Michele Corbani y Andrea Spada, el eclecticismo italiano de Ilmiodesign.
Michele, arquitecto, y Andrea, diseñador industrial, afirman discutir durante el brainstorming. Eso sí, una discusión constructiva, pues su forza lombarda y eleganza atrevida les ayuda a afrontar cada proyecto como un reto, siempre bajo el mantra de nunca aburrirse. Se afincaron en Madrid, pero también tienen estudio en su adorado Milán. Tal vez por eso, ninguno aparca las maletas ya que ambos poseen alma de trotamundos. Estos empresarios y creadores nos reciben para hablarnos de esta alianza que lleva ya más de diecisiete años y de su gran pasión: el diseño.
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Ya que vosotros andáis a caballo entre Milán y Madrid, ¿cómo se vive la arquitectura y, en especial, el interiorismo en cada cultura?
Andrea: Aquí, tanto el arquitecto como el industrial designer son considerados como ingenieros, mientras que en Italia es completamente opuesto, también se dedican muchísimo al diseño de interiores e instalaciones. Hay bastante confusión con el término decorador”.
Michele: Cuando empezamos a trabajar en España, vimos un nicho porque era un sector poco explotado. Sin embargo, en nuestra tierra esta faceta estaba muy bien cubierta. La estética es un valor subjetivo que puede gustar más o menos, pero lo importante es que exista una profesionalización del trabajo”.
Lo que es muy sorprendente cuando haces un review de todos vuestros trabajos es que puedes encontrar hoteles con inspiración de los cincuenta; restaurantes como Tatel, basado en los locales clandestinos speakeasy de la ley seca estadounidense y donde el propio Gran Gatsby daría una fiesta, u otros en los que imperan líneas más minimalistas próximas a Le Corbusier. Entonces, ¿cuál es vuestro estilo?
Andrea: La base de nuestra filosofía es el eclecticismo. Los clientes vienen a nosotros porque saben que somos capaces de conseguir un hotel estilo ‘Miami’ en Ibiza. Hay otros diseñadores que tienen una línea muy marcada y recurren a ellos por ese motivo. Para nosotros siempre hay una búsqueda de los detalles y los materiales, algo innovador en los colores y en el mobiliario, donde se nota una tendencia más fluida e italiana -en especial en los lacados-. En casas, me veo muy italiano porque al final el cliente es lo que más nos pide.
Michele: Siempre tenemos un toque atrevido, menos en las viviendas que somos más clásicos y depurados. Si tienes un sello muy marcado, al final, casi todos los proyectos son iguales. A la hora de definir el estilo, tal vez sea una pregunta que le corresponda contestar más a quien lo mira que al propio artista.
Os describís como artesanos y afirmáis que huís de lo mainstream, de hecho, sois los artífices de hasta la última puntada de vuestros diseños, ¿hasta qué punto os involucráis?
Andrea: A veces, cuando trabajas a gran escala es imposible supervisarlo todo y tienes un equipo que lo hace bajo tu nombre. En este sentido me siento como un sastre, ya que la idea siempre sale de nosotros y nuestro equipo es tan solo un apoyo. Por ejemplo, para hacer las cerámicas que cuelgan del restaurante italiano Rugantino, me senté con el ceramista para explicarle que debían ser como un tipo de gnocco, pasta que tradicionalmente se hace a mano. Yo mismo fabriqué con el torno cómo debía ser el prototipo.
Michele: Cuando diseñamos cualquier tipo de producto siempre nos gusta trabajar junto a otros artesanos para obtener los mejores resultados. Al igual que hacían los grandes designers italianos, quienes trabajaban en compañía del verdadero personaje que estaba cortando el cuero o tallando la madera. La carpintería de la mayor parte de nuestras viviendas está hecha por un ebanista navarro y todas las semanas subo para ver cómo va y mejorarlo. Es algo que nos gusta cuidar mucho.
Cuando os veis obligados a adquirir una pieza, ¿dónde lo hacéis?
Andrea: Quizás nos saltamos esta fase más poética de vagar por un mercadillo en busca de la pieza perfecta, pero sí nos ‘empapamos’ una semana al año de todas las tendencias en Il Salone del Mobile de Milán. Es como un master porque todas las mejores firmas presentan sus colecciones.
Y qué hay de la relación cliente-diseñador, ¿cómo debe ser?
Michele: Es muy importante conocer a quien te está haciendo un encargo, descubrir su personalidad para que no sea algo artificial. Nosotros tenemos la suerte de ser amigos de nuestros clientes.
Os encanta viajar, ¿esta faceta se ve plasmada en vuestro trabajo?
Michele: “Tomamos cada proyecto como un enriquecimiento personal, por ejemplo, cuando hicimos el Hotel Tropicana, Andrea tuvo la posibilidad de viajar a Miami Beach y poder impregnarse de su arquitectura. Al diseñar Tatel, ambos estuvimos en Nueva York, mientras que para el restaurante asiático, LAH!, justo hacía poco tiempo que había visitado Tailandia. Ahora estamos con un posible trabajo que, si sale, habrá que ir a Paris y Milan.
¿Qué es lo próximo que os traéis entre manos?
Michele: Vamos a hacer dos nuevos hoteles en Ibiza para 2018, uno inspirado en Cuba -esta vez no hubo tiempo de viajar hasta allí porque fue todo muy exprés- que se llamará Cubanito. Para este diseño, vi tres veces la película Chico & Rita, cuya animación es de Mariscal y de quien soy muy fan, aunque lo bueno de Cuba es que es muy icónico y reconocible. El otro hotel es de gran colorido y tiene un mundo fantástico muy a lo Tim Burton, así como determinados elementos inspirados en el movimiento arquitectónico italiano Archizoom, que se caracterizaba por una gran plasticidad.
Queremos agradecer a Michele Corbani y Andrea Spada el tiempo que nos han dedicado para poder realizar esta entrevista. Podréis saber más sobre ellos en ilmiodesign.com y en su Facebook.
Entrevista, fotografía y textos equipo Slowkind
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