Taberna Komomoto en Barcelona, diseñada por Sandra Tarruella.
De nuevo otra apuesta innovadora del grupo Tragaluz, una taberna con un amplio horario y donde se puede disfrutar tanto de un desayuno, como de una comida informal, o incluso de unos cócteles después de la cena. Una propuesta muy en línea del Bar Tomate, el último local del grupo inaugurado recientemente en Madrid. (Ver post sobre el Bar Tomate publicado en diaroDESIGN).
El espacio, de 210 m2, ha sido reformado a partir del antiguo restaurante El Japonés de Princesa, del que se ha respetado la distribución. El nuevo establecimiento incorpora sin embargo nuevos elementos como una barra de cócteles y sushi, o una gran pared donde los clientes pueden colgar sus fotografías, dibujos o notas. Los grandes ventanales a doble altura potencian la comunicación con el exterior, debido a que el local está ubicado 90 cm por debajo del nivel de la calle. La idea de restaurante informal o taberna se ha plasmado en la utilización de materiales sencillos como los tablones de madera y piedra natural, pero también en otros detalles como los cojines de telas recuperadas de ponchos peruanos o una iluminación de bombillas colgadas a distintas alturas.
La cocina nikkei, una gastronomía realmente fusion, surgió con la integración de los inmigrantes japoneses en Perú que incorporaron sus productos y métodos de tradición culinaria a la cocina peruana, hace ya más de 110 años. La carta del Komomoto ofrece desde propuestas de cocina nipona más tradicional hasta platos típicamente nikkei más desconocidos, como el tataki de atún envuelto con alga nori y maíz crujiente o los calamarcitos empanados al estilo japonés con picada peruana de vegetales.
Fotografías © Olga Planas