Una historia de contrastes en estas bodegas de La Rioja
El proyecto que ha desarrollado Francesc Rifé Studio para las bodegas Tritium en La Rioja combina la renovación del edificio existente con una nueva estructura. El nuevo espacio despliega una narrativa de contrastes que se ha llevado hasta las últimas consecuencias: lo nuevo frente a lo viejo, lo complejo ante lo simple, la luz versus la oscuridad.
La fachada evoca la forma de un barril
La nueva estructura creada en el interior de las bodegas está cubierta por una fachada ejecutada en madera carbonizada, evocando de esta manera la forma de un barril. Así, con una superficie oscura de líneas en madera, tanto los restos del edificio antiguo como la nueva derivación quedan envueltos en una imagen conceptual de las barricas.
Al acceder, el espacio de las nuevas bodegas es una sucesión de espacios diversos que se ha resuelto con una circulación más sensata que la anterior. Por un lado, se ha añadido una recepción y una sala polivalente y, por otro, se ha recuperado un pasillo subterráneo de piedra.
Materiales oscuros en contraste con la piedra
El diseño de todo el proyecto está acabado en una gama de materiales oscuros como la madera de roble teñida y el pino quemado. Gracias a ellos se consigue resaltar la luz de la piedra de sillería original, además de contribuir a la conservación del vino.
Sala de producción y logística
En la planta de acceso, además del mostrador de recepción, se ha generado una zona de transición que acompaña a la sala de producción y logística. Allí, a través de un cerramiento acristalado y de celosía, se intuyen los depósitos de uva prensada , de acero, hormigón y cerámica.
Este elemento de transición también se abre a un espacio de doble altura con acceso al antiguo trazado gracias a una escalera que conduce a la primera planta.
Zona de catas y sala polivalente
En la planta primera se han ubicado la zona de catas y la zona polivalente. La barandilla de la escalera que nos conduce hasta aquí se va transformando en barra para catas. Una vez arriba, por un extremo, entra la luz natural y hay vistas a los tejados del pueblo, el otro queda más cerrado e íntimo.
Un ambiente subterráneo que se descubre poco a poco
El espacio subterráneo tiene 36 metros de largo y está situado a 7 metros de profundidad. A través de un juego de puertas, ejecutadas en cristal gris fumé y estructura metálica, se van descubriendo poco a poco cada una de las distintas zonas. Así, gracias a la magia de la luz se van revelando almacenamiento de barricas, la zona de catas y el cementerio de botellas.
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Fotografía: Javier Márquez
Bodegas Tritium. Av. Logroño, 10, 26350 Cenicero, La Rioja.