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Baovan, el nuevo restaurante de baos en Valencia recrea un atardecer en la playa.

Clap Studio emula un atardecer en la playa en Baovan, el nuevo restaurante de baos en Valencia. El uso inteligente del color y la iluminación consiguen reproducir las sensaciones experimentadas durante las últimas horas del día frente a mar.

Beers, beach and baos” es el claim de Baovan, la empresa de baos a domicilio fundada en Valencia que abre ahora su primer local en el barrio de Ruzafa. Una frase que define a la perfección el espíritu surfero y aventurero de sus socios. Viajeros incansables que han vivido y viajado por Asia, África y América aprendiendo todos los secretos de este pan con forma de medialuna cocinado al vapor.

Jordi Iranzo y Ángela Montagud, fundadores de Clap Studio, sintetizan las claves de un atardecer en las playas más paradisíacas de nuestro planeta para reproducirlo en este espacio. Vegetación, agua, arena, nubes, la brisa, el sol y la luna tenían que quedar ligados a la marca Baovan. Lo consiguieron con el uso del color, las texturas y la iluminación en un espacio dividido en tres zonas: el bosque, la playa y la cueva.

La entrada: un bosque con una densa vegetación

Muchas de las playas tropicales están custodiadas por una frondosa vegetación. Bosques que hay que traspasar si queremos encontrar el paraíso. La terraza exterior cubierta de Baovan se convierte en una selva para generar el mismo efecto.

La fachada de color verde aguamarina da paso al porche en el que las paredes y el techo se han cubierto con cuerdas que simulan la espesura. Una sutil conceptualización del bosque nos conduce a la siguiente zona, la playa, que se puede entrever a través del hueco circular abierto en uno de los tabiques.

Un atardecer en la playa

Tras cruzar el bosque y pasar el umbral de la puerta aparece la playa. La zona más amplia y espaciosa del local juega continuamente con la dualidad de colores para transportarnos dentro y fuera del agua. La barra y unas pocas mesas se encuentran en la arena, iluminadas por los últimos rayos de sol del día.

Junto a la arena, el agua, con un mayor número de mesas y un banco corrido para albergar a numerosos comensales. Sillas, pies de mesa, banco y paredes se han pintado de varias tonalidades de refrescantes azules

Sobre la bancada, un hueco en forma de semicírculo enmarca una pantalla que recrea la caída del sol al atardecer, programada para que su duración encaje con un servicio de cena. Así, los clientes saben que la experiencia termina cuando el sol se oculta.

En el techo, pintado de azul claro, se ha dispuesto un manto de nubes que reflejan las diferentes luces a lo largo del servicio. Están fabricadas en papel y tienen un movimiento continuo gracias a las pequeñas corrientes de aire generadas de manera natural.

El reservado en la cueva

Por último, tras atravesar la playa, aparece de manera misteriosa una cueva resguardada de las miradas más curiosas para albergar un reservado. Hasta 10 comensales podrán disfrutar de una velada a la luz de la luna que preside el espacio. 

El color como material protagonista

Clap Studio reproduce toda una experiencia con su característico sello: sencillez, elegancia y juego. Los colores, las formas y la iluminación son los protagonistas absolutos de este espacio. Las ventanas, los huecos, la instalación lumínica, los respaldos y las sillas -diseñadas en exclusiva para este proyecto- juegan con la forma de un bao, ya sea cerrado -semicírculo- o abierto -círculo-.

Todo un ejercicio de creatividad al que se suma el talento del dúo formado por Daniel Rueda y Anna Devís, con fotografías que reflejan la verdadera esencia de Baovan.

Baovan. C/ del Pintor Salvador Abril, 22, 46005 Valencia.

Fotografía: Daniel Rueda

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