Minimalismo nórdico y tradición mediterránea en Mallorca.
En el barrio de Portixol de Palma de Mallorca, PMA Studio ha diseñado esta casa de verano. Un espacio donde la estética escandinava convive con un marcado carácter mediterráneo.
Con un histórico puerto pesquero, y en una de las zonas más demandadas estos últimos años, el barrio mallorquín de Portixol alberga esta vivienda minimalista. Una casa tradicional en una parcela muy estrecha entre medianeras, que ahora se presenta completamente renovada.
Un interior inundado de luz
A pesar de la compleja geometría de la construcción original, con sólo dos fachadas con huecos abiertos al exterior, el interior se llena de abundante luz natural. Para ello, han optado por colocar la sala de estar al fondo de la parcela, abierta al patio privado principal. Para diluir límites entre ambas estancias, se ha instalado entre ellas una corredera de tres hojas de vidrio. De esta forma se permite a los habitantes extender la sala hacia el patio, desdibujándose interior y exterior en un único espacio.
Desde la calle, una puerta acristalada da acceso al vestíbulo, equipado con un práctico espacio para almacenaje. Gracias a esta puerta, y a la ventana abierta al pequeño patio anexo, la estancia se llena de luz natural.
Tras atravesar el vestíbulo, un corredor da acceso a los dos dormitorios. En principal, con una ventana abierta al patio; y el secundario, iluminado por una claraboya. En este último, y para proporcionar una mayor sensación de amplitud, la esquina abierta al salón es de cristal.
Espacios que se expanden y contraen
«Dentro de la vivienda, el juego de expansión y contracción de los espacios define la distribución y los diferentes grados de privacidad«, afirma el arquitecto de PMA Studio responsable del proyecto, Pablo Madrid.
Situado junto a la sala de estar, el segundo vestíbulo está presidido por un lavabo doble de piedra natural que protagoniza el espacio de transición hacia los dos baños. El mismo espacio da acceso a una escalera metálica exterior, diseñada y fabricada a medida y que conduce a la azotea.
Con un espacio reservado apara la lavandería y una zona de barbacoa, la azotea se remata con un rincón íntimo, presidido por un banco en forma de L revestido con piedra de Binissalem.
Minimalismo escandinavo y tradición mediterránea
Para hacer realidad los deseos de los propietarios, que querían que la casa tuviera una estética atemporal, se ha optado por utilizar tonos y materiales naturales.
El interiorismo combina estilo escandinavo y tradición mediterránea. Mientras que las baldosas cerámicas, los suelos de piedra caliza y las vigas de madera introducen guiños a la tradición mallorquina, los marcos de las ventanas y los distintos accesorios negros conectan la casa con las raíces escandinavas de los clientes.
En toda las estancias, piezas minimalistas y muebles nórdicos conviven con la decoración local de paja y las telas naturales, generándose así un ambiente sencillo y equilibrado.
Fotografía: Pernilla Danielsson