la que degustar platillos y tapas, con un diseño más desenfadado. Ambos espacios están separados por un pasillo en el que se encuentra una barra que sirve, a su vez, de punto de conexión entre el restaurante y la terraza.

El espacio del restaurante está inspirado en el estudio de un artista. Las obras de arte y las cenefas pintadas a mano refuerzan esta idea. Las paredes están forradas de loneta y las columnas revestidas con baldosa cerámica y aplique diseño de Cristina Carulla Studio. «También decidimos poner diferentes tipos de sillas y que no estuvieran las mismas juntas, ya que nos gustaba la idea de pensar en una cena a la que se va añadiendo gente y que acaba llevándote a poner sillas alrededor de la mesa que son de otros espacios de la casa».

Aprovechando el techo a dos aguas, el diseño de interior ha potenciado la entrada de la luz natural. «Esto lo conseguimos con la instalación (en el exterior) de un policarbonato rígido que deja pasar la luz y, en el interior, un techo tensado Barrisol tamizante. Combinados crean una agradable luz homogénea que baña todo el espacio», nos cuenta. De noche, la iluminación indirecta potencia la intimidad y el entorno acogedor, con una lámpara individual en cada mesa.

El Adobar

En la zona Adobar, se creó un espacio híbrido que conecta el exterior y el interior. Así, tres de las cuatro paredes y el techo son transparentes con el objetivo de crear una zona diáfana y privada al mismo tiempo. Tras las cristaleras, la vegetación juega un papel fundamental ejerciendo de cortina que disimula y oculta el comedor. Un cuadro de gran formato completa la experiencia estética de esta parte del restaurante.

La terraza

El tercer espacio del local es la terraza, en la que la vegetación se convierte en protagonista. El mobiliario dialoga con ella y se distribuye de forma aparentemente aleatoria adquiriendo un aire fresco y natural. Un espacio pensado para amenizar la espera de los comensales que disfrutarán en el restaurante del menú preparado por su chef, Enrique Valentí.

Restaurante Adobo/Adobar. Calle Milanesat 19. 08017, Barcelona

Fotografía: Phood