Una casa de ensueño en Caldetes para disfrutar del mar todo el año.
Llamazares Pomés Arquitectura ha construido en el pueblo costero de Caldetes esta casa de 350 m2 que diluye las barreras entre el interior y el exterior. El proyecto sobresale por los típicos colores mediterráneos blanco y azul, las vistas al mar y la fluidez que transpiran todas sus estancias.
Caldetes los 365 días
Con acceso inmediato a la playa y situada en uno de los paseos marítimos con mayor encanto de la costa del Maresme, en Barcelona, esta vivienda unifamiliar de nueva construcción lleva la impronta del estudio Llamazares Pomés Arquitectura.
Uno de sus elementos más característicos es la fachada principal, cuya parte superior tiene una abertura que posibilita ver el mar desde la sala de estar. Del mismo modo, su fachada trasera da acceso a un patio ajardinado y resuelve la iluminación y ventilación del resto de estancias.
Una constante de este pequeño edificio de 350m2 es su cromatismo, dominado por los colores blanco y azul. El blanco de las fachadas, las paredes interiores y la escalera metálica conviven con el contrapunto azul de las balconeras, las ventanas y la entrada de la planta baja. Por igual, ambos colores están presentes en los baños, los cuales lucen muebles de madera de roble.
Vive de cara al mar
La planta baja está pensada para un uso fluido entre el interior y el exterior, y conecta el paseo marítimo con el patio ajardinado del fondo. En total, consta de cuatro espacios separados por divisorias transparentes: un aparcamiento, el distribuidor donde arranca la escalera, una cocina-comedor y el patio trasero.
Seguidamente, en la primera planta se encuentran los dormitorios. Hay dos individuales, con un baño compartido, y una suite en contacto con la fachada principal. Ésta cuenta con una terraza-galería con vistas a la playa que protege de las horas de más calor y permite controlar la luz diurna. Además, como señalan los arquitectos: «Es destacable la ubicación del baño en este dormitorio. Está pensada para que desde la bañera pueda contemplarse el mar a través de las aberturas en fachada de la terraza-galería«.
Su leit motiv: la continuidad espacial y visual
Mientras tanto, la segunda planta dispone de una sala de estar a doble espacio, el comedor, la cocina y un baño de cortesía. Precisamente, aquí se halla la ya mencionada gran abertura que enmarca unas envidiables vistas.
De igual forma, la continuidad visual entre el interior y el exterior se ha resuelto con unas grandes balconeras correderas azules. En cuanto a la continuidad espacial, se ha potenciado con un banco de madera de roble, adosado a la pared, que discurre desde la sala hasta la cocina. Asimismo, este banco ayuda a ordenar la posición de otras piezas de mobiliario como la chimenea metálica o la mesa del comedor.
Por último, la planta altillo, también comunicada visual y espacialmente con la sala de estar, sirve tanto de estudio como de habitación de invitados. Desde aquí también puede contemplarse el mar a través de las balconeras de la sala de estar, o el patio ajardinado gracias a la incorporación de una pequeña terraza trasera.
Fotografías: José Hevia