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El estudio BONA FIDE taller creó una de las fallas más singulares jamás vistas.

La efímera obra, antes de que el fuego la redujera a cenizas, contaba en su interior con un pequeño salón amueblado con sillas de enea y hasta un balcón. Por ello, en la última edición de la popular festividad valenciana, se alzó con el 2º premio en la categoría de Fallas Experimentales.

Arte temporal y callejero

Tras ese 2020 en el que las Fallas de Valencia se cancelaron por la pandemia, finalmente la festividad pudo celebrarse al año siguiente. Aunque fuera en unas fechas inusuales, a principios de septiembre, sus calles volvieron a llenarse de vistosos colores, pirotecnia y combustibles figuras satíricas como antaño.

Vista desde la calle en Valencia de la falla Prime-Time de BONA FIDE taller.

Eso sí, pese a que los imponentes ninots siempre suelen acaparar los titulares, no habría que olvidar que éstos conviven con otras propuestas menos grandilocuentes. Este es el caso de Prime-Time, una peculiar falla diseñada por el estudio de arquitectura BONA FIDE taller; ejecutada junto al artesano y lutier Cristian Reinosa Johnson, y ensamblada en el lugar con la ayuda de muchas manos amigas.

Entrada lateral a la falla Prime-Time de BONA FIDE taller en Valencia.

Esta intervención efímera en el espacio público se alzó con el 2º premio en la categoría de Fallas Experimentales. Entre otros motivos, tanto por su fisionomía (más propia de una larga valla publicitaria que de una falla al uso), como por su espíritu crítico.

Vista trasera de la falla Prime-Time de BONA FIDE taller en Valencia.

Una obra cargada de simbolismo

A simple vista, unos troncos impresos tomados de un cuadro de Joaquín Sorolla cubrían su estructura de madera, creando la ilusión de un bosque urbano. Sin embargo, al acercarse y subir unos escalones, los visitantes hallaban una sorpresa en su interior: un íntimo salón amueblado con unas sillas de enea en corro, así como un balcón abierto con vistas privilegiadas de la calle.

Pequeño salón y balcón en el interior de la falla Prime-Time de BONA FIDE taller en Valencia.

La falla de BONA FIDE taller hacía referencia a una de las inscripciones que pueden leerse en La Lonja de la Seda. Concretamente, a estas palabras que figuran en una de las salas de este edificio de estilo gótico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996: «Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna».

Estructura superior de madera de la falla Prime-Time de BONA FIDE taller en Valencia.

Debido a esto, bien podría afirmarse que la obra apelaba a dos cosas. Primero, la demanda de un espacio íntimo y familiar en el festejo que huyera de las garras de la masificación y la gentrificación. Y, del mismo modo, funcionaba como una inteligente crítica contra el agresivo mercantilismo comercial que impera en las calles de cualquier urbe.

Base elevada y dibujos de Joaquín Sorolla de la falla Prime-Time de BONA FIDE taller en Valencia.

Claro está, dejando de lado sus múltiples significados, la falla terminó siendo presa de las llamas el día de la cremà. El fuego, siempre purificador, no tuvo clemencia con ella.

Falla Prime-Time de BONA FIDE taller en llamas durante la cremà en Valencia.

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