El primer local de Freshperts en Barcelona es pura armonía.
Sandra Tarruella Interioristas está detrás de Freshperts, un establecimiento que aglutina seis propuestas culinarias. En su interior, los espacios están perfectamente diferenciados y distribuidos para facilitar el movimiento de los clientes, así como el trabajo de los cocineros y los riders.
De todo, para todos en Freshperts
¿Estás indeciso? ¿No puedes decantarte entre una bandeja de sushi, un poke bowl, una ensalada o bien comida tailandesa o mexicana? En el primer establecimiento que Freshperts ha abierto en Barcelona, en el número 169 de la Ronda General Mitre, no tendrás problema. Bajo un mismo paraguas, en sus 400 metros cuadrados se engloban seis variedades de comida a domicilio: Sushifresh, Boko, Hotto, Tako Tako, Fish&Greens y Rainbowls.
El proyecto ha corrido a cargo de Sandra Tarruella Interioristas, quien ha mimado por encima de todo la esencia y los valores de la marca. Tal como puedes comprobar en estas imágenes, su estética va acorde a los tipos de comida que se ofertan.
Funcional y sin grandes adornos
Al tratarse de un local esquinero y de forma irregular, desde la calle pueden apreciarse dos grandes fachadas de vidrio de cuarterones de hierro existentes. El estudio ha tomado la decisión de aprovechar las carpinterías y forrar con rastreles de madera verticales la entrada para eliminar la frialdad del hierro. Del mismo modo, ha recurrido a la madera para alargar visualmente la poca altura con la que cuenta el lugar.
Su calidez viene dada por techos de madera de roble, así como por suelos y paredes de microcemento con la orientación de las cocinas hacia el exterior. En el caso particular de las paredes traseras donde trabajan los cocineros, se han forrado con rastreles de madera vertical. Esto último esconde las instalaciones e integra por igual espacios de trabajo, lavado y almacenaje.
Por ejemplo, en esta misma pared, puede observarse un mueble de hierro, diseñado a medida, que ordena y dosifica las cajas de packaging para agilizar el trabajo a los cocineros de Freshperts.
Tal como el propio estudio apunta, «hemos trabajado con una riqueza de materiales nobles como maderas, piedras y hierro». Indiscutiblemente, su pensada estética funcional, sin añadidos ni decoraciones superfluas, es otro de sus atractivos.
Máxima productividad
Pese a aglutinar media docena de propuestas culinarias, al abrir dos accesos independientes se han resuelto las circulaciones de los cocineros, los riders y los clientes. El primero de estos accesos ha sido creado para que los riders recojan los pedidos por detrás de los muebles de las distintas cocinas. Y, el segundo, para que los clientes puedan acceder por sí mismos al establecimiento.
El nexo en común entre las distintas cocinas, eso sí, es un mueble de acero inoxidable que ejerce de eje central. En él se reciben todos los pedidos a la espera de ser repartidos. Además, la pieza dispone de unos cajones especiales que se aíslan térmicamente para que la comida se conserve caliente antes de ser repartida.
Espacios bien diferenciados
En cuánto a la distribución, cada restaurante se ha pintado con su color corporativo para que se identifique fácilmente. El mostrador de Sushifresh, por ejemplo, se ha fabricado en madera maciza teñida en negro.
Justo a él, se halla el mueble que acoge las propuestas de Boko y Hotto, de inspiración asiática. Está forrado de baldosas artesanales a medida, muy setenteras, en distintos tonos cálidos, terracotas, caramelo y marrones.
Por su parte, justo en el medio, el mostrador en madera de roble natural de Fish&Greens y Rainbowls (ambos con propuestas de comida vegetariana) te recibirá con una estética más fresca y juvenil.
Con luz propia
Sin duda, la iluminación merece mención aparte. Con el objetivo de desviar la atención de unos grandes pilares que hay en el centro del local, el estudio ha colocado unas cajas de luz asimétricas que se inspiran en las grandes ciudades de los países asiáticos.
Por último, también se ha cuidado con esmero la rotulación en la fachada de los distintos restaurantes. Cada uno de ellos, sin excepción, emite una luz. Se han repartido por la fachada con el objetivo de llamar la atención de los transeúntes, desdibujando la separación entre el exterior y el interior.
Fotografías: Salva López