Minimalismo cálido y estética de la sencillez: así es este acogedor ático situado en el barrio de Salamanca.
La interiorista Michelle Vasconcelos ha sido la encargada de revalorizar un ático de 45m2 siguiendo la tendencia estética del minimalismo cálido. El resultado es una acogedora vivienda que cuenta con espacios flexibles y luminosos, materializados con colores neutros.
¿Qué es el minimalismo cálido?
El minimalismo aplicado al ámbito del interiorismo encuentra su origen en los años 60 de la mano del arquitecto Mies Van der Rohe. Bajo el lema menos es más se pautaron las bases estéticas de una corriente caracterizada por interiores funcionales que priman el orden y la elegancia de las formas simples.
Este movimiento ha ido evolucionando con el paso de los años. Con influencias de la arquitectura tradicional japonesa, se han incorporado materiales cálidos como la madera y tejidos naturales como el lino o el algodón. Todo ello hace que el nuevo minimalismo -ahora cálido- adquiera una dimensión más humana y acogedora.
Buen ejemplo de ello lo encontramos en este ático del madrileño barrio de Salamanca diseñado por la interiorista Michelle Vasconcelos. El objetivo principal del proyecto ha sido la revalorización de la vivienda actualizándola según las necesidades domésticas actuales. Por ello, se ha potenciado la flexibilidad entre estancias y la utilización de materiales cálidos en colores neutros. De este modo se genera una sensación de calma y recogimiento que hará las delicias de cualquier inquilino.
La cocina como corazón del proyecto
La vivienda cuenta con un espacio central compuesto por el binomio cocina-comedor, un baño y un dormitorio. Todo ello queda flanqueado por una impresionante terraza perimetral de 20m2 que goza de unas impresionantes vistas sobre Madrid al situarse en una sexta planta. De hecho, son precisamente estas vistas las que han servido como inspiración a Vasconcelos para la elección cromática de los materiales que configuran la cocina.
Esta estancia, considerada el corazón espacial y social de la vivienda, posee el único toque de color del proyecto. Éste hace alusión a los tejados madrileños que se vislumbran desde la terraza mediante unos frentes color terracota.
Porcelánico, madera y colores neutros, los básicos del minimalismo cálido
El proyecto se completa con la elección de materiales nobles que aportan sofisticación y calidez al conjunto. Ejemplo de ello es el parquet de Punta Hungría para revestir el pavimento del dormitorio o el porcelánico de gran tamaño que cubre y unifica la resta del piso.
El baño sigue la misma lógica minimalista utilizando un único material para revestir paredes y suelos. A su vez, la ducha queda integrada en la propia morfología de esta estancia que destaca por los toques de color bronce presentes en la grifería.
Fotografía: Montse Garriga Grau