Arte en confinamiento: una visita virtual al MoMA.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York mantiene sus puertas cerradas al público. Pero ha propuesto una alternativa para llevar sus exposiciones a nuestras casas: arte en confinamiento.
La retrospectiva de Donald Judd, que inauguraba la temporada de primavera 2020, es una de las protagonistas de esta iniciativa. La exposición se puede visitar virtualmente, con su audioguía correspondiente y todas las imágenes disponibles de las obras. El estilo de Judd, minimalista y puro, es un soplo de aire fresco a través de nuestras pantallas.
El MoMA en la pantalla
Tras los debidos anuncios de cierre hasta que esta epidemia pase, el museo invita a recorrer su colección particular y sus eventos de temporada de una manera diferente. Es así como llegamos a la primera gran retrospectiva en suelo estadounidense de Donald Judd (1928-1994) en más de tres décadas.
Titulada sencillamente Judd (tan minimalista como la obra que recoge), la exposición explora una visión que revolucionó la historia de la escultura, destacando el alcance completo de la carrera de Judd a través de 70 obras que incluyen escultura, pintura, dibujo y grabados.
La sencilla interfaz web permite, en cada uno de los diseños seleccionados, escuchar las reflexiones de artistas y escritores contemporáneos sobre las innovaciones y el impacto del trabajo de Judd.
Y eso que Donald Judd se encontraba entre una generación de artistas en la década de 1960 que buscaban eliminar por completo la ilusión, la narrativa y el contenido metafórico. Tal como la guía nos explica, recurrió a tres dimensiones, así como a métodos y materiales de trabajo industriales para investigar el espacio real. «Medio siglo después de que Judd se estableciera como figura destacada de su tiempo, sigue habiendo un mucho por descubrir”, comenta la comisaria del MoMA, Ann Temkin. «La exposición abarca el arco completo de su carrera, con el objetivo de revelar su gran variedad y complejidad inesperadas».
La obra de Donald Judd
Judd supone «la primera introducción a gran escala a la carrera del artista para muchos espectadores» (incluida una generación nacida desde su última retrospectiva estadounidense, en 1988). Organizada en orden cronológico, demuestra de este modo una visión artística que se desarrolló de manera metódica y totalmente impredecible.
La exposición comienza con una amplia selección de pinturas, objetos, dibujos y grabados de principios de la década de 1960, llevando al espectador en volandas durante el paso del 2D al 3D: de la pintura a la obra tridimensional.
A mediados de la década de 1960, Judd creó un vocabulario fundamental de obras en tres dimensiones, hechas con metales y plásticos comerciales.
La galería de la década de 1970 presenta cambios importantes en el trabajo que en parte reflejan que Donald Judd estaba volviendo a centrar su práctica en Marfa, Texas, y trabajando en piezas específicas en otros lugares. Su experimentación se extendió a nuevos niveles de escala y tipos de estructura, así como a la introducción de la madera contrachapada como material clave.
La galería final de la exposición presenta el aspecto de la carrera de Judd menos familiar para los espectadores estadounidenses: las obras de su última década, principalmente fabricadas en Europa, cuya exuberancia cromática y material contradice enfáticamente la etiqueta «minimalista» que Judd siempre había rechazado.
Su actividad se extendió más allá del ámbito de la creación de obras de arte. Fue un prolífico crítico de arte y ensayista, profundamente comprometido con causas democráticas y ambientales, y activo en los campos de la arquitectura y el diseño.
Judd
The Steven and Alexandra Cohen Center for Special Exhibitions (sexto piso, MoMA)
Del 1 de marzo al 11 de julio de 2020 (fechas variables por las circunstancias actuales)
11 W 53rd St, New York
NY 10019, Estados Unidos