La Buchli vuelve a brillar.
Construida en 1969 como residencia privada de la familia Schärer, propietaria de USM, la casa Buchli supuso un hito para la arquitectura modular. Su arquitecto, Fritz Haller, aplicó el mismo concepto constructivo que el famoso sistema mobiliario del fabricante suizo basado en estructuras de acero. Tras una laboriosa rehabilitación integral, USM le ha devuelto todo su esplendor.
El preámbulo de las casas modulares
Podría considerarse la antesala de las actuales y exitosas casas modulares. O también algo así como «la maximización» del sistema de mobiliario modular USM Haller. En cualquier caso, lo que es irrefutable es que la Casa Schärer, o «la Buchli», como se conoce popularmente, significó un toda una revolución en el mundo de la arquitectura de posguerra, así como un cambio radical en los ideales sociales y familiares. Una suerte de edificación que USM ha decidido rehabilitar con total fidelidad, manteniendo sus principios constructivos y estética. El mejor regalo para conmemorar su 50º aniversario.
Cómo se concibió
La historia de la Buchli se remonta a la década de los sesenta y a la fructífera amistad entre el ingeniero y empresario Paul Schärer Jr (propietario de USM, nieto del fundador y padre del actual CEO) y Fritz Haller, uno de los arquitectos suizos más influyentes del siglo XX, representante de la arquitectura industrial moderna. Por aquel entonces, a Haller ya le rondaba la idea de crear un sistema de construcción modular para edificios. Lo bautizó con tres nombres distintos según la envergadura de su aplicación. MINI para residencias privadas y oficinas; MIDI para para construcciones verticales (tipo centros educativos); y MAXI para grandes complejos industriales.
Por su parte, el empresario se entusiasmó con esta revolucionaria visión y juntos se embarcaron en varios proyectos. Primero, una nave de fabricación, en 1963; después, un nuevo edificio administrativo en 1965; y, finalmente, en 1969, la residencia privada de la familia.
La Buchli, de dos plantas y un sótano, se construyó siguiendo el principio MINI, que posteriormente sirvió como prototipo para futuras aplicaciones de diseño de USM. Asimismo, representó el primer proyecto residencial de Fritz Haller basado en componentes prefabricados. Su edificación se llevó a cabo sobre la cima de una pequeña colina en Münsingen (Suiza), con impresionantes vistas panorámicas sobre la cuenca del río Aare y cerca de las oficinas de USM.
Edificación sobre pilares
Precisamente, debido a las características de la parcela, la construcción de la residencia no fue nada fácil. El propio Fritz Haller explicó en 1978 que se trataba de un terreno accidentado y «extremadamente complejo». Por este motivo, encontró una ingeniosa solución al erigir la planta sobre pilares. La enorme capacidad de transformación del sistema y la libertad de interpretación en el plano constructivo refuerzan la sensación de transparencia y ligereza de la obra.
Contó con una estructura de soporte, pavimento, tejado y pared exterior. Los cimientos, el sótano y el equipamiento interior se realizaron a medida. La estructura portante de pilares y vigas permitía ampliarse en cualquier dirección. De hecho, todos sus elementos son desmontables y pueden intercambiarse dentro de la propia disposición modular. Y, tal y como ocurre con las actuales casas prefabricadas, los plazos de construcción de la Buchli también fueron más cortos que los habituales.
Distribución de la casa
La que fuera la residencia privada de la familia Schärer se erige sobre una estructura cuyos puntos de apoyo siguen el ritmo 2:5:2:5:2. El acceso principal se realiza por la planta superior. Abajo se encuentra el aparcamiento cubierto y el vestíbulo; y en el sótano, un estudio y la habitación de invitados. Una escalera de caracol metálica no apta para torpes sube a la planta de arriba, elevada sobre pilares. Allí se encuentra la zona social, la cocina y tres dormitorios con baño tipo suite.
Los armarios empotrados y el cuerpo central de la cocina fueron diseñados por Haller; el resto del mobiliario interior, incluyendo la chimenea independiente, se construyó con el sistema modular USM Haller. Todo encaja a modo de cuadrícula.
Se percibe una clara influencia de los gustos y referentes arquitectónicos de Schärer, quien sentía admiración por la obra de Mies van der Rohe y Le Corbusier.
La Buchli sigue la misma línea estética formada por una estructura de acero y vidrio con espacios abiertos (sus grandes ventanas rectangulares alcanzan los 1.20 m de ancho) que, por ejemplo, la famosa Farnsworth House, construida en Plano (Illinois) en 1951 por van der Rohe.
Jardín y piscina
Años más tarde, en 1986, se añadió la piscina y un pabellón anexo de planta única, construido con el sistema de acero MINI-MINI. Siguió la misma estética que la casa. Su planta cuadrada presenta secciones de 6×6 semiabiertas, que forman una terraza cubierta encarada a la piscina.
La Buchli, 2019
La remodelación integral duró unos cuatro años, entre 2015 y 2019, cuando, coincidiendo con el 50 aniversario de su construcción, USM le devolvió todo su esplendor.
Hoy la casa Schärer, la Buchli, vuelve a brillar tanto o más que el primer día y aloja a los afortunados invitados de la compañía. Una compañía cuyo exitoso mobiliario parte del mismo concepto arquitectónico que la visionaria vivienda.