Esta casa en la Costa Brava está diseñada en profunda armonía y conexión con el paisaje.
Proporciones equilibradas, materiales respetuosos y conscientes, y mediciones exactas para minimizar el impacto visual y medioambiental. Así han concebido GCA Architects y la diseñadora Andrea Arqués esta casa en la Costa Brava que se ancla a la tierra para conectar con su energía.
Inspirada en la arquitectura sagrada
Las casas son las personas que la habitan. Pero también su ubicación, su escala, sus materiales y su orientación solar. Bajo este concepto, han trabajado la diseñadora Andrea Arqués y el estudio GCA Architects la construcción de esta impresionante casa en la Costa Brava.
Ubicada junto al bosque de Les Gavarres, la vivienda bebe de la riqueza de su entorno hasta integrarse en él. Para ello, se han aplicado técnicas de la arquitectura sagrada cuando los maestros trabajaban con la pata de oca para diseñar catedrales. Tomando como referencia la posición del sol y la latitud exacta de la parcela, esta vivienda se ancla a la tierra de manera amable y respetuosa. Un juego de vibraciones y conexiones energéticas que potencian una influencia positiva y armónica en el espacio.
Diálogo entre arquitectura y paisaje
Una amplia parcela en pendiente rodeada de vegetación. En su cima, se alza la edificación de dos volúmenes que se adaptan al terreno en el que se encuentran, para neutralizar el impacto visual y medioambiental en él. De esta forma, la vivienda queda ligeramente elevada y envuelta entre las llanuras, logrando una conexión total con el paisaje.
Su fachada en tonos tierra de piedra y estuco a la cal habla de tradición milenaria, de esa cultura tan mediterránea que expresa calidez, sostenibilidad y naturalidad. Una fachada que interactúa con su entorno, que dialoga con él. La cubierta de teja árabe cierra la construcción en pendiente, en alusión a la topografía del terreno.
El paisajismo, diseñado por el estudio LOCAL4, contribuye a ello. Un patio donde relajarse y conectar con uno mismo, una amplia piscina acabada en microcemento y con unas vistas espectaculares o una terraza en altura delimitada por bancos de hormigón para disfrutar de la naturaleza.
Una vivienda de dos volúmenes
Esta casa en la Costa Brava consta de dos volúmenes principales interconectados por medios niveles y transiciones. En el primero, se ubica el recibidor con las zonas de día como el salón con el comedor integrado, la cocina y un bonito patio interior con una fuente diseñada ad hoc por Andrea Arqués.
La materialidad en el interior de la vivienda continúa con la estética exterior. El mortero y la piedra visten las paredes; y el microcemento se extiende hasta el pavimento. Las vigas en los techos introducen la madera de iroko y aportan esa sensación de refugio mediterráneo.
El salón mira al exterior y funciona casi como una extensión de él. La calidez la aportan los tonos neutros de su interiorismo, la gran alfombra de lino que cubre el suelo y la icónica chimenea suspendida Gyrofocus de Focus.
Por otra parte, en la altura superior se encuentran los dormitorios y el vestidor. Ambos volúmenes están conectados a medios niveles a través de una escalera; una solución que facilita la transición entre los diferentes ambientes de manera fluida y natural.
Esta planta comparte el mismo lenguaje estético que el resto de la vivienda. Tonos neutros, materiales y textiles naturales y un mobiliario muy acogedor dotan de armonía a la zona más íntima de la casa.
De esta manera, Andrea Arqués y GCA Architects han desarrollado un proyecto basado en el respeto al medioambiente. Para ello, se han servido de materiales naturales propios de la zona como el estuco a la cal, la madera de iroko tratada, la piedra natural o la teja árabe recuperada.
Fotografía: DEL RÍO BANI