Una casa brutalista con patio interior japonés, en la Costa Brava.
Camuflada entre la vegetación autóctona de Begur (Girona), esta casa escultórica y brutalista es obra de GDSB arquitectos, con interiores de We are Crude. Fue creada como un monumento al diseño y pensada para fundirse con la naturaleza y el mar que limita el horizonte. Un entorno único para una vivienda singular y cargada de significado.
Arquitectura brutalista y emocional en Begur
La casa, que ha estado tres años en construcción, cuenta con una superficie de 500 m2 divididos en dos plantas. Su arquitectura interior, obra de Anna Torndelacreu (jefa de proyecto) y Sheila Llovet de We are Crude, en colaboración con los arquitectos, tiene un importante componente poético y emocional.
«La casa está diseñada para fusionarse con elementos como la arena, la luz, el viento, el sol, y el mar», explican las interioristas. Y todo ello “con una actitud no ornamental que deja que el entorno sea el foco de atención. El amanecer y el atardecer dictan aquí la paleta de colores y estados de ánimo; a la vez, la estructura proyecta sombras en las paredes y en el suelo a medida que va cambiando la luz».
Un patio central organiza la distribución
Los volúmenes de hormigón de esta casa representan la expresión más pura de la corriente brutalista con toques propios de la arquitectura japonesa. La vivienda se articula alrededor de un patio central que se encarga de distribuir las distintas estancias. Este patio, con un banco en medio, está en continuo dialogo con el exterior. La arena forma parte de la propia casa y difumina los límites entre el interior y el exterior.
La planta baja se configura en base a una trayectoria circular que toma como referencia el patio central de una planta cuadrada. La zona del recibidor se presenta en forma de un largo y ancho pasillo con vistas al mar, que conecta con una zona de lectura, el salón comedor y la cocina.
En esta misma planta baja está el aseo de cortesía y cuatro habitaciones con baño privado, conectadas entre sí con puertas correderas. Cada habitación consta de un ventanal que abre al patio interior y conecta todas las estancias. En estas habitaciones reina la máxima simplicidad: camas sin cabeceros en las que los textiles son los protagonistas; y armarios de madera y paneles verticales que suavizan la dureza de los suelos.
Los interiores están pensados para dar calidez al monolito brutalista
Los interiores realizados en madera de nogal americano, baldosas cerámicas de distintos colores y un mobiliario de diseño suavizan el monolito brutalista. Así se consigue que la casa, que es de apariencia dura, sea suave y acogedora en su interior.
En el salón destacan el mueble de madera y cerámica creado a medida. Acoge la chimenea y varias piezas de diseño italiano de B&B Italia, Cassina, Rimadesio y Lema. El sofá es de Flexform, las mesas auxiliares de Zeitraum y las alfombras de nanimarquina. Entre las piezas más emblemáticas, destacan las butacas terracota en piel y el sillón Paulistano, diseño del arquitecto Paulo Mendes Da Rocha y que edita Objekto.
La cocina está realizada por Snaidero y comparte espacio con el comedor. Está protagonizado por una gran mesa de Lema y un conjunto de sillas míticas, la Superleggera de Gio Ponti editada por Cassina. La lámpara horizontal es de Anour.
La repetición de lo elementos y detalles constructivos para crear los espacios fue el concepto que hace que la casa, estés donde estés, se entienda como un todo.
A la hora de decorar, las interioristas decidieron utilizar el color en contrapartida con el gris del hormigón. Para la iluminación, super cuidada, han contado con Viavizzuno y Maria Guell Ordis (La Invisible Studio). Las lámparas proceden en su mayor parte de firmas como Santa & Cole, Marset, y Oluce.
Madera de nogal y diseño a medida para el dormitorio principal
En la planta de arriba se encuentra la habitación principal, el espacio del vestidor, un baño y una terraza con ducha exterior. La decoración sigue la misma tónica. Pocos muebles y muy selectos. En esta suite, las interioristas han diseñado un cabecero de lamas de nogal sobre un espejo que refleja el paisaje exterior. La cama es de Zeitraum y el vestidor de Rimadesio. Las mesitas de noche, de Fredericia.
También destaca una zona de estudio y lectura, con una silla de piel de Cassina. Sobre la mesa, la lámpara Atollo diseñada de Vico Magistreti se combina con una obra de arte de Antonia Ferrer.
El jardín, una pieza clave para suavizar el hormigón
Un tapiz, en la entrada, junto a las escaleras de subida a la planta alta, preside esta zona del recibidor. Es una obra de Célia Picard and Hannes Schreckensberger. Delante, la butaca Mart de Antonio Citterio para B&B Italia, una de las piezas estrellas de la decoración.
Jardín mediterráneo
El precioso jardín está realizado con plantas mediterráneas de la zona. Es un diseño del paisajista JoanMa Roig. «Cuando nos contactó propietario para proyectar el diseño de este jardín con increíbles vistas al mar, los arquitectos Garcés de Seta Bonet ya habían empezado la construcción de la vivienda». JoanMa Roig explica también que el único requisito que recibió fue naturalizar al máximo los espacios que rodean la casa mediante un diseño con plantas mediterráneas que suavizaran las duras líneas del hormigón. «Además, hicimos que este diseño “saltara” al patio interior proyectado por los arquitectos», continúa el paisajista. «La piscina vuela sobre el jardín frontal, flanqueando un espacio con césped y plantaciones».
Fotografía: Meritxell Arjalaguer