Juego de volúmenes en Utrecht.
Con una superficie de 75 metros cuadrados y una huella de tan sólo 55, la casa mantiene una relación fluida con el paisaje que la rodea. De esta forma, y a pesar de su reducida superficie, se logra una amplitud visual que la vuelca al entorno.
De geometría contenida, la casa alberga todo lo necesario para una familia de cuatro personas. El programa incluye sala de estar, comedor, cocina, patio, tres dormitorios, un baño y dos aseos.
Una casa de vacaciones volcada a su entorno
Ocupando una parcela alargada cercana a un lago, el volumen maximiza su relación con el entorno. De esta forma, los interiores sacan el máximo partido de las vistas sobre el agua circundante y la orientación solar. Las vistas panorámicas y la iluminación de cada una de las cuatro áreas de la casa resultan completamente distintas.
Desde el exterior, los cuatro volúmenes construyen una imagen escultórica que se muestra distinta según el ángulo desde donde se mire. Para potenciar el carácter escultórico, las fachadas apuestan por un diseño minimalista.
Diluyendo límites
Grandes ventanas y puertas correderas fusionan interior y exterior, y los remates invisibles del techo conviven con marcos de ventanas embutidos en la fachada de madera.
El patio que dibujan los cuatro volúmenes genera un interesante juego de vistas cruzadas. Al abrir las grandes puertas correderas, la cocina y el salón quedan físicamente unidos.
Dentro, las distintas alturas de techo y dimensiones de los espacios articulan las distintas áreas y funciones. Cada volumen tiene su propio programa.
Mobiliario integrado
Muebles a medida y gabinetes integrados acentúan el grafismo de un espacio donde se ha optado por materiales simples. Con pavimento de hormigón pulido, los paneles de madera de roble –natural o teñida de negro– combinan perfectamente con la fachada de madera de pino en bruto.
El proyecto apuesta por una estrategia de diseño que integra arquitectura e interiorismo. Para i29 interior architects y Chris Collaris, «hacer proyectos de calidad no siempre es proporcional al tamaño de la intervención».
Esta casa es un claro ejemplo de cómo con intervenciones simples se logran soluciones inteligentes y sostenibles. «Porque lo pequeño no tiene que estar reñido con lo hermoso», añaden los autores del proyecto.