Abre al público la Casa Vicens, ensayo general de Gaudí.
Estamos en 1883. Antoni Gaudí tenía 31 años cuando recibió éste, su primer encargo: construir un villa vacacional para la familia Vicens en Gràcia, villa cercana a Barcelona. La finalizó dos años después, en 1885. Y en 1925, pasaría a ser casa plurifamiliar, con tres viviendas, integrada en la urbe barcelonesa. Ampliación que corrió a cargo de su amigo Joan Baptista Serra de Martínez, ya que Gaudí estaba entonces inmerso en su obra magna: la Sagrada Familia.
Los expertos consideran la Casa Vicens la casa manifiesto de Gaudí. Un ensayo general que inaugura y anticipa constantes en su obra: sus influencias orientalizantes y su pasión por la naturaleza. Con ella firma una obra innovadora y original. Rompe toda la tradición constructiva anterior y tendrá influencia en las vanguardias europeas.
La naturaleza como inspiración
A los interesados en su obra les recordará mucho al Capricho de Comillas (Santander). A través de la cerámica y de unos interiores abigarrados, la naturaleza toma el exterior e invade el interior.
Gaudí recrea en la Casa Vicens un juego de entrantes y salientes, de luces y sombras, de colores y de texturas típicas del imaginario morisco. Elementos que dialogan con la vegetación mediterránea.
Destaca la reconocidísima reja de hierro colado de entrada a la finca, en la que se representa la hoja de palmito. Así como las flores de clavel de moro que la arquitectura adopta como elemento ornamental en los azulejos de la fachada.
Esta referencia natural no solo está presente en la fachada, sino que, mediante la integración de diferentes artes decorativas (forja, pintura, cerámica, carpintería, decoración mural, etc.) se traslada magistralmente al interior.
Mecenazgo y visita sostenibles
Después de 132 años como vivienda privada, la casa fue adquirida en 2014 por la entidad andorrana MoraBanc. Desde entonces la Casa Vicens ha afrontado su última transformación, con el objetivo de recuperar y poner en valor el proyecto original de Gaudí. También, de dotar a la casa de las condiciones necesarias para los nuevos usos de una casa-museo del siglo XXI.
El proyecto de restauración lo firman José Antonio Martínez Lapeña, Elías Torres (Martínez Lapeña-Torres Arquitectes) y David García (Daw Office). Su reto: combinar el premodernismo de «Gaudí antes de Gaudí» con una arquitectura moderna y funcional.
Esta fusión de estilos sorprende y pone en valor el proyecto y los espacios diseñados por Antoni Gaudí. A su vez, ofrece los servicios y comodidades imprescindibles de un espacio museístico y cultural de nuestra era.
En búsqueda de un turismo más sostenible, se impulsa un proceso anticipado de compra de entradas que limita el número de visitantes a 60 personas/hora. Puedes acceder desde aquí.
Cuidada rehabilitación
Para ello, había que devolver a la casa Vicens la estructura de casa unifamiliar con la que fue proyectada y que la reforma de 1925 modificó al convertirla en una residencia fragmentada por plantas. La solución actual pasa por la inclusión de un núcleo de escalera (así como de ascensor) que atraviesa y comunica todas las plantas y permite recuperar la circulación vertical de la Casa Vicens, tal y como la había previsto Gaudí.
Así, el respeto hacia la obra original y la voluntad de su recuperación han sido máxima durante todo el proceso de restauración. El proyecto ha planteado una serie de actuaciones de restauración, conservación y recuperación para devolver cada elemento a su estado original.
Ya que la Casa Vicens concibe la casa como espacio museístico en sí misma, no luce ningún elemento ajeno o desconocido a la casa; ni muebles de época no originales, así como tampoco se ha reproducido ningún elemento o acabado del cual no se pueda demostrar su existencia. Se descubre la casa, en la medida de lo que ha sido posible saber, con el mínimo grado de intervención.
Por ejemplo, en la Casa Vicens Gaudí crea su primera azotea transitable, espacio de auténtico mirador a la Barcelona del siglo XIX. Sus torres y cúpulas evidencian hoy la influencia de arquitecturas islámicas y orientales. Gracias al proceso de restauración se ha impermeabilizado la azotea y se la ha hecho accesible en su totalidad, para que los visitantes puedan disfrutar ahora de este espacio.
Exposición temporal
Por último, cabe destacar el acierto de la primera muestra temporal programada, comisionada por el experto en Gaudí y director de la Cátedra Gaudí Juanjo Lahuerta. Bajo el título La primera casa. La casa propia. La casa manifiesto esta muestra propone un recorrido por 14 primeras casas, proyectadas por arquitectos contemporáneos de Gaudí.
El arco cronológico de estas casas se inicia con Viollet-le-Duc o William Morris, determinantes en la formación de Gaudí, pasando por las de grandes arquitectos norteamericanos de la primera generación del Movimiento Moderno -Richardson, Sullivan o Wright-, por arquitectos europeos de su misma generación -Berlage o Wagner, entre otros- y acabando en una siguiente generación en que las diversas declinaciones del Art Nouveau ya están definidas: Horta, Guimard, Mackintosh u Olbrich.
De cada arquitecto se ha escogido una casa; o bien la primera que construyó, o bien su casa propia o su casa manifiesto. Es decir, aquella en la que la experimentación tipológica y estilística presenta todas las características de lo que será la obra de su autor en el ámbito arquitectónico, decorativo o de mobiliario posterior.
Otro aliciente más: la tienda de la casa-museo Vicens es responsabilidad de La Capell, cooperativa de economía social. El establecimiento destaca por su cuidada selección de librería, papelería y tienda de objetos de diseño y regalo.
Fotografías de Pol Viladoms.
