Si, nosotros también usamos cookies. Esas cosas con nombre de "galletita" que ayudan a que tu navegación sea más personalizada. Cierra este mensaje y nos darás tu permiso para seguir utilizándolas. Y seguirás disfrutando de diarioDESIGN como siempre.

Feliz viaje por nuestra web Cerrar

El showroom ha muerto, larga vida al showroom

Las tiendas ya no son lo que eran. De la mano del diseñador Lucas Muñoz, la marca de muebles Sancal reinventa el concepto de showroom en Madrid con un espacio que mezcla diseño, sostenibilidad y comunidad en el icónico edificio O'Donnell 34.

El showroom, como espacio de exposición estática, está quedando obsoleto. Las marcas están entendiendo que su rol va más allá de ser meras vitrinas para vender productos; están reconfigurando sus espacios comerciales para convertirse en hubs donde se cruzan personas, ideas y cultura.

En los últimos años, varias marcas han liderado este cambio. La casa de moda Saint Laurent, por ejemplo, ha transformado una librería en París en un espacio cultural bajo el nombre Babylone. Este lugar no solo ofrece publicaciones raras y arte original, sino que organiza eventos culturales como DJ sets y lecturas. La idea es que se convierta en un «lugar de encuentro para innovadores artísticos» en el corazón de París, un espacio donde las conexiones y las ideas puedan nacer. De manera similar, Birkenstock ha abierto un estudio de residencia creativa en Londres, «Walk With Me», donde artistas locales imparten talleres gratuitos de personalización de productos y de artesanía en cuero, creando así un entorno de aprendizaje, intercambio y conexión con la comunidad local. Supreme ha hecho lo mismo con la comunidad skater en Shanghai en su nueva tienda.

La brutalista librería Babylone de Saint Laurent en París

En lugar de obsesionarse con las cifras diarias de ventas, estas marcas están enfocadas en construir verdaderos hubs que generen una conexión auténtica y significativa alrededor de la marca y su personalidad. Esta evolución las lleva a explorar territorios liminales, esos entornos que desafían las clasificaciones convencionales de tienda o showroom creando una identidad más genuina, fomentando la pertenencia y el sentido de comunidad, más allá del simple acto de comprar. Esta evolución, que ya está siendo explorada en otros sectores, comienza a resonar también en el ámbito del hábitat.

COLAB: El showroom del futuro en el legado de Lamela

En Madrid, el proyecto COLAB de Sancal con firma de Lucas Muñoz lleva esta misma idea de comunidad y espacio de encuentro al sector del diseño de mobiliario, conectando pasado y presente en un mismo lugar. Situado en la cuarta planta del histórico edificio de oficinas de O’Donnell 34, diseñado por Antonio Lamela en 1966, este espacio se presenta como un híbrido entre showroom, laboratorio creativo y oficina. Además, el espacio acoge las oficinas de la agencia creativa Fuego Camina Conmigo, subrayando su papel como un lugar de sinergia y colaboración constante. Lamela, pionero de la arquitectura moderna en España, introdujo con este edificio un concepto innovador para su época: el primer edificio de oficinas en el país, que reflejaba un modelo de trabajo y organización espacial revolucionario en los años 60. Hoy, el COLAB de Sancal retoma esa herencia de vanguardia, transformando la idea de un showroom para responder a los retos contemporáneos de la sostenibilidad y la colaboración creativa.

COLAB de Sancal

Y como en otros proyectos de Lucas Muñoz, la sostenibilidad es el centro de un proceso vivo de diseño e interiorismo siempre en progreso. Guiado por un concepto de «arqueología material», donde la reutilización y recuperación de los materiales originales del espacio preexistente se convierte en el eje central, durante siete meses, su equipo ha trabajado en el reensamblaje de elementos transformándolos en componentes valiosos que ahora definen el nuevo espacio. Este enfoque convierte en «tesoros lo que para otros es simple basura«, explica Lucas, minimizando el impacto ambiental y dotando al lugar de una narrativa rica en significado, donde cada material reciclado relata la historia del edificio y su renovada identidad. Así, COLAB emerge como un modelo innovador de espacio comercial y creativo que, al igual que el edificio de Lamela en su época, continúa desafiando las convenciones del diseño y la arquitectura.

COLAB de Sancal

El showroom, tal como lo conocíamos, puede estar muriendo. Pero en su lugar, surge algo mucho más dinámico y relevante: espacios que son tanto para el comercio como para la comunidad, para la cultura y para la creatividad. Y COLAB de Sancal en Madrid puede ser un claro ejemplo. La apuesta es alta, así que estaremos atentos a su futura agenda.

Artículos relacionados

Somos Nido: el ‘caliu’ como bandera detrás de Norrsken Barcelona y la Llave de Oro

Villa Archipiélago, un oasis en los aledaños del río Guadarrama

Hormigón visto y mobiliario a todo color en esta vivienda de San Sebastián

Un invernadero escondido en un edificio de oficinas de Madrid