El patio de esta casa es muy particular.
En el centro histórico de la localidad francesa de Castries, en Montpellier, el estudio de arquitectura ma!ca transforma una antigua casa y su cobertizo en un lugar donde vivir con una atmósfera íntima y luminosa. El patio central es claramente su protagonista.
Rastros patrimoniales
En un primer vistazo al proyecto, las huellas patrimoniales de la arquitectura prexistente quedan como telón de fondo de la intervención. Encontramos muros de piedra, pavimentos hidráulicos, o la potente madera de la estructura del tejado de la vivienda como piezas testigo de la casa original. Texturas todas ellas con una importante presencia que contrasta con una intervención de ampliación blanca y de líneas rectas.
El volumen se abre generando un espacio fluido a través de la vivienda y con un cuadrado vacío adosado a la medianera, que capta luz hacia el interior. Un patio cerrado perimetralmente por fachadas cuyos huecos miran hacia el entorno, enmarcando la iglesia frente a la que se encuentra.
Un patio como pieza de unión
La casa original cede su espacio a las habitaciones, mientras que el cobertizo se transforma en el área de actividades del día a día de toda la familia. La tipología del cobertizo hace sencilla la operación de ubicar bajo esta estructura cocina, comedor, zona de estar y, más allá, el patio descubierto con su piscina.
Para configurar este espacio del patio, parte de la estructura del tejado se retira, aun manteniendo el recuerdo de la geometría. Su atmósfera, tal y como sus arquitectos la definen, recrea aires mediterráneos a través del color, la presencia del agua y también la de aquellos materiales que hablan del pasado del lugar.
Dentro de las conexiones entre el patio y la vivienda, el estudio ma!ca destaca las proporciones del patio con respecto a la piscina y explica cómo este patrón hace que ésta sea el verdadero elemento vertebrador entre el interior y el exterior. Los muros se extienden y articulan las circulaciones del exterior, superponiendo planos y estableciendo un diálogo fluido entre lo nuevo y lo original de la vivienda y el contexto circundante.
Una casa hecha a medida por ma!ca
La decisión de seguir trabajando con los materiales originales dota a la vivienda de ciertas ventajas a la hora de alcanzar confort. La inercia térmica de la piedra convierte a la casa en un paradigma de adaptación del día a la noche, y del invierno al verano. Ambiente fresco, luz homogénea, ventilaciones cruzadas en todas direcciones, hacen de este espacio un lugar apetecible, como mínimo.
Se trata también de un ejercicio de renovación y, por lo tanto, hay una actitud cuidadosa para que el detalle pueda incorporar todo lo que forma parte de la narrativa del lugar. A lo largo de toda la vivienda se pueden encontrar elementos rescatados como las molduras, la pieza de la escalera y su barandilla, que permiten entender este espacio con una lectura compleja sobre su recorrido histórico.