Si, nosotros también usamos cookies. Esas cosas con nombre de "galletita" que ayudan a que tu navegación sea más personalizada. Cierra este mensaje y nos darás tu permiso para seguir utilizándolas. Y seguirás disfrutando de diarioDESIGN como siempre.

Feliz viaje por nuestra web Cerrar

Copenhague: sostenible, vanguardista y el gran referente de los espacios públicos

La capital danesa se ha posicionado como un verdadero ejemplo en cuanto a innovación urbana. Copenhague, cuna de grandes nombres de la arquitectura como Henning Larsen o Bjarke Ingels, establece los estándares mundiales de sostenibilidad y diseño vanguardista.  

Recuperación del espacio urbano  

El estilo escandinavo es, desde sus orígenes a principios del siglo XX, sinónimo de funcionalidad y sostenibilidad. El movimiento surgido en los países nórdicos fue muy popular en los años sesenta por varios cambios sociales, históricos y culturales de la época. El surgimiento de diseñadores daneses, suecos o noruegos, las exposiciones y eventos internacionales de estos países y la capacidad de producción en masa posicionaron al estilo escandinavo como referente del diseño mundial. Coincidiendo con esta década, Copenhague comenzó en los sesenta un plan de desarrollo urbano que fue, y sigue siendo en la actualidad, un ejemplo de cómo mejorar los espacios públicos y la calidad de vida de sus habitantes.  

El factor que posicionó a Copenhague como ejemplo de laboratorio urbano fue su innovadora política de recuperación del espacio urbano. En este sentido, la capital danesa se basó en escuchar a sus ciudadanos para aplicar mejoras en cuanto a movilidad, vivienda y estilo de vida.  

El arquitecto Jan Gehl fue uno de los artífices de este proceso de cambio e innovación, promoviendo sobre todo la reconquista de la ciudad a favor del peatón y de dejar de usar el coche. Gehl y su libro Life Between Buildings: using public space influyeron en la actuación de los espacios urbanos.

En la década de los sesenta, la ciudad de Copenhague sufría un excesivo uso del automóvil, con todos los problemas que ello podía acarrear. Como consecuencia, los ciudadanos comenzaron a trasladarse a las afueras de la ciudad, deshabitando el centro de Copenhague y dando como resultado una capital “abandonada”, como describía Gehl. Para esquivar el desuso del espacio urbano, se comenzaron a hacer cortes temporales al tráfico en épocas festivas, lo que tuvo una buena acogida entre los ciudadanos y se transformó en algo permanente.  

Nordhavn, el ejemplo  

Una gran referencia en la transformación del espacio urbano de Copenhague lo representa el barrio de Nordhavn. La zona era antiguamente un puerto industrial y ahora se está alzando como un barrio ejemplar para el desarrollo urbano y la mejora de la calidad de vida. Aunque sigue aún en construcción, el enclave ya ha servido de referencia.  

Nordvahn se encuentra a cuatro kilómetros del centro histórico de Copenhague y es un sinónimo de la alianza público privada que a menudo hay en otros ámbitos en la capital danesa. El proyecto contempla la construcción de viviendas sociales bajo un modelo sostenible, una conectada y extensa red de transporte público, áreas comerciales y espacios abiertos de uso público que fomenten la vida urbana.  

Portland Towers

Actualmente, el distrito de Nordvahn se encuentra dividido en islotes y se prevé que su construcción finalice en 2050 con el asentamiento de más de 40.000 residentes. El plan de expansión del barrio contempla la construcción de nuevos edificios, respetando los ya existentes Portland Towers, que se utilizaban para almacenar cemento y ahora son oficinas; o la torre del antiguo silo donde se guardaba el grano y, hoy en día, es uno de los símbolos de la transformación, con una fachada con placas de acero galvanizado que da cobijo a un complejo de apartamentos de lujo. 

Una ciudad smart y green  

En línea con fomentar el desuso del coche, Copenhague ha ido poniendo en marcha diferentes medidas para hacer que la ciudad fuera más sostenible. De hecho, la capital danesa suele ser cada año referente en materia de calidad de vida y ecología. Pero no siempre fue así. En la década de los ochenta, el urbanista Jakob Norman-Hansen criticó lo industrializada y deteriorada que estaba Copenhague, una ciudad con aguas contaminadas. Sin embargo, desde entonces la capital danesa ha impuesto medidas para dejar de serlo.   

Una de ellas fue la construcción de numerosos carriles para bicicletas, fruto de una financiación público-privada. Se cree que en Copenhague seis de cada diez habitantes usan a diario su bicicleta. Otra de las políticas que implementó la ciudad para ser más sostenible es que, desde 2010, todos los edificios de nueva construcción deben contar con terrados verdes.  

La planificación urbana centrada en el peatón ha convertido a Copenhague en una ciudad caminable, con plazas bien diseñadas y calles peatonales que fomentan la interacción social. Este enfoque ha contribuido a la creación de comunidades más cohesionadas y ha fortalecido el tejido social de la ciudad. 

Cuna de grandes arquitectos  

El skyline de Copenhague es una mezcla de edificios históricos y construcciones vanguardistas de diseño único. Con el sello que caracteriza al estilo nórdico, la ciudad ha expandido su red de viviendas con una visión meramente sostenible. No en vano, de Dinamarca provienen algunos de los más grandes de la arquitectura contemporánea.  

Ópera

Henning Larsen fue el encargado de la Ópera de Copenhague, un edificio que destaca por su funcionalidad y estética vanguardista y que funciona como un faro brillante frente al puerto de la ciudad. Un techo metálico voladizo corona el edificio y genera, además, un espacio de usos múltiples a modo de escenario flotante.  

Biblioteca

La Biblioteca Real de Dinamarca, firmada por Schmidt Hammer Lassen Architects, es conocida por su arquitectura moderna y sostenible. El edificio, situado en el corazón de Copenhague, combina elementos tradicionales con un diseño contemporáneo y eficiente en términos energéticos.  

CopenHill
8-Tallet

No podemos hablar de arquitectura danesa sin mencionar a Bjarke Ingels. El joven arquitecto fundador de BIG ha dejado su huella en la ciudad con edificios como Copenhill, una planta de tratamiento de residuos que en la cima alberga una pista de esquí. Otro emblema de BIG en la ciudad es el 8-Tallet, un complejo residencial y comercial que se destaca por su forma única en espiral.  

Artículos relacionados

Cristal, madera y tres patas: la historia detrás de la mesa de café Noguchi

Lúdica, versátil y de carácter doméstica: así se diseñan las oficinas del futuro

Fernanda-Canales-Arquitecta

Fernanda Canales: repensar la arquitectura desde una visión social y colectiva

Singapur: comunión de concreto y naturaleza en el mejor ejemplo de urbanismo asiático