Sillas para contemplar el cielo (y descubrir un mundo mejor).
Andreu Carulla nos instiga a contemplar el cielo sentándonos -o, más bien, tumbándonos- sobre doce sillas volteadas donde el respaldo es el asiento, y al revés. Una invitación a reflexionar sobre el momento actual, alejada de cualquier pretensión. Simplemente, parar y observar el mundo desde una nueva perspectiva, seguramente más positiva. Las podremos ver expuestas en la galería Il·lacions a partir del 3 de febrero 2021.
Es momento de levantar cabeza
De forma natural, sin forzar nada, y, sobre todo, sin ningún espíritu pretencioso, ni pro-intelectual, Andreu Carulla ha realizado junto con su equipo una colección de 12 sillas volteadas “para contemplar el cielo”. La idea surgió casi sobre la marcha, tras una provocación de su amigo Xavi Roca, del estudio RUN. “Me planteó hacer un pack regalo con un mensaje positivo para un cliente suyo impresor, Serafí. Jordi Roca, de El Celler de Can Roca, se encargaría de crear un chocolate diferente; un compañero escritor compondría unos poemas sobre su ingreso por COVID; y yo debía concebir un objeto original que se pudiera fotografiar e imprimir en un calendario en formato vertical”, cuenta el diseñador de Banyoles. A partir de ahí, y como suele ocurrir cuando trabajas con amigos, todo fluyó espontáneamente.
Después de un año tan extraño y lleno de obstáculos, la idea de participar en positivar la situación y animar a la gente a ver las cosas desde otra perspectiva no le podía parecer mejor. El concepto “levantar cabeza” para reponerse y salir de una mala situación se convirtió en la piedra angular del proyecto: replantear el formato de un mueble básico como la silla, presente en todas las viviendas, para obligar a hacer el gesto de levantar cabeza. “También te puedes sentar de forma convencional en estas sillas, pero cuando las ves, te incitan a mirar al cielo.”, apunta.
12 sillas distintas con un denominador común
Andreu nos cuenta que es un enfermo de las sillas. “Cuando veo sillas en los contenedores, me paro y las cojo”. Así que no le resultó difícil recopilar doce unidades para el proyecto. También han contribuido amigos y familiares. “Una la aportó Xavi de Run; tres nos las dio Vergés; otra, la blanca con patas de hierro, es de mi yaya, que la ha tenido toda la vida en la cocina. La hemos transformado sin deteriorarla.” Todas han ido apareciendo por el camino sin buscarlas, sin una selección previa. De hecho, todavía tienen más en La Farinera, su estudio-taller.
Tan natural ha sido la recopilación, como la producción, que se llevó a cabo en dos meses. Literalmente, handmade. Corta con radial o sierra por aquí, encola, atornilla y suelda por allá. La pieza que más trabajo requirió fue la tipo bistró. “Fue muy divertido porque es una silla muy reconocible. Tiene un respaldo en forma de media luna, con un montón de piezas curvadas. Y lo más simpático es que la puedes seguir usando de forma convencional, con aires extravagantes, muy daliniano”, explica Carulla.
¿Su preferida? “Mmm… seguramente la de la yaya por la parte emocional y la de Xavier, que fue la primera. Me sorprendió muy gratamente cómo respondió el plástico, pasando a ser una silla completamente nueva.”
Un calendario y primera exposición
El proyecto Sillas para Contemplar el Cielo se ha materializado en formato calendario, con fotografías de Sílvia Poch. De momento se ha editado solo para los amigos, pero les ronda la idea de hacer una segunda impresión de cara a la primera exposición de las sillas, que ya tiene fecha. Será en Il·lacions Design Gallery, de Xavi Franquesa, a partir de 3 de febrero 2021.
Fotografía: Sílvia Poch.