Transformación de un garaje en un loft de 70 m2 inspirado en el Refugio Antiaéreo 307.
Un garaje a las faldas de Montjuïc, en Barcelona, se ha convertido en un bonito loft de la mano de Nábito Architects y Bebo Ferlito. Los materiales naturales, la artesanía y los elementos preexistentes completan el interiorismo de este original refugio.
Un loft en un antiguo aparcamiento
Nábito Architects + Bebo Ferlito han llevado a cabo la rehabilitación de un espacio de lo más singular. En un antiguo garaje de 70 m2, el estudio ha proyectado una vivienda con alma de refugio. Ubicado junto a la montaña de Montjuïc, este loft transmite intimidad, protección y privacidad. Un lugar detenido en el tiempo donde esconderse, relajarse y disfrutar lejos del frenético ritmo de la ciudad.
El Refugio Antiaéreo 307 de Barcelona ha servido de inspiración al estudio. Esta guarida convertida en museo fue construido durante la Guerra Civil para proteger a la población. Y, desde luego, que es una verdadera metáfora para este proyecto.
Respeto por la naturaleza del espacio
Cuando el equipo de Nábito Architects + Bebo Ferlito pisó por primera vez aquel garaje, entendió la esencia de ese espacio tan especial. En él, encontró la esencia para crear un refugio en el que habitar.
De esta forma, decidieron dar una nueva vida a los viejos materiales y escombros que allí se encontraban. Ejemplo de ello son la puerta corredera exterior y la escalera, ambas materializadas con una chapa de acero que ofrecía un espacio de almacenamiento en el entrepiso.
Además, las paredes y techos de ladrillo visto combinan las texturas originales en crudo, creando una atmósfera muy acogedora.
Artesanía y sostenibilidad
Así, el espacio inicial determinó el nuevo interiorismo. Para Nábito Architects + Bebo Ferlito fue fundamental que este loft hablara de artesanía y sostenibilidad. Por eso, los acabados de las paredes, techos y suelos, así como los elementos decorativos, sanitarios y griferías son artesanales.
La tendencia raw funciona a la perfección en la vivienda. Unos sacos de yute sugirieron el material para las cortinas que, a través de su sistema, acentúan de manera sutil la altura del espacio.
Por otra parte, unas cajas de cartón inservibles sirvieron de punto de partida para crear las nuevas mesitas de noche y las cajoneras de almacenaje. Una vieja pieza de cobre dio lugar a la grifería y unos tablones de madera construyeron la mesa de la cocina.
Además, Nábito Architects + Bebo Ferlito han hecho una cuidadosa selección para el mobiliario de la vivienda. La mayor parte de los muebles, lámparas y accesorios decorativos están hechos a mano y a medida para el proyecto. Así se pone en valor el trabajo artesanal y los materiales y el mobiliario recuperado en un interiorismo creado para perdurar.
Fotografía: Adrià Goula