Vergés celebra 50 años tejiendo sillas de enea.
La marca de la Garrotxa conmemora su 50º aniversario con el lanzamiento de la silla Bogart, un diseño de Manel Molina fabricado con la técnica ancestral de "embalcar". Icónica dentro de su neutralidad, la silla constata que una marca puede modernizarse sin renunciar a sus raíces.
Modernización bien ejecutada
Que una empresa del sector del diseño industrial llegue a celebrar 50 años de historia es todo un hito. Tiene especial mérito si, además, se trata de una compañía familiar, artesanal y ubicada en Tortellà, un pequeño pueblo remoto, a 40 km de Girona, que no alcanza los 1.000 habitantes. ¿Cuál es la clave del éxito de Vergés? Todo apunta a una dirección: haber sabido consolidar el relevo generacional, modernizándose por fuera y manteniendo sus raíces por dentro.
Empezaron en 1970 fabricando las típicas sillas de madera y asiento trenzado de enea. Las de toda la vida, vaya. El trabajo del matrimonio formado por Silvestre Vergés y Palmira Picart fue evolucionando y ganando presencia en el mercado. Pero había algo que nunca cambiaba: la tradición local. Al cabo de los años, la incorporación de la nueva generación de la compañía, con sus hijos Esteve y Joan Vergés al frente, supuso una actualización tranquila y, sobre todo, coherente. Han modernizado la fábrica; han empezado a trabajar con Ana Mir y Emili Padrós como directores creativos; y han incorporado diseñadores de renombre a su catálogo (Andreu Carulla, Tarruella Trenchs, Emiliana, Lázaro Rosa-Violán…). Todo ello ha supuesto la internacionalización de la marca sin renunciar a su ADN. Y les ha salido bien. Tan bien, que durante la pasada edición de la Barcelona Design Week celebraron sus bodas de oro con el lanzamiento de Bogart, una nueva y emblemática silla llena de significado.
Bogart, la silla clásica más moderna
«La silla Bogart es un homenaje a las primeras sillas producidas por Vergés a principios de los años 70. Con ella recuperamos el saber hacer, los detalles de calidad y el trabajo artesanal que se transmite de padres a hijos». Así introducía Manel Molina su diseño conmemorativo del 50º aniversario, que parte de aquella silla de enea con la que Silvestre Vergés y Palmira Picart iniciaron su andadura.
La colaboración no podía ser más acertada. Además de ser vecinos, empresa y diseñador comparten extenso bagaje en el terreno de las sillas y una mirada común por la tradición y la artesanía. «Lo más moderno que hay es lo clásico«, apunta Molina.
Efectivamente, la nueva silla Bogart ejemplifica esta relectura de la tradición en clave contemporánea. Es artesanal, km 0, icónica dentro de su neutralidad y discreta. Una silla que envejece dignamente.
El asiento se trenza a mano directamente sobre la estructura de madera con la técnica de «embalcar» (encordar), un método que ya apenas se usa. «Nos dimos cuenta de que solo los abuelos de la zona sabían esta técnica», cuenta el diseñador. Se requieren unas 2h para completar el trabajo.
Bogart está pensada para el canal contract. Es apilable y con infinitas posibilidades de personalización. Su estructura puede ser de roble o fresno, con o sin brazos, y se puede tapizar o vestir de cuero.
Dos novedades de Emiliana
La presentación de la silla Bogart tuvo lugar en Cosentino Barcelona City, junto a Gabriel, la marca de tejidos con la que colaboran. Aprovecharon la ocasión, además, para introducir dos novedades firmadas por Emiliana Design Studio.
La colección de sillas Goose destaca por su fabricación: una plancha de madera conformada dentro de un molde. Es una idea muy explotada en el mundo del plástico, trasladada a la madera. Esto supone la complicación de conseguir que la madera se adapte a la forma. El resultado es una silla envolvente, fluida, continua y, sobre todo, confortable.
Por otro lado, Atay es una colección de mesas auxiliares y pequeños pufs hexagonales tapizados con tejidos Gabriel, con base personalizable.
Fotografía: Francesc Rabat