El color azul, una buena idea para un piso pequeño.
Pequeño, azul y resultón. A pesar de contar con poco espacio, el estudio de interiorismo Júlia Brunet ha sabido convertir este pequeño piso piloto en un apetecible hogar. El color azul como hilo conductor y las baldosas blancas con borada negra han sido la clave del éxito.
Interioristas en alza
Júlia Brunet es uno de los estudios de interiorismo «coming up». Curiosamente, su nombre no corresponde a ninguna persona física. Detrás de Júlia Brunet Interiorisme encontramos a Mireia Torruella e Irene Crespo, dos jóvenes creativas con ideas frescas y claras.
Sus proyectos están sobresaliendo en un sector altamente concurrido. Si hace unos meses nos sorprendían con el interiorismo de una casa en el Baix Empordà -que combinaba estilo mediterráneo tradicional con detalles de diseño contemporáneo-, ahora lo vuelven a hacer con el proyecto My Kitchen, My Rules.
En esta ocasión el reto de Júlia Brunet no ha sido menor: la remodelación integral de un edificio situado en Manlleu (Barcelona) y la propuesta de interiorismo y decoración de una de sus viviendas piloto, de 45m2.
Azul, el gran protagonista
Las interioristas han optado por el color del año 2020, el azul. Lo han aplicado en cocina y marcos de ventanas, logrando, así, un efecto de continuidad en la vivienda.
Otro de los elementos de mayor peso es la elección de las baldosas cuadradas blancas. El mismo modelo para cocina y baño. Con ello han potenciado la luminosidad de ambos lados y la heterogeneidad de la vivienda.
Colores neutros para rebajar
La intensidad del color azul y la fuerza de las baldosas blancas con borada negra se rebajan con el resto de colores y materiales. El color piedra suaviza paredes, techos y armarios. Y el suelo de parquet, junto al mobiliario de madera y la decoración de ratán ayudan a crear un ambiente cálido y confortable.
Distribución tipo loft
Las reducidas dimensiones de la vivienda obligaron al estudio a concebirla como un loft. Cocina, salón, habitación y baño se distribuyen de forma diáfana, a través de un sistema modular. Con el objetivo de optimizar al máximo cada metro cuadrado, las propias paredes ejercen de armarios. Éstos no llegan al techo. Así se da paso a la luz natural en toda la vivienda.
Fotografía Marc Torra