Esta casa en París es la mejor combinación entre lo clásico y lo ecléctico.
Bardin Architecte ha sido el artífice de dotar de una nueva vida a este majestuoso piso parisino. De estilo haussmanniano y con 180 m2, el objetivo era optimizar su complicada distribución en forma de estrella. Se accede a casi todas las estancias a partir de un recibidor que, tras la reforma, se convirtió en todo un statement de estilo para una casa en París.
El azul Klein es el inesperado protagonista de esta casa en París
Decía Yves Klein que “el azul no tiene dimensiones; está más allá de las dimensiones”. Los artistas no siempre tienen razón (aunque el azul fue el color estrella del 2020) pero lo cierto es que esta máxima, aplicada al espacio y a un proyecto de interiorismo, ha dado como resultado una impresionante casa en París. Con múltiples capas de significado y sin renunciar a un plasticidad estética que, para qué engañarnos, da mucha envidia (de la buena).
El estudio de arquitectura con sede en París Bardin Architecte lo tenía bastante claro desde el principio. Por un lado, querían respetar el carácter de un típico piso haussmanniano, con suelo de madera en espiga, altísimos techos y paredes blancas con molduras. Simultáneamente, buscaban darle un toque más contemporáneo, pero no solo a base de muebles de diseño reciente, sino a todo el conjunto.
Una primera reforma de hace unos veinte años ya había permitido acercar la cocina al salón-comedor, una intervención acertada con el estilo de vida actual. Aunque la propiedad estaba en buen estado de conservación, necesitaba actualizar sus 180 metros cuadrados para mejorar la practicidad de su uso y crear, entre otras cosas, más espacio de almacenamiento.
El principal objetivo de este proyecto era ennoblecer el vestíbulo de la entrada, crear un paso visual entre el hall y el primer despacho, y, por supuesto, hacer felices a sus propietarios. ¿Para qué vivimos en nuestras casas, si no es para sentirnos felices en ellas? Esta familia dispone ahora de hermosos (y bien diferenciados) espacios para vivir. Además, también cuenta con dos despachos muy prácticos para trabajar en un entorno luminoso y colorido.
Un vestíbulo atrevido de color azul, centro neurálgico de la casa
Pintado en un atrevido tono de azul oscuro para acentuar el contraste con la luz procedente de las habitaciones colindantes, el amplio vestíbulo es una encrucijada que invita poco a poco a descubrir la vivienda. En el centro, un banco corrido y tapizado en capitoné del mismo color, coronado por una monumental lámpara, confiere a la sala elegancia y carácter. Dispuestas en forma de estrella, cada puerta conduce a una zona con una función bien definida. La de los «mayores», con dos despachos, dormitorio y baño en suite; las zonas comunes, integradas por el salón y cocina; y el ala de los niños.
Soluciones Art Decó para la oficina en casa
En la entrada a uno de los despachos, se optó por construir una puerta corredera y acristalada con postes de roble inspirados en el Art Decó. Este cerramiento no solo cumple con el cometido de aislar acústicamente la estancia, sino que también sirve como marco para dos armarios grandes y discretos. Además, ha conservado su típico carácter haussmanniano con su chimenea y sus molduras.
Revestida de azul celadón, la antesala crea una suave transición hacia el puesto de trabajo. Allí, nos reciben una mesa Maximum y una silla de madera Plywood, diseñada por Charles y Ray Eames. Su elegante puerta de cristal asegura una buena difusión de la luz hacia el corazón del piso.
Un salón que no deja indiferente
Gracias a sus tres balcones y su forma triangular, siguiendo el chaflán de la calle, el salón esquinero se comunica con la entrada por un lado y con la cocina/comedor por el otro. El carácter de la casa coexiste armoniosamente con varios elementos estéticamente rotundos. Nos referimos a la librería azul montada en la pared y el sofá central de terciopelo, cuyo color eléctrico recuerda al vestíbulo. Salpicado por cojines de vivos colores y mobiliario amarillo, divide el espacio en una sala de televisión y una zona de lectura junto a la chimenea. No es que sea ecléctico, es que es ecléctico elevado a su máxima potencia.
¿Clásicos del diseño en la cocina? Aquí funcionan
Junto al salón, la cocina se ha transformado en el otro centro neurálgico de la casa. La pared moldeada acoge los módulos de cocina vestidos de un verde agua muy suave, realzado por una encimera y armarios de roble natural.
El frontal blanco de zellige (un tipo de azulejo marroquí hecho de forma artesanal) añade frescura al conjunto. En el centro, una isla ofrece varias funciones: encimera/barra/almacenamiento en un lado; banco/armario en el otro. Al igual que el salón, esta habitación ha conservado su identidad haussmanniana, más que compatible con algunos rasgos y piezas contemporáneas. Las sillas B32, diseñadas por Marcel Breuer en 1928, son de esas obras a las que jurarle amor eterno: quedan bien en cualquier espacio.
«En el balcón, propusimos una bonita y fácil solución para aprovechar los escasos días de sol parisino, ya que la casa no tiene terraza. Una mesa plegable de metal y plexiglás permite a 4 personas cenar al aire libre», explica Rémy Bardin, artífice de la reforma.
El mejor truco para conseguir espacio extra en el dormitorio principal
En el dormitorio principal se ha integrado un gran armario bicolor en turquesa y en blanco, cuya altura sigue permitiendo resaltar las molduras (que nunca parecen pasar de moda). Una gran solución si no hay más habitaciones disponibles donde hacerse un vestidor. Con pequeños toques de color, se ha conseguido crear un espacio para descansar, sencillo pero sin resultar aburrido. En el nicho, a la derecha de la cama, un espejo da una impresión adicional de volumen.
Decorado en blanco y negro con algunos toques de rosa pálido y latón, el cuarto de baño principal ha conservado su antigua bañera de patas de garra. Se le ha añadido una amplia ducha italiana, con una pared de cristal inspirada en los doseles parisinos en forma de pétalo. No es que cada casa en París lo tenga instalado de serie, pero otro guiño a la ciudad son las típicas baldosas de metro en color blanco y negro.
Decorar con gusto y gracia las habitaciones de los niños
Las habitaciones infantiles están diseñadas según el mismo principio. Una zona para dormir frente a otra de estudio, construida en un nicho decorado con papel pintado y con una librería en la pared. Cada habitación tiene también un gran armario y un espacio de almacenamiento incorporado que se extiende sobre la puerta.
Por último, encontramos el segundo despacho, situado cerca del tranquilo patio. Aquí, los muebles de época encajan fácilmente en el reducido espacio y conviven con un moderno sofá rosa. También se han integrado armarios y estanterías respetando las líneas y curvas de las molduras.
El principio rector de la reforma de esta casa en París fue, por tanto, «refrescar» este piso con mucho carácter pero conservando sus atributos. Sin alterar el plano en forma de estrella, esta intervención de Bardin Architecte ha contribuido a crear espacios adaptados a la vida actual y revitalizando las estancias dedicadas a la vida familiar, que se ven aún más realzados por la adición de toques contemporáneos de colores vivos. Colores con alma para gente con ídem.
Fotografía: Bardin Architecte