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La nueva forma de habitar de cuatro amigos en Barcelona.

Cuatro parejas de amigos se han asociado para construir en Barcelona su propio hábitat. El edificio, proyectado por Lussi + Partner AG y Lola Domènech, cuenta con cinco viviendas con espacios comunitarios de relación y convivencia. Una clara apuesta por la calidad arquitectónica, el diseño pasivo y la sostenibilidad que bien ha merecido ser Finalista de los Premios FAD de Arquitectura 2020.

Lussi + partner AG y la arquitecta Lola Domènech son los autores de este proyecto ‘a medida’. Cuatro viviendas de unos 80 metros cuadrados cada una, que garantizan la ventilación cruzada a través de dos terrazas orientadas a patio y calle. Ambas se conciben como espacios intersticiales que garantizan el control térmico y lumínico del interior.

De planta longitudinal, cada vivienda se organiza en torno al núcleo vertical de circulación que divide el programa en dos. Mientras que salón-comedor-cocina ocupan la gran zona diáfana abierta al patio, las estancias más privadas se orientan a la calle. Para ganar espacio de almacenamiento, sin reducir por ello la luminosidad y amplitud espacial, el único muro medianero sirve de apoyo al gran armario que recorre el ala más privada. En la zona vividera se transforma en el frente de cocina que da servicio al salón-comedor.

Concebidas como una extensión de la vida privada, las zonas comunes juegan un papel protagonista en la intervención. Tanto el patio de acceso en planta baja, como la piscina de cubierta se diseñan como espacios de relación y actividad para los vecinos.

Relectura de los materiales y sistemas tradicionales

Los materiales y sistemas constructivos de toda la vida se reinterpretan a partir de un nuevo lenguaje arquitectónico. Para lograr la textura, tonalidad y calidez buscadas se combinan materiales como la madera, la cerámica y el hormigón.

Inspirado en los porticones tradicionales de la ciudad, el sistema de persianas de madera, corrugadas y con lamas orientables, permite tamizar la luz solar en las terrazas. De esta forma se mejora el confort térmico de las viviendas, generándose un dinámico juego de llenos y vacíos en los testeros del edificio.

Integrado en el contexto urbano circundante, el proyecto homenajea el carácter industrial del barrio al que pertenece. Para lograrlo, se han utilizado materiales propios de la arquitectura fabril del Poblenou, como el ladrillo manual, la cerámica y la madera de los porticones.

La fachada longitudinal que incorpora la escalera comunitaria se resuelve con una celosía cerámica de formato rectangular. Además de favorecer la ventilación e iluminación natural, ésta genera interesantes reflejos y juegos de luz sobre suelos y paramentos. El pavimento se construye con ladrillo manual colocado a sardinel.

Compromiso sostenible

Comprometido con la arquitectura pasiva, el proyecto reinterpreta el uso de sistemas constructivos y soluciones técnicas propias del lugar.

Con clasificación energética A, el edificio se ha construido con criterios de diseño pasivo que mejoran la eficiencia energética y permiten reducir considerablemente el consumo energético. Para lograrlo, se ha optado por una buena envolvente térmica, con doble muro y aislamiento de 10cm en fachada y 12cm en cubierta. Además, todas las viviendas disponen de un sistema de calefacción y enfriamiento, con suelo radiante y climatización integrada alimentados por un sistema de energía renovable (aerotermia).

Para el cerramiento se ha optado por puertas correderas de aluminio anodizado, con barreras acústicas y térmicas integradas en los cristales. En las carpinterías fijas y oscilo-batientes se ha incorporado el modelo Soleal Minimal FY55 de Technal, elegido por su diseño y optimización del tamaño de la sección.

En el local de planta baja, el cerramiento incorpora un el sistema especial de Technal, Geode MX, con una carpintería fija de mínima sección frontal que incorpora barreras acústicas y térmicas de protección de la radiación solar.

Calidad ambiental de los espacios

El diseño de los espacios interiores busca el equilibrio formal y el buen diálogo entre los diferentes materiales. Para todos ellos se han elegido luminarias tipo led de luz cálida con sistemas de regulación y control. Estos últimos permiten adecuar los distintos niveles e intensidades lumínicas, al tiempo que garantizan el ahorro energético.

En los espacios comunitarios se han dispuestos sistemas de control lumínico, con detectores de presencia y apagado automático en la escalera, y regulación de la intensidad en el patio comunitario.

Fotografía: Adrià Goula / Estudio Lola Domènech

Más proyectos seleccionados en los Premios FAD de Arquitectura 2020 en este enlace.

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