La rehabilitación de esta casa de madera en la costa de Brasil te dejará con la boca abierta.
Siempre estamos en busca de la casa perfecta, y es posible que hayamos encontrado una de las candidatas del año. Esta casa en un árbol, de 4 plantas, ubicada en un entorno privilegiado entre un acantilado con vistas al mar y rodeada de una exuberante vegetación tiene todo lo que se le puede pedir a una rehabilitación de una casa de madera: una reforma bien pensada y respetuosa, un enclave rodeado de naturaleza y vistas al mar.
Una casa en el paraíso
Se lo avisamos: están a punto de ver una casa que podría ser del mismísimo James Bond. Está en una ciudad costera cerca de São Paulo, en la isla de Guarujá, donde pueden encontrarse algunas de las mejores playas del mundo, como la de Tombo, un verdadero paraíso en la tierra. Casi podemos verle desde un helicóptero, a punto de aterrizar en la terraza tras pasar una noche repleta de acción.
Si disfrutar de la arena blanca y las aguas turquesas del Atlántico Sur les parece poca cosa, imagínense lo que debe ser convertirse en uno de sus privilegiados residentes. Y seguimos sumando: no estamos hablando de un piso en un bloque de apartamentos, sino de una casa de madera de 700 m2 concebida en la década de 1980. El proyecto inicial era de Ricardo Caruana, precursor de la construcción en madera en Brasil. El no va más.
¿Caramelo envenenado? Así fue la rehabilitación de esta casa de madera
La residencia, que encontraron en 2016, estaba escondida entre vegetación tropical, y deteriorada por el clima húmedo al que estaba expuesta debido a su ubicación. Inicialmente la idea era solo hacer las reparaciones necesarias para la restauración, conservación y mantenimiento del edificio. Pero cuando aparece una joya como esta, cualquier estudio de arquitectura intentaría no solo hacer «lo justo», sino hacer lo imposible por devolverle todo el esplendor al que estaba destinada.
Esta «casa en el árbol» está situada en una fuerte pendiente, con una altura de aproximadamente 60 metros sobre el nivel del mar. Tiene una ubicación única y unas vistas espectaculares del mar y la naturaleza que la rodea. Además, la casa había sido ampliada varias veces desde su construcción. Metros, vistas, buen clima, un arquitecto de renombre… La verdad, no nos imaginamos qué podía salir mal en esta reforma.
Un desnivel en el terreno para 4 plantas con todas las comodidades
La casa, inicialmente compuesta de cuatro niveles distintos, tenía 5 habitaciones. Tras su rehabilitación, esta casa de madera se ha transformado en una vivienda vacacional adaptada a la vida moderna. En el primer nivel, justo debajo del nivel de la calle, tenemos las zonas comunes, la cocina, el baño y un dormitorio. En el segundo nivel, tres dormitorios más, lavandería y además, de los cuartos de máquinas, la piscina, el cuarto de herramientas y la habitación del servicio. El tercer nivel, la suite principal, tiene antesala cubierta, un servicio, dormitorio y baño principal. Y el cuarto y último nivel, que tiene acceso independiente desde el nivel de la suite principal, cuenta con sauna, deck con ducha, baño y acceso al jardín.
El proyecto arrancó en 2018, después de analizar todo el edificio durante más de un año. Estudios técnicos, informes periciales, evaluaciones de estructuras, de la instalación eléctrica e hidráulica… La conclusión tanto del cliente como de Felipe Carolo, el director creativo de Carolo Arquitetura, fue la de no solo de rehabilitar la casa, sino la necesidad de llevar a cabo una actualización completa de todo el edificio, desde la estructura hasta la decoración.
‘Casa Zozo’, el ejemplo perfecto de casa en un árbol
«Casa Zozo» es el resultado de un proyecto global de iluminación, interiorismo, paisajismo y decoración. Y el cambio más espectacular de todos, y ya es decir, han sido los perfiles y fachadas de la residencia. Se eliminaron la mayor parte de los obstáculos que pudieran entorpecer la mirada desde el interior hacia la naturaleza. Con la apertura de todos los espacios gracias a ventanales de suelo a techo enmarcados en madera, se ganó en transparencia gracias a la iluminación natural (y como ventaja añadida, se mejoró la ventilación en toda la casa).
Para la zona de estar y ocio, se añadieron 2 prestaciones extra: una sauna con capacidad para 8 personas y una piscina. Sostenida únicamente por 3 grandes pilares de madera maciza y con una profundidad de 1,20 metros, está climatizada. Al estar al borde del acantilado, el viento y la sensación de frío era extremo, así que de esta forma se hizo mucho más aprovechable.
La base para la elección de colores y materiales fue la de aligerar y unificar las tonalidades de los ambientes. Aunque predominan los tonos blancos rotos en la mayoría de espacios, la verdadera protagonista es la madera. Para los revestimientos (hay 4 tipos distintos de madera), se decidió tratarlas con barnices naturales para dejarlas todas con el mismo tono y con un acabado mate.
Los detalles y el mimo con que se ha rehabilitado esta casa están presentes hasta en la tapicería del mobiliario. Fibras sintéticas, porque con ellas se pudo eliminar la mayor parte del olor a humedad que suele ser habitual en las zonas costeras.
La iluminación, adaptada al lenguaje arquitectónico contemporáneo
El proyecto de iluminación contempla todos los espacios de la casa. Cuenta con muchas opciones de luz directa, indirecta y decorativa y exterior, para perfilar la arquitectura. A partir de un proyecto inicial muy básico pero con mucho potencial, la rehabilitación de esta casa de madera se ha adaptado al lenguaje contemporáneo consiguiendo crear ambientes limpios, luminosos, neutros y, sobre todo, acogedores.
Fotografía: Ruy Teixeira
