Una casa de estilo mediterráneo con muros de piedra, jardín y piscina en Valencia.
Ascoz Arquitectura aprovechó dos grandes muros de piedra para construir una casa inspirada en el estilo mediterráneo donde la planta baja es el epicentro para la convivencia. Situada en la Huerta Norte de Valencia, este proyecto tiene mucho qué decir acerca de la rehabilitación y conservación de la arquitectura vernacular.
La importancia de los lugares y la arquitectura vernacular
En este caso, la reforma de esta casa venía impuesta de alguna forma por la geolocalización del terreno, situado en la comarca de l’Horta Nord de València, al norte del río Turia. Esta zona de tierra llana se eleva progresivamente desde el mar hacia el interior y se caracteriza por estar rodeada de sistemas naturales donde el agua está muy presente, como son la Albufera de Valencia al sur, el Mar Mediterráneo al este, el Parque Natural del Turia al oeste y la Marjal del Moro de Sagunt al norte.
Estas consideraciones son fundamentales a la hora de abordar una reforma ¿estamos en un lugar de clima típicamente mediterráneo? Entonces la orientación, la ventilación y la protección contra la humedad y el sol deben tenerse en cuenta. Y luego está el punto de partida definitivo: qué hacer con la estructura existente y cómo actualizarla a las necesidades actuales. Históricamente, la actividad tradicional de la comarca ha sido la agrícola. La casa contaba con dos muros paralelos de piedra de grandes dimensiones que enmarcaban el acceso a la vivienda, y que le servían de soporte. De ellos nacen el resto de los elementos de la casa hacia el sur.
Una casa de estilo mediterráneo de muros de piedra y con un aspecto renovado
En resumen: más de 400 metros cuadrados de muros de piedra conforman la silueta de ‘Casa R’ un proyecto de Ascoz Arquitectura, un estudio con más de veinticinco años de experiencia en el diseño de viviendas. Los muros de piedra separan el interior y el exterior y funcionan como elemento clave; anclan elementos como armarios, cocina o escaleras y dotan de un carácter propio a la residencia, tanto desde el exterior como en el interior. «Era imposible renunciar a los muros. Y han sido precisamente ellos los que han conseguido aportar el toque sofisticado y a la vez rústico al proyecto», concluyen los arquitectos.
La familia, compuesta por una pareja y sus tres hijas, soñaba con una vivienda espaciosa, con piscina y una barbacoa en la que pasar tiempo con la familia y los amigos. «Imaginaban un hogar elegante y mediterráneo. La piedra como elemento arquitectónico tenía que ser la protagonista, y debía garantizar su privacidad y la de toda su familia”, señala Damián Ascoz, arquitecto y fundador de Ascoz Arquitectura.
Así, desde el estudio se definió una planta baja llena de vida. La terraza está conectada con el jardín y la piscina, y cuenta con muy buenas vistas desde la cima de una suave colina.
La recuperación de la piedra original, la clave del proyecto
El uso de la piedra era esencial para la familia. “Este diseño entronca con la naturaleza y con la esencia de la arquitectura vernacular: muros que nos protegen y a partir de los cuales hacemos brillar la belleza de la construcción”, explican desde Ascoz.
Respetando esa idea, se buscó la distribución más confortable y práctica posible, dando gran protagonismo a la planta baja, donde la familia convive actualmente. En ella se ubican el salón-comedor, una cocina con isla, la habitación infantil y la habitación principal. En la planta superior, se han ubicado tres dormitorios adicionales, que permitirán a las hijas disponer de un espacio independiente, si así lo desean, con el paso del tiempo. Hay que mirar al futuro, pero sin descuidar que el presente que se vive en una casa es la semilla del mañana.
Fotografía: Toni Arévalo y Victoria Labadie