Luz y amplitud para un antiguo y pequeño piso de 65m2 en Barcelona.
Este antiguo piso en el Eixample de Barcelona ofrecía una imagen sombría y decaída en su estado original, pero dejaba entrever muchas posibilidades. Forma, el estudio fundado por el arquitecto Adrián Elizalde, las ha sabido encontrar.
Punto de partida
El objetivo principal de Forma estaba muy claro: reorganizar nuevos espacios abiertos para aprovechar al máximo la luz natural y asegurar la ventilación a la vivienda. Para ello, fue necesario comenzar por eliminar tabiques. El principal problema es que la estructura del edificio tenía las paredes de carga paralelas a la fachada, en el centro, y con pocas aberturas que oscurecían el resto del pequeño apartamento. Así que el estudio decidió practicar una gran abertura en uno de los muros de carga intermedios. De esta manera ha conseguido llevar la luz natural a todo este pequeño piso en Barcelona y a la vez mejorar su distribución.
El resultado es una sucesión lineal de tres grandes espacios de diferentes proporciones, según los muros de carga. Se han destinado a salón, cocina, comedor y dormitorio. Las grandes aberturas entre ellos, permiten flexibilidad, libertad de relación y amplían la sensación espacial.
El salón ocupa la mejor zona con buena luz, gracias a las ventanas que dan un bonito balcón a la calle. Es cálido, acogedor y cuenta con muebles, cómodos y funcionales. Está comunicado con la cocina, situada aparte, ya que el propietario no deseaba que estuviese integrada en su salón.
La cocina da un toque de modernidad
La cocina está realizada con madera de roble y muebles a medida con encimera de Silestone by Cosentino. El suelo se ha revestido con pavimentos de la firma sevillana Pinar Miro Mosaicos, de la colección Antique Style, pensada para los amantes de lo retro. Este detalle le da un toque muy contemporáneo.
El comedor se ha situado frente a la cocina y se comunica con el salón
El comedor se ha situado justo después del salón y enfrente de la cocina, entre dos muros. Está conectado a la zona de estar mediante una amplia abertura, que permite el paso de la luz natural. Se le ha equipado con un práctico banco y una mesa de madera.
Las antiguas carpinterías, molduras de los techos y los elementos tradicionales originales del apartamento han sido restaurados. Los nuevos materiales como las vigas metálicas se se han dejado vistas para enfatizar la distribución previa. Ambos, elementos tradicionales y tecnológicos, se han pintado de blanco. Así mejoran la iluminación natural y dotan al apartamento de una atmósfera más uniforme y contemporánea.
Objetivo: llevar la luz a la zona interior de dormitorio y baño
Un sistema de puertas correderas permite ampliar el espacio o aislarlo para dar intimidad a la zona más personal. El dormitorio y el baño quedan en esa parte interior que da a un patio estrecho y al que apenas llega luz. De ahí el protagonismo del blanco. Una estantería abierta, diseñada a medida, sustituye en parte el tabique para dejar pasar la luz y dar amplitud visual al dormitorio, que cuenta con zona de armarios y vestidor.
En el cuarto de baño, la ventana superior permite el paso de la luz natural y da amplitud al espacio. El lavamanos de Silestone negro, contrasta con la madera. De esta forma se crea un ambiente elegante que alterna los tonos blanco y madera con un suelo de baldosas hexagonales de cerámica.
La madera de roble es la gran protagonista
En la reforma de este pequeño piso de Barcelona se han cuidado al máximo todos los detalles. Según cuenta el arquitecto Elizalde, juegan un papel fundamental en la estética final de la obra. La madera de roble natural es el material principal de puertas, muebles y también del pavimento, que aporta textura y calidez. Además, actúa como una capa continua que unifica los espacios. La iluminación está también muy cuidada y realizada a base de guías y focos dirigibles o lámparas de suspensión para iluminar zonas puntuales. En cuanto a la decoración, está compuesta por pocos muebles, todos muy funcionales y en tonos naturales o blancos para optimizar cada metro y aumentar la luminosidad. Sin duda, un cambio, espectacular.
Fotografía: Adrià Goula