Contraposición día-noche en ROC3, el tercer apartamento en el Gòtic barcelonés de nook architects.
Con nuevas ideas adaptadas a los condicionantes de partida pero manteniendo la recuperación del espíritu original del edificio, se ha llevado a cabo una intervención sutil en el espacio que ha permitido alcanzar el nivel de confort demandado hoy en día y buscando a la vez la armonía con la historia del edificio.
La envolvente irregular original, típica de las fincas antiguas de la zona del casco antiguo de la Ciudad Condal, ha provocado que los arquitectos hayan decidido colocar contrapuntos en forma de elementos lineales que se convierten en protagonistas en cada una de las estancias, principalmente los listones de madera con los que se han resuelto los límites y cambios de pavimento que regularizan a su vez las trazas de la antigua tabiquería.
Para este nuevo proyecto aplican la misma máxima que podemos ver en los anteriores: la contraposición entre la zona de día y la zona de noche, diferenciándose en esta ocasión por la nueva solución aportada para el baño. El espacio de día se ubica volcado a la calle y el dormitorio a interior de manzana, pero al estar el bajante general y las instalaciones de saneamiento en un lugar diferente a donde se situaban en Twin House, no se han podido aplicar los mismos parámetros.
Uno de los puntos más innovadores del diseño vuelve a ser incorporar la pieza del lavamanos en el dormitorio, para aprovechar la luz y agrandar la sensación de espacio abierto. Está separada del resto de la habitación por un murete bajo y unos cubos de hierro suspendidos, que permiten guardar accesorios desde ambos lados.
Estos mismos cubos se han usado como mesitas de noche, y otro se encuentra en la cocina para guardar utensilios y libros de recetas, dando además uniformidad al concepto.
Otro protagonista del dormitorio es el perchero, diseñado para ser a la vez iluminación y que conecta con el soporte de los cubos del baño y la guía de la puerta corredera que da entrada a la pieza de la ducha y el wc. Para conceder privacidad y que los invitados no pasen por la habitación, el wc tiene otra puerta que da al recibidor.
La sintetización de la idea de la linealidad como característica del espacio se muestra en la lámpara del salón, una impresionante luminaria que forma un ángulo recto y que tiene reminiscencias de la Tecta, ejemplo neoplasticista de Gerrit Rietveld, o la diseñada por Walter Gropius para su estudio en la Bauhaus. El mobiliario escogido es de Casa Jornet.