El patio y el porche como principios de una casa mediterránea.
Las casas pertenecen al lugar donde están situadas. Y dicho lugar las dota de personalidad. La simbiosis de ambos conceptos crea un estilo particular, que el arquitecto puede poner aún más en relieve aplicando los códigos propios del entorno.
Y esto es lo que ha hecho el estudio de Munarq Arquitectes esta vivienda en Mallorca: aplicar todos los principios del estilo mediterráneo para que la casa y el lugar se fundan en uno.
El patio y el porche, espacios esenciales
El patio y el porche – elementos básicos en la arquitectura mediterránea – se configuran como eje del proyecto. Se completa con un esquema de líneas geométricas, el contraste entre el blanco y materiales naturales como la madera y la piedra, así como un mobiliario interior y exterior que proporcione sensación de confort y frescura.
La casa está emplazada en el término de Marratxí, en una parcela rodeada de viviendas. Pero la orientación del terreno y el hecho de aprovechar al máximo el espacio libre, ha permitido al estudio mallorquín dotarlo incluso con piscina.
El patio es, siguiendo el código mediterráneo, el elemento que une todos los espacios y aporta unidad al conjunto, generando al mismo tiempo la intimidad que un hogar requiere. Cuenta, además, con un área cubierta para que se pueda usar en cualquier estación del año.
El porche, por su parte, tiene una doble función: resguardo y acceso y fachada de la vivienda. Consiste en un pórtico de 14 metros de largo y sin ningún pilar.
Dentro, la cocina, situada en medio de la vivienda, es la encargada de distribuir el resto de las estancias, que se dividen en dos plantas. Los pasillos y espacios muertos se han reducido al máximo. Y el patio se sitúa en un lateral.
La edificación se asienta sobre una estructura de muros de bloque cerámico de carga y vigas de madera laminada. El blanco es el protagonista absoluto.
Materiales transpirables
Los materiales han sido cuidadosamente seleccionados para evitar que la vivienda sufra condensaciones y otros problemas derivados de los contrastes de temperatura interior y exterior.
Así pues la fachada ha sido aislada en corcho negro natural y se le ha aplicado un mortero de cal con acabado transpirable. El suelo continuo de las terrazas es de hormigón y piedra natural. Las persianas son de acero galvanizado y su color trata de imitar el agua de la piscina.
No menos cuidada ha sido la elección del mobiliario. Las piezas debían sumar al concepto y terminar de completar la personalidad de la casa. ¿Y qué mejor para ello que elegir marcas de raíces y líneas mediterráneas?
El equipo de interiorismo se ha decantado por firmas como, entre otras, la valenciana Expormim, que – con el ratán como ADN de la marca y la colaboración de diseñadores de renombre – cuenta con un catálogo de muebles de interior y exterior que aúnan tradición y modernidad.
Ahí están, por ejemplo, la butaca Twins de Mut Design o el sillón Fontal de Óscar Tusquets, fabricado en rejilla natural tintada.
Fotografías: Tomeu Canyellas