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Renace el Hotel Inca Boutique en Zaragoza transformado por Alfaro-Manrique.

Acaba de abrir sus puertas en una céntrica calle de Zaragoza, junto a la plaza del Pilar, el nuevo Hotel Inca Boutique, en lo que fue un antiguo hotel con el mismo nombre y muchos años de historia. Reabre con un enfoque totalmente diferente, tras la rehabilitación de Alfaro-Manrique Atelier.

Un pequeño hotel con una historia preciosa detrás

El hotel lo ha adquirido una familia de Barbastro (Huesca) con la intención de emprender su propio proyecto. Una cadena hotelera de hoteles boutique, cuidados y diferentes entre sí, que valoren lo local, lo artesanal, lo gastronómico y la vinculación con los productos de su tierra. Como primer lanzamiento de la cadena, Docar Hotels, han apostado por renovar el antiguo Hotel Inca y encargar el reto al estudio de arquitectura, interiorismo y diseño con sede en Madrid y Barcelona dirigido por Gema Alfaro y Emili Manrique.

“Más que nunca la importancia de lo particular, de lo específico, de lo personal cobra importancia en los hoteles; y con esa búsqueda de la experiencia singular afrontamos el reto de devolver el hotel a la ciudad», explican desde Alfaro Manrique Atelier.

Renace el Hotel Inca Boutique en Zaragoza transformado por Alfaro-Manrique.
Desde la entrada, un jardín interior que evoca a Zaragoza y su paisaje  sorprende al visitante

Por tanto, su diseño gira sobre Zaragoza y su paisaje. Y lo hace no solo desde la mirada, sino desde las sensaciones y otros sentidos. El aroma de las plantas y flores autóctonas, el tacto de los tejidos suaves aterciopelados y las mullidas alfombras. Y el sonido del viento Cierzo y del río Ebro, que se escuchan levemente desde la pieza de video arte en recepción. Y, por supuesto, el gusto de los productos gourmet de Barbastro que pueden adquirirse en el propio el hotel.

Un gran telón o cortina de terciopelo azul marca la personalidad del lobby del hotel Inca en Zaragoza

Tanto para la zona de coworking como para la de living, se han elegido las sillas y butacas Magnum de Sancal, ya que con sus formas redondas y potente geometría cierran el círculo compositivo completo. Excepto estos asientos, todo el mobiliario, los maceteros, la proyección de videoarte de paisajes naturales locales o la decoración de las habitaciones son diseño del  estudio de interiorismo. La obra y el equipamiento, siguiendo el deseo de los propietarios, han sido realizadas por empresas localizadas en su lugar de origen, Barbastro. Moises Showroom, empresa pionera en el mobiliario de diseño de autor, se ha encargado de todo el amueblamiento.

Espacios polivalentes dentro de un jardín interior

Al entrar, sorprende encontrar todo un paisaje interior con la vegetación y la geometría como protagonistas. Un escenario marcado por el gran «cortinón» de terciopelo azul que delimita el espacio del lobby y que lleva a las habitaciones o hacia el restaurante exterior. «Una alegoría teatral a los pies de ese jardín», afirman desde el estudio. El jardín es el espacio común que busca reinterpretar y recrear el paisaje. Evoca la simbología que tiene en la historia de Zaragoza el jardín musulmán. También la iconografía religiosa reflejada en la arquitectura de la Basílica del Pilar. Y se ha recreado con formas rotundas, diseño del estudio. Desde el mueble de recepción, a la gran mesa polivalente iluminada con la lámpara Danaus de Alfaro-Manrique Atelier o los maceteros-escultura Milán.

El lobby, coworking y zona de estar del Hotel Boutique Inca en Zaragoza diseño de Alfaro-Manrique Atelier

Tubos de neón con el nombre del hotel y del restaurante, un pequeño jardín vertical de corcho y musgo que evoca el origen pirenaico de los propietarios, alfombras geométricas y una proyección de videoarte visten el espacio principal. Acoge la recepción, zona de coworking y la estancia asociada a la cafetería de la zona gourmet. Destaca su iluminación. La componen tres enormes lámparas Circe, de 2m diámetro, vestidas con el mismo terciopelo azul usado en otros puntos. Y otra escultórica luminaria de 4m de largo y realizada en cobre plegado ilumina el área de coworking. Todo diseño de Alfaro-Manrique Atelier.

Un pequeño jardín vertical evoca el origen pirenaico de la familia propietaria del Hotel Inca rehabilitado por Alfaro-Manrique

La búsqueda del detalle y de las sensaciones de cobijo y calma definen el interiorismo

“La ubicación del hotel, el edificio histórico, nos dieron las primeras ideas de mantener un enfoque señorial. Esto junto con la vocación de la propiedad de vinculación con lo natural, con lo auténtico y lo local ha marcado el diseño del proyecto», explican los interioristas. A ello le han sumado las nuevas tendencias de sostenibilidad, calma, slow life y la relación con la naturaleza. Todo impregnado del sello personal que ya caracteriza los proyectos de Alfaro-Manrique Atelier: su estilo contemporáneo y a la vez atemporal.

En la planta de las habitaciones, el interiorismo cambia la gama cromática para aportar confort y calma

Esta filosofía decorativa se percibe tanto en la zona común híbrida y polivalente, como en las habitaciones, mucho más serenas y señoriales. Los interioristas han querido acercarse al visitante del nuevo Hotel Inca Boutique de una forma cálida y natural, pero al mismo tiempo con una sofisticación casi imperceptible, muy elaborada, con apariencia casual. Es su personal forma de invitarle a participar de todas estas experiencias.

El estudio Alfaro-Manrique Atelier ha respetado la distribución original de las habitaciones del hotel Inca
La iluminación, es un diseño del estudio al igual que las láminas de diseño gráfico que decoran las paredes

Otra gama cromática para las habitaciones

En las habitaciones, amplias y con techos altos, decidieron mantener la distribución pero cambiar totalmente el interiorismo y la gama cromática. Su objetivo: buscar esa serenidad, confort y amplitud a través de formas geométricas sencillas, y curvas femeninas y cálidas. Los tejidos ricos como los terciopelos destacan sobre las paredes blancas con una geometría en gris en diagonal. Se crea un contraste con el mármol negro que aparece en elementos como el escritorio. Todas las piezas, excepto las sillas y butacas, de Casual Mobiliario y de Crisal, están diseñadas a medida en el estudio. La armonía que proporciona el armario de lamas blancas, matizado con toques de negro y gris completa el ambiente que se buscaba.

Uno de los dormitorios del nuevo hotel Inca Boutique recién abierto tras la rehabilitación del estudio Alfaro-Manrique Atelier
La flexibilidad protagoniza el diseño de los muebles de las habitaciones que son polivalentes y de doble función

Un banco maletero que a la vez es butaca, una gran cama con un cabecero que decora y abraza, pero que permite estar sentado sobre la cama y trabajar desde ella. Un escritorio que hace de mesa auxiliar, taburetes que sirven de reposapiés. La flexibilidad es la nota destacada.

La distribución se ha mantenido como estaba en origen, la actualización se ha llevado a cabo con la decoración y los materiales

El ambiente se completa con unos grandes elementos tapizados que son, al tiempo, pantallas de absorción acústica. Y se usan también en los pasillos. Se colocan en las líneas diagonales grises de pared de las habitaciones, remarcándolas. Así, se consigue ese contraste y efecto sorpresa tan propio del estudio Alfaro-Manrique Atelier.

Otra de las habitaciones en las que se distingue la diagonal gris que camuflan las pantallas de absorción acústica
Blanco, negro, gris y rosa, componen una atmósfera cálida y relajada

Se acompañan con unas pequeñas láminas de diseño gráfico desarrolladas por el estudio. Tienen distintos tonos según las diferentes plantas. «Se trata de la personalización del diseño y la experiencia llevada al extremo», afirman los interioristas. La iluminación de esta zona es otro punto a destacar, depurada y cálida, diseñada en latón y color negro y con globos opales blancos.

Todo el mobiliario, excepto las sillas, ha sido proyectado por el estudio Alfaro-Manrique

«Hemos procurado diseñar una historia en el centro de Zaragoza, desde ese jardín interior. Ese jardín de invierno que nos habla del paisaje natural que rodea la ciudad. Y a partir de ciertas pinceladas a su historia, hasta unas habitaciones limpias en blanco, en que se desenvuelven formas blandas y acogedoras en una gama cromática ordenada», explican Gema Alfaro y Emili Manrique. En definitiva, poner en valor un hotel ya existente y crear un nuevo Hotel Inca. Y todo a través de una intervención que establece un lenguaje contemporáneo a través del diseño.

 Fotografía: Vicugo Studio

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