Integración en el paisaje y vistas de ensueño en esta casa de la sierra madrileña.
El estudio de arquitectura La Reina Obrera ha diseñado una vivienda unifamiliar a la altura de la copa de los árboles. La casa, compuesta por un gran volumen rectangular y cubierta a dos aguas, queda integrada en el paisaje gracias a una envolvente de madera natural y chapa minionda color marrón.
Vivir en las alturas
Diseñar una vivienda unifamiliar en un entorno natural, alejada de cualquier elemento edificado, no es tarea fácil. De hecho, es común observar errores proyectuales que confieren al objeto construido apariencias ajenas al lugar donde se ubican. Por ello es necesario realizar una correcta lectura del paisaje y orografía existentes para poder escoger una morfología, orientación y materialidad adecuadas.
La vivienda que mostramos en este artículo aprueba con nota una complicada implantación sobre el terreno existente así como la integración cromática y material con el entorno circundante. La casa, diseñada por el estudio madrileño La Reina Obrera, se eleva sobre la copa de los árboles para garantizar las mejores vistas en todas las estancias de la vivienda.
Una nave diáfana sectorizada según los usos funcionales
El proyecto está formado por un único volumen rectangular de 260m2 que se eleva respecto el terreno mediante una estructura de acero. Esta gran nave consta de 6 partes diferenciadas gracias a los 7 pórticos estructurales que sustentan la casa que pautan unas divisiones interiores que no llegan al techo ni al perímetro. De este modo, los espacios se conectan visualmente y las estancias quedan separadas unas respecto a otras gracias a la propia arquitectura.
El primero de estos bloques funcionales se destina a garaje y el segundo a una zona de estudio y dormitorio adicional. El bloque central compuesto por el tercer y cuarto bloque de manera unitaria alojan la cocina-comedor-salón. Finalmente el cuarto y quinto bloque albergan los dormitorios. Debido a esta secuencia y disposición longitudinal, todas las estancias cuentan con visuales al exterior y luz natural.
Aplicación de estrategias Passivhaus
La envolvente de la vivienda juega un papel fundamental en el proyecto. En primer lugar como estrategia de implantación en el entorno mediante el cromatismo de las fachadas. Éstas se materializan con hierro, madera natural y chapa minionda de color marrón como guiño a los troncos de encina de los alrededores.
En segundo lugar como estrategia para el ahorro energético. La fachada, que cuenta con un grosor de 46cm, permite evitar puentes térmicos al crear una envolvente continua y bien aislada. Se compone de termoarcilla con trasdosados en el interior y un rastrelado de panel sándwich de poliuretano sirve de base para el acabado de chapa minionda en la cara exterior. Además, la estrategia energética del proyecto se completa con un sistema de climatización mediante suelo radiante alimentado por un sistema de aerotermia, garantizando el confort interior siguiendo el estándar passivhaus.
Fotografía: Carla Capdevila