Barcelona como esencia para trazar el plan de internacionalización de OAB

La plataforma colectiva de los Ferrater

Los rincones de la ciudad de Barcelona están teñidos por una arquitectura que construye una imagen icónica y única de sus calles y edificios. Desde 2005, la familia Ferrater ha erigido, tras Office of Architecture in Barcelona (OAB), un centenar de propuestas sobre la ciudad que ayudan a elevar el binomio cimentado entre la disciplina y la capital catalana.

Tras 35 años de experiencia arquitectónica, mezclando la labor académica con una práctica en la que destacó su intervención en la Barcelona olímpica de los años noventa, Carlos Ferrater decidió lanzar en 2005 un estudio de arquitectura junto a sus hijos.

El nacimiento vino muy marcado por el trabajo realizado hasta entonces por Carlos Ferrater. Borja Ferrater, que fue uno de los pilares de esa nueva creación junto a su hermana Lucía Ferrater y Xavier Martí Galí, subraya que el objetivo que se escondía tras el lanzamiento del espacio era dar el salto internacional.

“El 90% de los proyectos que había hecho Carlos tenían su origen en España: queríamos decirle al mundo que estábamos abiertos a trabajar, pero siempre con una herencia cultural que venía definida por nuestra ciudad de origen”, destaca Borja. Los primeros pasos lejos del país dejaron su huella en París y Venencia, y hoy en día la compañía ya ha construido en doce países y trabajado y colaborado en 25 más.

La importancia del factor cultural

De hecho, buscando potenciar la esfera internacional, la firma lanzó un espacio filial bajo el nombre de Enterprise for Large International Architecture (Elia). El dinamismo de este espacio persigue acompañar la propuesta más tradicional que define a OAB, además de centrar su “estructura más profesional en la digitalización de la arquitectura, la construcción industrializada y la sostenibilidad”, según los tres pilares que identifica Borja.

Turquía, Estados Unidos o Brasil son algunos de los lugares que definen la actividad del estudio por el mundo. Carlos declara que “antes teníamos una marca, pero con OAB se consiguió sistematizar un corpus teórico a partir de la praxis de una serie de proyectos” que tienen a la ciudad de Barcelona como epicentro de sus bocetos. La arquitectura mediterránea, el uso particular de la luz y la relación que distingue a la geografía catalana con la construcción del espacio público son las raíces que OAB ha buscado trasladar por todo el mundo.

Con esta intención, el equipo lanzó en 2008 La Galería. Tras una exposición “en la que dábamos a conocer el trasfondo cultural que queríamos difundir, y que llegó hasta Chicago, Jerusalén o Estambul, vimos que podíamos crear una herramienta con una vertiente más cultural para comunicar nuestra arquitectura”, define Borja. En esta dirección, la familia compró el local adyacente al estudio y empezó a organizar pequeñas exposiciones que buscaban poner en valor la identidad barcelonesa.

Aprovechando su imagen, se organizan exposiciones de arte o presentaciones de libros y se recoge el archivo histórico de Carlos Ferrater y OAB. Además, ha servido como pretexto para crear una Fundación muy vinculada a Menorca que tiene como intención promover y acercar la disciplina a los jóvenes. En cualquier caso, “es un espacio de reflexión para teorizar y seguir impulsando la investigación”, añade Carlos. Entre sus paredes pasan, cada año, más de mil estudiantes de arquitectura de todo el mundo que conocen, a través de OAB, el papel que juega Barcelona en la definición internacional de la disciplina.