Una cuidada rehabilitación en las montañas alicantinas.
La arquitecta Isabel Sendra proyecta esta rehabilitación en Alicante. Situada en el Vall d'Alcalà, un pequeño pueblo construido en el siglo XVIII, la vivienda ha sido adaptada utilizando técnicas compatibles con la construcción original.
El proyecto apuesta por técnicas constructivas y materiales compatibles con la naturaleza de la construcción primitiva. Unas casas tradicionales, principalmente entre medianeras, construidas con muros de mampostería rejuntados y enlucidos con mortero de cal, forjados de viguetas de madera con revoltones de yeso y cubiertas inclinadas realizadas con madera, entramados de cañizo y tejas cerámicas curvas. Además, cuenta con un pavimento habitualmente enlosado con baldosas hidráulicas. Las escaleras, muy estrechas y empinadas, están tradicionalmente fabricadas con bóveda tabicada.
Adaptarse a las preexistencias
«Se trata de construcciones con tres o más crujías paralelas a la fachada, de manera que los espacios intermedios resultan faltos de iluminación natural, entre estos, las escaleras», cuenta Isabel. La arquitecta también señala cómo la sustitución de los morteros originales por otros de cemento, junto con el uso de hormigón en la pavimentación de las calles, ha generado considerables problemas de humedad por capilaridad en los muros de estas viviendas. Además del notable deterioro de la cubierta y los forjados de esta vivienda en concreto.
Una nueva escalera iluminada por un lucernario
El proyecto se acomete desde un enfoque que trata de dar solución a los problemas descritos. Situada en la crujía intermedia, la escalera se levanta de nuevo para hacerla más cómoda y amplia, recuperando la técnica de la bóveda tabicada. Para intensificar su presencia, se abre sobre ella un lucernario. Este, además de iluminar los espacios adyacentes, actúa como regulador térmico, facilitando el efecto chimenea en verano y el calentamiento en invierno.
El patio como nexo con el paisaje
El patio trasero se acondiciona, potenciando su relación con la casa y las montañas que rodean el pueblo. De esta forma se logra vincular los interiores con el privilegiado entorno natural.
Para mejorar la transpirabilidad de los muros, se dejan vistos distintos paños de piedra. También se recuperó el uso de morteros de cal y se ventiló el plano de apoyo del edificio sobre el terreno.
Baldosas hidraúlicas recuperadas
Unas baldosas hidráulicas que habían permanecido guardadas durante un siglo en un pequeño corral visten el pavimento, como pequeños tesoros que salpican de color el suelo y acompañan la experiencia visual de la casa.
Completa el interiorismo el mobiliario de Nolek Design y unas coloridas obras de Nelo Vinuesa sobre las paredes.
Fotografías: Joana E. Sendra