Jordi y la fábrica de chocolate.
A mediados de febrero se inauguró Casa Cacao, un templo de chocolate en Girona que incluye obrador, tienda, chocolatería y hotel boutique. Es la culminación del sueño del chef Jordi Roca, que anhelaba desde hacía años un espacio donde fabricar y compartir su propio chocolate desde cero. Le ha dado forma, como es habitual, el estudio de Sandra Tarruella Interioristas.
Nace Casa Cacao en Girona
Lo de los hermanos Roca va de retos. Les mueve su constante afán de superación. Y es que es de esta manera (tal vez la única) como surgen los mejores proyectos. «La idea nació un día en la cocina del restaurante. Nos planteábamos un reto con mis hermanos: ¿somos capaces de hacer chocolate en casa?», explica Jordi Roca. Por descontado, lo consiguieron. Y la experiencia le gustó tanto a pequeño de los Roca que se sumergió de lleno en la elaboración de chocolate partiendo del haba de cacao. Contó, además, con Damian Allsop, su mentor y maestro chocolatero.
La investigación de las distintas fermentaciones, variedades, testeo y trabajo de campo en las mejores plantaciones (Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador…) culmina ahora con la inauguración de Casa Cacao. En ella, Jordi tiene su todo-en-uno: obrador a pie de calle (a la vista de los transeúntes), tienda, espacio de degustación y hotel-boutique, dirigido por su cuñada Anna Peyet (esposa de Joan Roca).
Casa Cacao se encuentra en un emblemático edificio de Plaza Cataluña, esquina Ginesta. Originariamente el inmueble albergó La Gerundense, la primera fábrica catalana de papel continuo. Lo adquirieron entre hermanos y cuñadas en 2016, sin saber exactamente qué harían con él. Anna Peyet cada vez tenía más claro que los clientes demandaban un hotel con la «hospitalidad Roca»; así que el proyecto de aunar experiencias en un espacio multi-concepto fue tomando forma.
Diseño de Sandra Tarruella Interioristas
Como viene siendo habitual, el diseño interior corrió a cargo de Sandra Tarruella Interioristas, artífices de las heladerías Rocambolesc. En esta ocasión, la interiorista conceptualizó el multi-espacio inspirándose en las antiguas confiterías y bombonerías de los años 60.
Todas las zonas están ideadas bajo un mismo hilo conductor. Estética, materiales y gama cromática crean continuidad desde la planta baja (que alberga obrador, tienda, chocolatería y recepción) hasta las habitaciones del hotel boutique y su magnífica azotea.
Obrador
El obrador, a pie de calle, está totalmente expuesto a las miradas de los curiosos. Un gran cristal invita a observar todo el proceso de elaboración, desde el grano al chocolate. Los sacos con habas de cacao procedentes de distintos países se amontonan en la entrada y las estanterías de estética industrial. Las baldosas vitrificadas aportan un toque de color a un ambiente predominado por el acero inoxidable.
Tienda
La tienda se construye entorno a un gran mostrador de madera de nogal y piedra, que se complementa con muebles expositores encontrados de anticuarios. Como curiosidad: el packaging de todos los productos está elaborado con materiales reciclados procedentes de fibras de cacao.
Chocolatería
La chocolatería es el lugar para degustar las elaboraciones del cacao en todas sus formas: tabletas, bombones, pastelería, chocolate líquido caliente, frío… Uno de los mayores atractivos de esta zona son los surtidores de chocolate diseñados por Andreu Carulla, otro colaborador habitual de Jordi Roca. Están integrados en un mostrador de baldosas vitrificadas, a modo de tirador de cerveza, e incorporan una maquinaria desarrollada por el propio estudio de Carulla para conseguir servir el chocolate a la temperatura y presión exacta.
La madera clara de abedul (en mostrador, mesas, sillas y barra) y las lámparas esféricas que cuelgan de su alto techo impregnan frescura al ambiente de la sala.
Hotel Casa Cacao
La estética de las zonas públicas de la planta baja se prolonga hasta la recepción del hotel. Tarruella Interioristas crea un nexo de conexión a través de techo, suelo y paredes. Por arriba, lamas de madera de nogal; por abajo, pavimento de terrazo; y en los costados revestimiento de pintura a la cal.
El hotel boutique ocupa las cuatro plantas superiores y cuenta con un total de 15 habitaciones, diseñadas junto a Anna Payet. Son cálidas, acogedoras y con mobiliario elaborado adhoc. Una de las paredes de cada habitación está hecha en madera de roble natural y da acceso al baño.
Todos los elementos están elegidos con máximo detalle, desde la ropa de cama, cojines de lino y plaids de lana virgen de Teixidors, hasta el sofá de terciopelo color perla o la butaca de piel.
Terraza de ensueño
La experiencia de Casa Cacao se corona en la azotea ajardinada, solo accesible para los clientes del hotel. Los huéspedes disfrutarán de sabrosos desayunos basados en productos de proximidad y del chocolate procedente de la planta baja, mientras observan las mejores vistas al Barri Vell de Girona.
Casa Cacao. Plaça Catalunya, 23. 17002 Girona.
Fotografías Meritxell Arjalaguer