«La misión de un museo público es la de generar conexiones». Entrevista a José Luis de Vicente, nuevo director Museu del Disseny de Barcelona.
Sónar+D, Llum o el Festival de Arquitectura Model son algunos de los proyectos que forman parte de la trayectoria profesional de José Luis de Vicente, quien está al frente del Museu del Disseny de Barcelona desde el pasado febrero. Hablamos con él de sus planes para la institución y hacemos un balance de sus primeros meses en el cargo.
El Museu y Hub del Disseny es una entidad con menos de una década de trayectoria. Ubicado en un enclave curioso y a la vez en crecimiento de la ciudad, el museo y el centro de diseño se afianza cada año como generador de cultura. El pasado febrero, el museo cambió de director con la llegada de José Luis de Vicente. Fundador y director de festivales de arte de gran magnitud como el Sónar+D, el Llum BCN, de Vicente es comisario especializado en cultura digital. Asegura que ahora, el Museu de Disseny es una única vos y una única fuerza al servicio de la ciudad para conectarla de múltiples maneras.
La del museo y hub de diseño es la primera posición institucional que ocupa después de muchos años de trabajo como comisario. En un futuro, de Vicente imagina a la entidad como un gran organismo transformador de Barcelona.
¿Qué balance puede hacer de estos primeros cuatro meses en el museo?
Fue una oportunidad fantástica porque realmente el Disenny Hub y el Museo del Diseño, la entidad que tenemos aquí en la Plaza de Glorias, es bastante única, no solamente en Barcelona, sino en España. Y el museo tiene la oportunidad para mí de ser un referente para el sur de Europa en los espacios del diseño, la arquitectura y el urbanismo, que es importante aquí en Barcelona, y también la innovación en general y los nuevos discursos desde la emergencia del digital.
¿Qué lo motivó a ocupar el cargo de director?
Por una parte, creía que en Barcelona necesitamos una casa para hablar de todo lo que está pasando en el mundo. Después de haber hecho muchas exposiciones, muchos festivales, de haber trabajado nacional e internacionalmente, el siguiente proyecto para mí era cómo podemos hacer un refresh y cómo podemos redefinir un centro de diseño en un momento tan importante para el diseño como forma de cambiar el mundo y de fuerza que impacta en el mundo y en la ciudad.
Además, me interesó el hecho de que esta institución se haya hecho la pregunta de qué es un centro, qué es un espacio dedicado a la cultura contemporánea del diseño, en un momento que la palabra diseño se ha enriquecido y se ha expandido muchísimo. En el siglo XXI, cuando hablamos de diseño, no hablamos ya solo de diseño de producto ni de diseño de servicio, sino que el diseño se ha convertido en una metodología y en una forma de mirada del mundo en realidad. Y entonces, ya no más hablamos ya de diseño de experiencia, de diseño de sistemas, de diseño de organizaciones, de diseño de comunidades. Incluso hoy en día, en la era de los enormes retos que tenemos por delante con la crisis climática, estamos rediseñando el clima
Entonces, ¿qué es para usted el diseño?
Es el desarrollo de estrategias de supervivencia y es la producción de mundos, la producción de nuevas maneras de habitar y de existir en el mundo. Y en un momento como este, creo que poder tener una gran instalación y una gran institución, una gran casa en Barcelona de todos los significados de la palabra diseño, es una gran oportunidad.
¿Qué implicancia tiene el enclave donde se ubica el hub y el museo?
La Plaza de la Glorias, donde está el museo, no es cualquier sitio, es el centro simbólico de la ciudad, porque es donde se ubican las tres avenidas, donde se planea el plan Cerdá, que imaginó que aquí estaba el centro. Glorias ha sido un proceso, un problema en desarrollo durante muchas décadas y está a punto de completar su transformación. Cuando esto suceda, el museo será el gran espacio Y simbólicamente para mí era muy bonito, porque que haya una institución cultural dedicada al diseño en el nuevo centro simbólico de Barcelona, en un momento además en que la nueva Gloria es también una manera de responder a la pregunta ¿cómo vamos a vivir ahora? ¿De qué manera va a cambiar la forma de la ciudad?
¿Cuál es el camino que tiene que recorrer la institución?
El Disenny Hub Es el sitio donde la cultura del diseño conecta la industria, la educación, con las más de 20 escuelas de diseño que hay en Barcelona y la colaboración con otros centros de Europa. Todas las distintas comunidades del diseño que es la familia muy grande, que incorporan a las artes decorativas, al diseño gráfico, al diseño industrial, al diseño espacio, la arquitectura y el organismo, al digital, a las nuevas experiencias y las nuevas preocupaciones de nuestro tiempo, cómo rehacer el mundo en una crisis ecológica descomunal y que nos obliga a pensarlo todo. El gran tema de esta institución tiene que ser cómo utilizamos la historia del pasado, las comunidades del presente para construir nuevos futuros en un momento como hoy.
Como menciona, estamos en un momento histórico de la humanidad, cuestionándonos muchas formas, ¿está entonces armando una casa de pensamiento?
De pensamiento, pero de construcción también. A mí me parece que una de las cosas que podemos hacer desde una posición como ésta es proponer. Creo que una particularidad del diseño, frente a la de la filosofía o al de la literatura o al del activismo político, es que todo esto tiene que tomar la forma de artefactos, de sistemas, de escenarios que plantean alternativas y respuestas. Tenemos un exceso si miramos los titulares, si vemos las noticias de discursos que nos vienen a decir que los problemas tan grandes que tenemos hoy, todo está perdido o que no tenemos alternativas. Bueno, el espacio del diseño puede ser un espacio de proponer, de construir. Esta tiene que ser la gran ejecución cultural de contemporaneidad de la ciudad para proponer y construir. Una cosa que me parece muy interesante para mí es que me preguntan mucho sobre públicos, quién es el público. Cuando pensamos en el público, pensamos en gente que viene a ver y se lleva algo con ello y marcha. Yo más que público quiero participantes, comunidades, constructores, que no solamente marchan, sino que han dejado algo también. Lo han dejado en su capacidad de construir proyectos, que nosotros podemos hacer posibles. Lo han dejado en su capacidad de proponer nuevos relatos y por eso lenguajes como la residencia de investigación, como la producción de nuevos proyectos, como acoger nuevos festivales que pueden ser prototipos de otras formas de vivir. Todas estas cosas serán muy importantes para el futuro del Disenny Hub.
¿Cómo se posiciona Barcelona en cuanto a diseño en la actualidad? ¿Sabe retener el talento? ¿Y España?
Aquí hay dos cosas. Uno sería para mí, o varias cosas, yo diría. Barcelona tiene una riqueza enorme, que es una tradición histórica que la ha diseñado como una ciudad de diseño y de arquitectura desde hace muchísimo tiempo. Entonces, eso es una primera lectura y una primera dimensión que tenemos que poner encima de la mesa. Otra es que Barcelona, esto para mí es super interesante, tiene vocación de laboratorio urbano. Una de las grandes cosas que son una gran singularidad en Barcelona, sin ninguna duda es su voluntad de ser laboratorio del espacio público. Durante 200 años la ciudad se ha preguntado cómo tiene que ser el espacio urbano, además de que todos sus habitantes tienen una opinión sobre ello, cosa que no pasa en otras ciudades. Otra cosa muy importante es que tiene un ecosistema de cultura, innovación y tecnología se está produciendo de una manera muy orgánica y fluida.
¿Cómo se puede vincular la innovación y nuevos formatos a un museo tradicional?
Experimentando con la forma de las cosas y haciéndonos preguntas. Por ejemplo, estamos en obras del edificio anexo del museo actual donde el año que viene se inaugurará el laboratorio del centro de diseño. Será la escuela para diseñadores que deseen trabajar con inteligencia artificial, nuevos discursos. La idea es promover una cultura de investigación en innovación muy fuerte. En paralelo, estamos trabajando con fundaciones y museos del resto del mundo, para colaborar próximamente. Al final, los proyectos sirven mucho más que para reproducir imágenes del futuro y esa es la línea que queremos seguir.
Cada vez vemos más gente está haciendo cola para entrar a muestras experienciales o a museos como el Mocco, ¿el futuro de los museos son las muestras inmersivas o de experiencias?
Evidentemente hay una lógica cultural de la inmersión, que corresponde a la idea de que ya no queremos estar separados por una línea invisible de la obra de arte y ser externos a ella. Esta transformación cultural no es tan reciente, sino que viene de los últimos 25 años. Entonces el arte y el diseño está encontrando nuevas formas donde desarrollarse, desde centros culturales, centros comerciales o muestras experienciales. Estos espacios no son en sí el producto, sino la metodología o estrategia. Los acercamientos inmersivos a la hora de abordar un proyecto son interesantes, relevantes y una de las cosas más potentes que podemos hacer. Pero, no será excluyente. La misión de un museo público va mucho más allá de producir visitantes. Nosotros tenemos que producir relaciones, conexiones, hacer posible que pasen cosas que no hubiesen pasado sin el museo. Por eso es muy positivo que en la ciudad haya cada vez más un público de un determinado modo de consumo cultura, pero que también entendamos que la función de un museo público va mucho más allá del proyecto de éxito del momento. A veces la escala y el lenguaje es la mejor manera de contar cosas, el reto es poder explicar de manera comprensible cosas muy complejas.
En 2022 co fundó y dirigió Model, el Festival de Arquitecturas de Barcelona ¿Qué lugar ocupa el diseño de interiores y mobiliario para el museo?
El diseño de producto y de mobiliario es uno de los grandes puntales del museo, hay varios siglos de historia en las piezas expuestas, es una riqueza enorme. A mí, en lo personal, me interesa mucho el diseño de interiores no como los elementos de los que está compuesto, sino como el sentido de un todo, de un espacio completo. El diseño de interiores debe ser una experiencia, el diseño de atmosfera, pero todavía no sabemos muy bien como coleccionar esto, como preservarlo. Estoy muy interesado en una generación de diseñadores jóvenes que trabajan mano a mano con diseñadores digitales, produciendo espacios nuevos que están entre lo físico y lo digital, lo presencial y lo inmaterial. Me parece super interesante el espacio que se está produciendo en esta lógica de lo inmersivo. Además, el diseño de mobiliario, como todo el diseño de producto, está pasando por una revolución enorme debido a su relación con la materialidad y la crisis ecológica.
¿En qué se destaca Barcelona en cuanto a diseño de interiores y arquitectura?
Barcelona viene siendo una ciudad de diseño desde hace siglos. Lo que más puedo destacar es que no está habiendo grandes diferencias entre los diseñadores más experimentales y los más comerciales. Es muy importante mantener el equilibrio entre la mirada más hacia la industria y hacia la imaginación y experimentación radical. Barcelona tiene ahora esa capacidad de operar hacia estas dos escalas. Un ejemplo es el proyecto de Guillermo Santomà en el último Salone, donde la experimentación y nivel artístico del diseñador se vio apoyada con un gigante de la industria como Simón.
¿De qué carece el sector?
A mí me gustaría que en el sector hubiera una conciencia mayor de entender una forma de cultura, un agente implicado en el pensamiento actual. Hay que entender que lanzamos una mirada sobre el mundo, en un momento histórico como este de grandes crisis, no hay que perder esta perspectiva.
¿Hay otros museos a los que podría “imitar” a escala internacional?
Un museo sólo tiene sentido mirando el contexto en el que opera. Lo que pienso es en qué redes podemos producir y generar conexiones. Este es el centro y museo de diseño, arquitectura y urbanismo más grande del Sur de Europa y desde esa conciencia tenemos que operar con otros colegas europeos y del resto del mundo.
¿Cómo se imagina el museo de aquí a diez años?
Con los árboles de la plaza de Gloriès ya crecidos y toda su extensión se haya avanzado y el proceso de descarbonización se haya materializado, que el museo haya sido un sitio que ha contrubiudo a presentar ideas, generar espacios y presentar espacios de propuesta a estas crisis y haber sido trascendental para la historia de la ciudad.
Fotos cedidas: Disseny Hub©