10 espacios con toboganes que no te puedes perder.
Los toboganes se han convertido en una parte más del diseño interior. Salen de los patios de recreo para dar el toque más original a los espacios.
Y es que los toboganes ya no son sólo un juego de niños. Aportan un punto de diversión en las oficinas. Suponen una manera cómoda de bajar en casas con mucho espacio, o sorprenden en tiendas y hoteles. Poniéndonos siempre una sonrisa en la boca.
No serán tan fotogénicos como las escaleras… Pero a originalidad, son imbatibles. Descubre 10 propuestas de lo más «deslizante»…
El laboratorio de las maravillas del Science Museum.
El espacio del museo londinense está enfocado al disfrute y el descubrimiento de los más pequeños. En Wonderlab la ciencia convive con la artesanía, el diseño y el arte.
Un tobogán en un apartamento en Barcelona.
Bien conocida es la sobriedad de Isabel López Vilalta en sus diseños interiores. Pero en esta ocasión ha decidido dejarse llevar en la habitación de los niños. Un cuarto de juegos que conserva la volta catalana original y en el que se ha instalado una red para escalar, y un tobogán.
Oficinas con un toque de locura.
Los primeros interiores con toboganes que se pusieron de moda fueron los de las novedosas oficinas de empresas, principalmente tecnológicas. En Tel Aviv, Camenzind Evolution diseñó para Google un espacio en el que los trabajadores tuvieran de todo. Literalmente. Desde futbolines, pinball y gandulas que permiten desconectar y pensar en volar como en la montaña rusa dibujada en las paredes. Y para mantenerse en forma, un extraordinario gimnasio. ¿Se puede pedir algo más?
Una escultura interactiva de Carsten Höller en Vitra.
El Vitra Campus de Weil am Rhein es un compendio de lo mejor de la arquitectura y el diseño contemporáneos. Y la Slide Tower de Carsten Höller es la guinda del pastel. Una obra que permite experimentar el arte por uno mismo y de una forma nueva y diferente.
Un hotel sinuoso y lleno de color.
Recientemente conocíamos la reforma de la planta baja del Hotel Barceló Málaga. Manteniendo su llamativa propuesta para bajar desde las salas de reuniones al lobby, a través de un tobogán metálico.
Arquitectura para divertirse, en Indonesia.
Ideada por el estudio de arquitectura indonesio Aboday siguiendo los parámetros más ortodoxos del diseño contemporáneo, su tobogán de hormigón, que aparece de repente en la cocina, nos revela un divertido guiño al habitante más joven de la vivienda.
Diseñar y jugar: las oficinas de Lego.
Crear toboganes con piezas de Lego es un reto al que se enfrenta la imaginación de sus diseñadores en sus oficinas. Porque ¿cómo verlo y usarlo cada día sin querer construirlo con sus propias manos? El cuartel general del departamento de desarrollo es un entorno que se corresponde con las claves de sus productos: diversión, unidad, creatividad e innovación, imaginación y sostenibilidad.
Toboganes para estimular a los más pequeños.
Peek a boo es un espacio de 250 metros cuadrados en el que lo niños juegan, pero también aprenden y desarrollan su creatividad en compañía de los padres y otros niños. Un parque de diseño abstracto, que cuenta con un divertido tobogán de acero con diferentes alturas, tubos para hablar y escuchar y hasta una terraza.
El cuartel general de Microsoft, a medida de sus trabajadores.
Oficinas que son más que espacios de trabajo. Y es que en estas de Viena, el toque de humor definitivo lo pone el tobogán, auténtica estrella de un proyecto que tiene el objetivo de «combinar y armonizar los espacios físico, virtual y social».
La tienda de viajes más grande del mundo.
Apenas se distingue en la foto, pero el tobogán de Pangea es de los elementos más retratados de su flagship en Barcelona. Y que simula el primer paso para sumergirse en nuevas aventuras viajeras.
Un tiovivo en un museo de arte.
Hayon montó durante el verano de 2016 en Atlanta una instalación formada un carrusel de formas familiares de animales y objetos, con un patrón de colores característico; y también con conjuntos de escaleras y toboganes con aberturas de tamaño específico para los niños que instan a los visitantes a interactuar, subirse y jugar como si fuera el patio del colegio.